¡Dios! Le encantaba tener a ese hombre a su merced. Era un manojo de sensaciones, lo tocaba en cualquier lado y gemía por el placer gracias a dos orgasmos provocados anteriormente. Venía el tercero y juntos lo lograron una vez más. El moreno salió del interior de su esposo y se colocó al lado de él abrazándolo, sus respiraciones eran irregulares y se encontraban ligeramente cubiertos por una capa de sudor.
-¿Qué opinas de tener un bebé?- el de cabellos güeros repasaba los músculos del abdomen del azabache con su dedo.
-¿Estás seguro?- el azabache acariciaba el pelo de su esposo.- Tu carrera de modelaje está en ascenso.
-Con más razón. Ya saben de nuestro matrimonio, además quiero darte un regalo.
-Amor, no me tienes que dar nada, tu eres lo más importante para mi, tu salud es primero.
-Pero yo estoy bien. De verdad.
-Hablaremos de esto después, ¿de acuerdo?
-Esta bien.
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Esa noche fue la última vez que se tocó el tema de un embarazo. Entre tantos proyectos que ambos tenían en la cabeza, Hyunwoo como CEO de la gran compañía de modelos y Hyungwon en sus sesiones de fotos.
-Señor Son, ¿Quiere medirse este traje, por favor?.- la chica que maquillaba a Hyungwon en todo evento le extendió un conjunto en hueso con demasiada piedreria.
-Está bien, dame un momento.- Chae o como su apellido de casado era Son, terminaba de hablar con su esposo.
Terminó de escribir el mensaje y se fue a los vestidores a cambiarse de atuendo para su siguiente sesión. Fue ahí donde se dio cuenta de que por primera vez un vestuario no le quedaba, no cerraba, lo sacó nuevamente y se miró al espejo lateralmente, su estómago había crecido estos últimos días. En los vestuarios anteriores no había notado algo a causa de que era pijamas.
-Señor Son ¿esta listo? Lo están esperando.
-Yo... Yo, necesito hablar con Hyunwoo, es urgente.
-¿Con el CEO? ¿Se siente bien?
-¡Si! ¡No! Dile que no me siento bien, corre.- En esos momentos no sabía si debía alegrarse o asustarse.
No tardó nada cuando Hyunwoo entró alterado al vestidor.
-Amor, ¿qué sucede?- Hyunwoo temía lo peor.
-Creo que seremos padres.
-¿Qué?
Estaban que ambos no se la creían. Hyungwon le mostró lo abultado que se encontraba su vientre y salieron corriendo al hospital por su primer chequeo.
Después de esperar impacientes a que el doctor se desocupara, confirmaron que Hyungwon efectivamente estaba en cinta, cerca de dos meses. Así que salieron a celebrar como se debía ese par de tórtolos. Todo era amor y cosas color rosa hasta el quinto mes.
Una tortura para ambos, ya que Hyungwon recibía dolores constantes en el vientre, fueron a su chequeo mensual y recibió la noticia más dolorosa que podía recibir.
El producto había perdido la vida dentro suyo, por eso los dolores, su cuerpo no pudo concebir de forma correcta al bebé.
Ambos padres devastados. Hyungwon tuvo que someterse a una cirugía y quedar estéril, lo mató aún más esa noticia, el saber que jamás y ni por obra del espíritu santo podría volver a concebir una vida dentro suyo.
Esto causó un desbalance en su relación, no salían como antes, no tenían horas de sexo como antes, ni siquiera cruzaban palabras como antes.
Pero no querían separarse el uno del otro, fueron a terapia y expresaron su dolor. Todo iba mejorando, la psicóloga les daba la opción de adoptar. Era cierto, no habían pensado en esa alternativa. Ahora veían el mundo con otros ojos y con más posibilidades.
-Amor, ¿podríamos ir a una casa hogar?- Hyungwon y Hyunwoo caminaban de la mano en un parque en fin de semana.
-Creo que si, iremos mañana después del trabajo, ¿quieres?
-Esta bien.
Así hicieron y fueron al primer albergue que la secretaría de Son le había entregado en una lista. Hyungwon jamás se imaginó encontrar a primera vista a un angelito de lo más tierno. Su nombre era Changkyun, un niño de apenas un año. La mirada del más alto brillaba al ver a ese angelito babeando, era simplemente encantador, por otro lado, a Hyunwoo también le encantaba, sólo que no lo cargaba porque decía que era torpe para esas cosas.
Se decidieron por él y comenzaron con el proceso de adopción.
A Changkyun no le había costado trabajo acostumbrarse a su nueva familia, es más le encantaba ser mimado y ser el más consentido obviamente.
En pocos meses la familia Son había vuelto a ser una familia unida, más responsable que antes y sobre todo mucho más amorosa.
