En la discoteca "
(TN) estaba en la pista de baile, moviendo todo su cuerpo de manera ondulante, provocativa, sensual. La música atronaba en sus oídos y el sonido fluía por todo su cuerpo, haciéndola sentir extrañamente viva, haciendo que hasta el último rincón de su piel vibrara. Bailaba con los ojos cerrados, dejándose llevar solo por la música, aunque de vez en cuando miraba a su alrededor, estudiando a los machos en celo que la miraban con ojos de depredador.
Se había colocado justo en aquella zona, cerca de la barra, para llamar la atención de los chicos.
Ellos nunca bailaban, al menos no sin pareja. Las chicas no tenían problemas en salir a la pista de baile con amigas y marcarse unos pasos, pero ellos siempre se quedaban como pasmarotes en la barra, bebiendo y, con suerte, marcando el ritmo de la música con la cabeza. (TN) ya había conseguido que alguno de ellos cayera en sus redes y al menos tres se habían acercado a bailar con ella, uno incluso le había sobado el culo sin disimulo alguno. Pero ninguno había conseguido aguantar su ritmo durante más de una canción y, para qué mentir, ninguno de ellos había sido especialmente guapo. Y eso que ya iba algo bebida y los fogonazos de luz que barrían alocados la pista cada poco la estaban dejando ciega. Si aquellos mismos hombres se le hubieran acercado al inicio de la noche probablemente se habría reído de ellos en su cara.«El de la esquina no está mal» pensó (TN), tironeándose un poco del top negro hacia abajo para que sus pechos asomaran generosamente por el escote. Su falda vaquera blanca se le estaba subiendo por la cintura y debía estar a punto de enseñar los cachetes del culo, pero no le importaba. Había ido a aquella discoteca buscando sexo e iba a conseguirlo sí o sí.
Bailó la siguiente canción mirando al chico que ocupaba la esquina de la barra y que le devolvía la miraba con una sonrisa lobuna en la cara. No le quitaba los ojos de encima, mirando sus caderas moverse en círculos, sus pechos subir y bajar al ritmo de los saltos, y cuando (TN) creyó que ya lo tenía en sus redes, le hizo un gesto con la mano, llamándolo. Después se llevó el dedo extendido a la boca y se lo chupó, dejando que él viera su cálida y húmeda lengua.
El chico pareció decidirse y se levantó del taburete en el que estaba sentado. No obstante, apenas había dado un paso cuando una rubia apareció a su lado, besándole en los labios y cogiéndole con confianza del brazo.
«Mala suerte, amigo» pensó (TN). «Te llegas a decidir un minuto antes y estarías en el baño con la bragueta bajada mientras tu novia te buscaba».
La canción terminó y la joven se dirigió hacia la barra, sedienta. Mientras bailaba no llevaba ningún vaso para poder moverse con mayor libertad, pero iba siendo hora de tomarse su tercer cubata.
El camarero no tardó en atenderla, atraído por su generoso escote, y estaba esperando a que le trajeran lo que había pedido cuando alguien le tocó el hombro. Se giró y se encontró con un chico que debía tener su edad, al menos un palmo más alto que ella y con unos hombros anchos que le gustaron.
-¿Eres (TN)?
Ella no se sorprendió de que supiera su nombre. Muchos se lo habían preguntado a lo largo de la noche y aunque solía dar nombres falsos, con alguien debía habérsele escapado el suyo real. Y la verdad es que no le importaba que él supiera su nombre, era guapo y muy masculino, con brazos fuertes y una camisa blanca ajustada que le quedaba muy bien.
-Sí, ¿y tú cómo te llamas?
-LeeTeuk.
(TN) recogió de la barra el vaso de tubo que le había dejado el camarero y bebió un largo trago.
-¿Bailas, LeeTeuk? -preguntó girándose de nuevo hacia el chico, al que sorprendió mirándole el culo. Sonrió ampliamente a la vez que él parecía algo avergonzado-. ¿Has venido con novia?
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follamigos Leeteuk y tn
RomanceTras un encuentro fugaz en una discoteca, un viejo amigo de (TN) le propone que sean follamigos. Ella no está del todo convencida pero acepta la proposición. ¿Qué daño puede hacerle tener encuentros sexuales consentidos con un chico que no está per...