capitulo 10

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(TN), decidida a llevar a cabo su prueba, invitó a LeeTeuk a acompañarla de fiesta el sábado por la noche. Él aceptó, aunque tendrían que salir a partir de las doce, cuando él hubiera terminado en el restaurante. Ya era casi la hora y (TN) estaba terminando de maquillarse. Había elegido un vestido blanco atado al cuello, con un escote que insinuaba más que mostraba, llegándose casi hasta media barriga, y un acabado ajustado en torno a sus caderas. Se sentía una diva.

LeeTeuk le dio el toque que habían acordado para avisarla de que salía a recogerla y (TN) recogió todas sus cosas rápidamente. Cuando él la vio, sonrió admirado, devorándola con la mirada.

—Guapa, ¿te llevo? —le dijo tras silbarle.

Ella sacudió la cabeza, divertida. Se montó en el asiento del copiloto y cerró la puerta.

—¿Dónde tiene planeado ir la señorita, que se ha puesto tan guapa?
—Me apetece ir a la disco donde nos reencontramos.
—¿Qué? ¿Por qué? —él pareció sorprendido e incluso algo molesto.
—Me apetece bailar.
—Para bailar podemos ir a sitios más cerca. El pueblo estará animado hoy con la feria.
—No, no quiero que sea aquí.
—¿Por qué?

(TN) no tenía intención de revelarle todavía sus intenciones, pues podría ponerle cualquier excusa para negarse a ir. Tenía que llevar a cabo la prueba bien.

—Venga, por favor, me apetece. Yo pago la gasolina —dijo poniendo ojitos.

Cuarenta minutos después estaban en la puerta de la discoteca. Antes de salir, (TN) se había
tomado un café bien cargado para evitar que el trayecto la adormeciera, aunque LeeTeuk, que no había sabido el plan de antemano, no parecía llevar el cuerpo para mucha fiesta.

—La verdad es que estoy un poco cansado. No sé si podré bailar mucho.
—Bueno, te buscaremos un sitio cómodo donde poder descansar —le sonrió ella.

LeeTeuk no sabía en qué se estaba metiendo, era obvio. (TN) se sintió mal un instante, pues había hecho que la llevara hasta allí solo para que viera cómo se enrollaba con otro. Era como un pagafantas, solo que en este caso en lugar de pagar económicamente el viaje, le había dedicado el esfuerzo de llevarla hasta allí después de haber trabajado durante todo el día. Pero no, no debía sentirse culpable, al menos no todavía. Si él pasaba su prueba y se demostraba que no la había estado engañando durante todo aquel tiempo, ya tendría tiempo para disculparse.

Pero LeeTeuk no iba a pasar la prueba. (TN) lo supo en cuanto pusieron un pie en la discoteca y los hombres comenzaron a lanzarle miradas lobunas. La reacción de LeeTeuk fue rodearle la cintura con el brazo con la excusa de llevarla hasta la barra para que pidieran algo, pero parecía estar marcando el territorio, como si quisiera dejar claro que era suya. Aun así, (TN) no dijo nada y se dejó guiar hasta la barra, donde pidieron dos cubatas. Tras darle el primer sorbo al suyo, informó a LeeTeuk de que iba a la pista de baile. Lo tuvo detrás al momento y cuando comenzó a bailar, por mucho que se giraba e intentaba bailar sola, siempre lo tenía al lado, pegado.

—¿Te importa? —dijo alejándolo un poco—. Necesito espacio.

Comenzó a danzar de forma provocativa y, tras buscar un instante entre el gentío que los rodeaba, se decantó por un hombre que tenía a su izquierda y empezó a mirarlo con insistencia, bailando para él. No se atrevió a mirar a LeeTeuk, aunque se moría por saber cómo estaba reaccionando y si se estaba dando cuenta de sus intenciones. No había pasado ni media canción cuando él la cogió por la cintura y, girándola hasta que quedaron cara a cara, la besó.

(TN) tuvo que empujarlo con todas sus fuerzas para quitárselo de encima.

—¿Pero qué haces? —le gritó por encima de la música.
—Venga, (TN), estoy aquí. ¿No te apetece? —volvió a acercarse a ella, que interpuso los brazos para que no se aproximara más.
—Te ayudaré a buscar a alguna chica, ¿ok? Pero ahora déjame que me espantas a los chicos.
—Pero... yo...
—Ya he conseguido que haya ya unos cuantos fijándose en mí. No lo fastidies.
—Pero, (TN), yo te deseo. Pensaba que teníamos un trato y que cuando tú quisieras o yo quisiera, lo hacíamos. Y yo quiero hacerlo contigo esta noche.
—Pero a mí esta noche no me apetece hacerlo contigo, ¿vale? —le palmeó el brazo y, sonriendo, le dijo—: Te ayudaré a que no te vayas de aquí sin tirarte a alguna, lo prometo, pero ahora déjame espacio.

follamigos  Leeteuk y tnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora