Nam Da Reum

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—¡Despierta! Niño, creí que ya te habías levantado. Ya desocupé la ducha.

Da Reum se volteó en la cama, aún un poco adormilado, y se encontró con un Joo Hyuk acelerado y en toalla.

—¿Ya es de día? —Se sobó los ojos y dejó salir un largo bostezo.

—Es ÉL día. Date prisa, los botes salen en una hora —sacó una toalla del estante, que luego le lanzó a Da Reum.

—Ya voy, ya voy.

Salió de la habitación y caminó hacia el baño. Sabía que si no aceleraba sus acciones su hermano mayor le daría a coscorrones, pero su sueño no lo dejaba reaccionar de otra manera.

No demoró más de diez minutos. Al salir vio a Joo Hyuk, ya vestido, llevando un par de maletas hacia afuera.

—Buenos días cariño —le saludó su mamá desde la cocina.

—Buenos día mamá —le respondió de vuelta y avanzó hacia ella—. ¿Crees que alcance a desayunar? —Miró lo que mamá cocinaba y se llevó una mano al estómago que no paraba de rugir.

—No, si no te das prisa. ¡Aún vas en toalla, Da Reum! —le exclamó en forma de regaño.

—Tal vez si como antes ahorre tiempo. —Avanzó para tomar una tostada, pero su mamá reaccionó antes y se puso en el camino.

—Ve a vestirte y podrás comer. —Agarró un paño en modo de amenaza y Da Reum se rió al verla.

—Ya voy, ya voy. —Levantó las manos y se volteó rendido—. Sin embargo, no alcanzaré a desayunar y tendrás que arrepentirte por ver a tu hijito morir de hambre.

—No morirás de hambre por no desayunar —le dijo dejando el paño a un lado.

—Tal vez no nos den comida en el Internado, por qué crees que Joo Hyuk está tan delgado —terminó diciendo y avanzó rápido a su habitación.

—No sigas, Da Reum, además les preparé una colación. —Lo observó caminando o más bien cojeando—. No olvides llevar tus muletas, sabré de Joo Hyuk si no las usas —dijo lo último muy alto para asegurarse de que la escuchara.

Siguió riendo en la habitación, le gustaba enfadar a su madre. Pero su sonrisa se desvaneció al ver el par de muletas apoyadas en un rincón. Las odiaba. Dentro de la casa no las usaba, pero afuera era otra cosa.

Se alistó lo más rápido que pudo y fue por esas cosas feas.

—¡Niño, saldremos en diez minutos! —le gritó Joo Hyuk desde afuera.

—¡Ya estoy listo hyung! —dijo saliendo al pasillo.

—Da Reum, las muletas no son para que las cargues en los hombros.

Se volteó y vio a su padre con una taza probablemente con café.

—Lo sé papá. —Se acomodó las cosas bajo los brazos— ¿Me dejaste algo de comer? —comenzó a avanzar hasta su padre.

—Podrás comer en el camino. —Le sonrió y desordenó su cabello— ¿Estás listo para tu vida de internado?

—¡Seguro! Mi inteligencia me desborda por los poros.

—No me refiero a eso. Sé que no tendrás problemas con tus notas. —Apresuró lo que le quedaba de café y salió hacia la calle con Da Reum siguiéndolo.

—No creo que alguien esté listo para aislarse en una isla —bromeó el chico.

—Bueno, confío en que te vez más tranquilo que tu hermano en su primer día —bromeó de vuelta y ambos rieron.

AISLADOS. El Miedo No Anda En Idols... Bueno SíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora