(Inserte gatito)

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La última clase antes del almuerzo parecía eterna. De esas que debes tomarla, aunque no quieras. Suga sólo esperaba que pasara el primer bloque para que contara su asistencia. Como era la primera clase del año escolar, sería prácticamente pura introducción, así que no le importaba perdérsela.

Cuando ya era hora, tomó sus cosas y se dirigió directo a la sala del piano viejo. La descubrió vagando en sus primeros días en el internado. Es oscura y fría, pero para él está bien mientras haya un piano.

Sólo se sentó en un rincón a escribir letras. Sintió sueño después de un rato, así que pensó en su cama, pero antes de irse a su cuarto a tomar la siesta quiso tocar las teclas.

El tiempo en el piano parecía no pasar. Podría haber seguido tocando por horas, pero algo lo sacó del trance.

Antes de dejar de tocar miró hacia la puerta. Había un chico en el umbral, parecía metido en sus pensamientos. No le tomó importancia.

De repente le volvió el sueño. Se paró para ir a buscar su mochila y cuando salió al pasillo pudo ver la espalda del chico doblando en una esquina.

—¿Hacia dónde va ese chico? —se murmuró a sí mismo—, si se interna más en esta parte del edificio se perderá.

Tuvo la intención de seguirlo, pero negó con la cabeza.

—No es asunto tuyo, Suga —se volvió a murmurar a sí mismo y caminó hacia el lado contrario.

Ya se sabía de memoria cada pasillo del internado, después de tantos años ahí, era algo lógico. Pero no todo es una ventaja para los de último año..., su cuarto queda en el último piso del edificio de residencia.

Ama su cama, pero odia tener que subir escaleras para llegar hasta ella. Sin embargo, no tiene de otra, ya que no hay ascensores.

—¡Ey! ¡Min Yoon Gi!

Se volteó y vio a un chico corriendo hacia él.

No tuvo intención de esperarlo, de cualquier manera, lo alcanzaría. En menos de diez segundos lo sintió llegar a su lado.

—Yoon Gi, eres peor que una sombra —le dijo en modo de regaño—, nadie se dio cuenta cuando dejaste el salón, ni yo, hasta que me volteé para pedirte una goma.

—Fui al baño —dijo sin más.

El chico soltó una risa tipo bufido.

—No es cierto, nadie se demora tanto en el baño. Pero ya que, de todos modos, ya te encontré.

Siguieron subiendo juntos las escaleras. Uno se veía con más energía que el otro, pero nada fuera de lo común.

Llegaron al cuarto de Yoongi y éste lo primero que hizo fue tirarse en su cama.

—Bien yo me devolveré a mi cuarto —habló el chico.

—Hobi, no tenías que acompañarme hasta acá, pero puedes quedarte si quieres.

—Debo ordenar mis cosas, o la convivencia con mis compañeros de habitación se irá a un precipicio —dijo alegre—, pero te veré en el almuerzo.

—Bien, ¿irás a la azotea en la tarde?

—Tengo baile, pasaré un rato cuando pueda ¡Nos vemos!

Yoongi vió a su amigo yéndose alegre, pero no estuvo solo mucho tiempo, al rato llegó otro habitante de la habitación. Se hizo el dormido, y le funcionó, tanto que se terminó durmiendo...

*** *** ***

Carcajadas.

Lejanas carcajadas, que de a poco se hicieron muy fuertes.

—Sshh, despertarás a Yoongi.

—Lo siento, lo siento.

—Tengo hambre, ya es hora de almuerzo.

Se volteó y vio a tres chicos, solo uno dormía en ese cuarto, pero los conocía a todos. Al menor de ellos lo conoció este año.

—¡Oh!, Sugita. Perdón por despertarte.

Se estiró aún acostado y dio un largo bostezo.

—Yo también tengo hambre —les dijo cuando terminó— ¿ya saben que hay dé comer?

—Chang Kyun, fue a ver, pero aún no vuelve.

—Seguro se quedó comiendo, ese I.M.

—Deberíamos ir también. —Suga se sentó en la cama y los demás se le quedaron viendo.

—¿Te habían dicho que te vez muy guapo cuando despiertas?. —le dijo coquetamente el menor de los chicos.

—¡Aish! Sungjae, ¿por qué actúas así? —lo regañaron.

—Ilhoon me lo dice de vez en cuando —le respondió Suga riendo y provocó que su compañero de cuarto se ruborizace.

—¡Yah!, sólo de broma, sólo de broma. Mi corazón es de alguien más —le respondió Ilhoon un poco alterado.

—¿Así?, ¿de quién? —le siguió molestando Eunkwang.

—No es de tu incumbencia...

Suga los vio discutir divertido y se puso de pie, dispuesto a ir a comer.

Cuando llegaron al comedor este ya estaba repleto. Como habían supuesto, I.M estaba sentado junto Jooheon, ya casi terminando de comer.

—Nos abandonaste allá arriba pequeño, ¿cómo te atreves? —lo regañó Ilhoon.

—Hacía hambre hyung, y no quise subir cuatro pisos otra vez —se volteó a verlo y le suplicó— perdóname.

—¡Omo! ¿Y no conoces los celulares o qué? —le regañó ahora Eunkwang.

—Olvidé el mío arriba —le respondió tratando de verse tierno.

—¡Aish! ¡Aish! ¡Aish! —se quejó Ilhoon sentándose junto al menor— Deja de ser tan tierno. —Le revolvió el cabello.

Comenzaron a comer y en poco tiempo ya todos habían terminado.

Min Yoon Gi, de vez en cuándo comentaba algo a la conversación que tenían, pero su cabeza estaba en otro lado.

—Suga, sé que eres de pocas palabras, pero esta vez te estás pasando —le dijo uno de los chicos— ¿En qué piensas?

Se rascó la cabeza y arrugó la nariz.

—Es que soñé algo extraño —les dijo con algo de duda, no esperó respuesta y siguió—. Un chico, estaba en problemas. No se veía mucho, pero creo que estaba en un lugar en ruinas.

Entonces recordó al chico que vio en la mañana.

—¿No saben de alguien que se extravió o algo? —les preguntó.

—Mmm, los de primero siempre se pierden —dijo Jung Ho Seok.

—Sí, supe que un niño nuevo extravió sus maletas o algo así, no estoy seguro —habló Eunkwang.

—Oh, sí, sí —dijo Hobi recordando—. Cuando fueron a recuperarlas encontraron al viejo Yue desmayado.

—¿Eso es cierto? —preguntó Nam Joon, desde el otro extremo de la mesa— no tenía idea.

Al parecer todos habían escuchado el sueño de Suga.

—Sí, lo es —le corroboraron—, pero él ya está bien. Nada de qué preocuparse.

Sin embargo, eso no tranquilizó a Yoongi, se sentía inquieto por el chico que vió caminando en los pasillos viejos esa mañana...

AISLADOS. El Miedo No Anda En Idols... Bueno SíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora