En el instituto no había nada que hiciera que Nam Joon se quedara durante el fin de semana, a menos que el profesor Park Hae Jin se quedara ahí también, pero eso no sucedió, así que Nam se marchó a su casa.
Y ahora ya estaba de regreso. Se despidió de su hermana en el muelle, ya que, ella debía tomar un bote que la llevara al otro lado de la Isla. Y ahora caminaba por el pasillo mensajeándola para saber si llegó bien.
Solo llevaba una mochila al hombro con algunas cosas que trajo de casa, como ropa interior limpia y cuadernos que traía de vuelta con la tarea hecha. Siguió avanzando lentamente en dirección a su cuarto. A pesar de que es de día hay poca luminosidad, pero eso no es nada nuevo en el instituto, al menos los que llevan tiempo ahí, ya están acostumbrados. En el camino varios chicos lo saludaron con afecto. Choques de puño y uno que otro abrazo.
Quedaba poco para entrar a clases así que se apresuró lo último que le quedaba para llegar a su habitación. Entró de golpe y un grito agudo y alto lo hizo soltar su celular.
Se asustó pensando que podría haber golpeado a alguien con la puerta, pero en la habitación solo estaba Jackson. Iba en calzoncillos y por alguna razón se tapaba con una sábana. Nam Joon se rascó la cabeza sin entender, recogió su celular y volvió a salir cerrando la puerta, no sin antes pedir disculpas a su compañero de habitación. No sabía por qué pedía disculpas, pero la cara del chico le dio a entender que debía hacerlo.
«¿Acaso está ruborizado?» —pensó Nam, y luego negó con la cabeza— «no, ¿Por qué lo estaría?», «Tal vez hacía ejercicio».
Nam Joon trató de auto convencerse de que el rumor que corría sobre que Jackson gustaba de él, era falso. Y que ahora solo estaba mal interpretando las cosas.
Esperó afuera unos diez minutos. No conocía mucho a Jackson, habían entrado el mismo año y coincidían en muchas clases, pero recién este año habían intercambiado un par de palabras porque comenzaron a compartir habitación. Le caía bastante bien, sin embargo, jamás lo miraría con otras intenciones. Sus ojos solo son para el señor Park Hae Jin.
Miró la hora, preocupado. Si seguía ahí afuera parado llegaría tarde a clases. Se sintió tonto estando ahí sin hacer nada.
«¿Por qué no entras Nam Joon?» —pensó otra vez— «No hiciste nada malo», «Además también es tu cuarto».
Luego de varios pensamientos sobre si entrar o no, se decidió a golpear la puerta, pero antes de hacerlo Jackson salió con mucha velocidad y con la capucha puesta. En pocos segundos se perdió entre los chicos del pasillo.
Nam Joon entró a su cuarto después de despabilar y se apresuró a guardar sus cosas y sacar lo que necesitaba. Cuando salió al pasillo nuevamente, ya casi no había chicos.
Comenzó a correr. No quería llegar tarde a su clase favorita, aunque ya no podía hacer nada al respecto. Lo único que le quedaba era inventar una buena excusa para decirle al profesor. Sabe que el señor Park Hae Jin no pondrá problemas, ni siquiera lo regañará; le dará una hermosa y perfecta sonrisa, y luego le dirá que tome asiento. Pero Nam Joon no quiere fallarle, ni siquiera diez minutos, realmente le duele mucho. De todos modos, espera esa sonrisa con muchas ansias, siempre había envidiado a los demás chicos que llegaban tarde, según él no se merecían ese regalo.
Ya solo le quedaba la última esquina. Cuando estaba a 4 metros de ella vio que dos chicos de su clase doblaban en dirección a él, y luego otro y otro.
«¿Qué es esto?», «¿Nos cambiamos de sala?»
Uno de los chicos se fijó en él y le saludó— ¡Nam! Creí que no venías, algo extraño en ti. —le dio un abrazo amistoso y notó la agitación de Nam— ¿Venías corriendo?
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AISLADOS. El Miedo No Anda En Idols... Bueno Sí
Fiksi PenggemarEn la Isla Soju se encuentra el internado más prestigioso de artes de Korea. No cualquiera entra, pero eso no es lo que importa en esta historia. Los edificios son realmente antiguos, por lo que los estudiantes sólo deben deambular por los espacios...