(Inserte conejito)

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—Disculpa, estoy perdido —se atrevió a pedir ayuda el chico.

Llevaba como diez minutos recorriendo los pasillos, pero no lograba llegar con las indicaciones que le habían dado en la oficina de administración. Así que volvió, para no perderse más y entonces vio a tres chicos que venían hacia él.

—Hola, amiguito —le respondió el chico al que había acudido— ¿A dónde quieres llegar? —le preguntó, al mismo tiempo que bajaba a otro chico que llevaba en la espalda.

—Un momento —dijo, buscando algo entre los papeles que traía en la mano—. Pabellón C, habitación 347 —leyó.

—¡Vaya! —dijo alegremente—. Da Reum, creo que encontramos a uno de tus compañeros de cuarto —siguió, dirigiéndose al chico que hace un momento cargaba en la espalda.

—Es normal que estés perdido, los pabellones no siguen un orden lógico —habló esta vez el tercer chico que llevaba un par de muletas en uno de sus hombros y una maleta en la mano—. Justo ahora llevábamos hasta allá a mi hermanito.

—Soy Ji Soo, él es mi amigo Joo Hyuk y él su hermano Da Reum —le dijo el mayor, mientras pasaba una de sus manos por los hombros del chico y con la otra apuntaba a sus acompañantes.

—Soy Jungkook.

Realmente parecía un laberinto. Ya iban a doblar una tercera esquina cuándo Ji Soo volvió a ofrecer su espalda a Da Reum.

A Jungkook le alivió que esta vez sí aceptara subir, ya que se sentía apenado por provocar que tuviera que caminar con esas cosas en vez de ir en una cómoda espalda.

Él conocía lo incómodo que era andar con muletas, se había lesionado hace un par de años. Y por la manera de andar del chico, además de incómodo, era doloroso.

—Entonces, ¿este es tu primer año? —habló Joo Hyuk.

—Sí. Me transfirieron de otro instituto. Debería ir en segundo, pero decidí empezar de cero nuevamente.

—Tengo un nuevo hyung —rió Da Reum—. Sin embargo, te llamaré Kookie, ya que vamos en el mismo año.

—Suena como a galleta, pero me gusta —rió también Jungkook, arrugando su nariz—. Te dejaré hacerlo.

Los pasillos eran un poco oscuros, si no fuera que estaba lleno de chicos bromeando, serían bastante tenebrosos.

—Mmm... 340, estamos cerca —señaló Ji Soo—. Debe ser una de las del final.

Comenzaron a caminar un poco más lento para poner atención a los números de las habitaciones.

—Aquí es —dijo al fin Jungkook.

El número estaba un poco borrado, pero se notaba lo que decía. Al igual que las otras habitaciones, la puerta se encontraba abierta.

Un chico se encontraba hincado en el piso junto a una de las camas, ordenando cosas que sacaba de su maleta.

Antes de entrar, Jungkook, golpeó un par de veces. El chico al escuchar se volteó a verlos alegre y se puso de pie rápidamente.

—¡Hola! —dijo aún alegre y comenzó a hacer pequeñas reverencias hacia Jungkook y los chicos, provocando que su cabello castaño claro se le despeinara un poco.

—¡Aigo! Que maleta tan pesada. —Entró atropelladamente Joo Hyuk— ¡¿Qué tal?! Me llamo Joo Hyuk —se acercó y estiró una mano hacia el chico—. Los peques son Da Reum y Kookie. Y este fortachón es Ji Soo —terminó apuntando a su amigo que bajaba a su hermano en ese momento.

—Un placer, soy Jisung —se presentó, tomando la mano que le habían estirado.

—Un placer —respondieron los demás al unísono.

AISLADOS. El Miedo No Anda En Idols... Bueno SíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora