Contengo las ganas de gritar su nombre como si con eso pudiera despertarla, pero al final no emito sonido alguno, sabiendo que si lo hago tal vez me pase lo mismo. No quiero arruinar mis chances de escapar con Tyra.
Oculto mi sorpresa cuando una de las sombras se materializa frente a mí dejando ver la familiar forma de un tipo: Luke.
Dejo escapar un gruñido fastidiado de entre mis labios, mientras frunzo mi ceño con evidente desconfianza. Alzando la barbilla me acerco a él, casi desafiante mientras contengo las ganas de darle un puñetazo.
—¿Qué le han hecho? —es lo único que me atrevo a preguntar a pesar de estar seguro de que sea cual sea su respuesta, no le voy a creer.
Luke solo se ríe de mí, como si estuviera disfrutando de su propia broma privada, sin molestarse en tomar enserio la amenaza colgada en mi voz. Una de las comisuras de mis labios se crispa.
Huye susurra una voz en mi mente.
No me doy tiempo para analizar lo que acaba de pasar antes de que, con una rapidez que incluso me sorprende a mí, tomo a Tyra entre mis brazos e inicio nuevamente a correr. Viendo todo de reojo como pintura arañada por un pincel de un lado a otro.
Casi grito victoria cuando las siluetas se quedan paralizadas un instante, como si no hubieran previsto lo que iba a hacer. Aun así una roca de pánico se atasca en mi garganta cuando inician a correr hacia mí y Tyra.
Un miedo totalmente diferente impregna mi piel al tiempo en que me doy cuenta de que Tyra casi no pesa, como si su cuerpo estuviera compuesto solamente por ramas.
Sigo corriendo.
Mi ritmo se reduce cuando varios gritos inician a llenar el antes silencioso ambiente.
Volteo a ver sobre mi hombro sin dejar de correr, e intento no paralizarme al ver como las demás personas también notan las sombras persiguiéndome hacia la salida. Suelto un suspiro junto a un gruñido cuando siento como mis alas amenazan con destrozar mi sudadera. No, todavía no.
Un nuevo temor inicia a tomar forma en el interior de mi estomago cuando las siluetas pasan empujando y dando codazos a cualquiera que se atraviesa en su camino.
Vuelvo mi vista hacia enfrente otra vez, concentrándome en la salida, para ignorar el ácido que siento desintegrar mis huesos y mis pulmones gracias a la cercanía de Tyra.
Los gritos no cesan en ningún momento, ni cuando logro salir a la calle.
Con la cabeza todavía dándome vueltas debido a la adrenalina, otra clase de gritos llaman mi atención justo cuando las sombras se detienen en la puerta.
—Tráiganme a los dos.
Y estas palabras son como un pinchazo en la piel, porque tan pronto como se deslizan hasta las sombras, esta inician a materializarse de un nuevo modo mientras continúan en nuestra persecución. Ya no parecen fantasmas, sino personas de carne y hueso.
Lo único que me indica que no son seres humanos, son sus ojos relampagueando de tonos rojizos y dorados que no se despegan de nosotros.
Igual que si fuera un despertador, un sonido a lo lejos capta mi atención. Las sirenas de las patrullas indicándome que tan lejos está la policía.
Miro hacia a mi alrededor, buscando con la mirada una posible ruta para huir de aquí y llegar al orfanato lo antes posible.
Al final termino escabulléndome en un callejón tan estrecho que tengo que proteger la cabeza de Tyra con mi mano. Mi respiración temblorosa mezclándose con la de ella.
Todavía sin estar seguro de que ya dejaron mi persecución y la de Tyra, volteo a mirarla.
Casi me relajo al verla tan calmada luego de verla vivir y dormir en pesadillas. Sus labios entreabiertos como si no pudiera respirar a pesar de que su pecho sube y baja con rapidez.
La recargo con delicadez en el piso, casi esperando que se despierte por el frío.
—¿Tyra? —me atrevo a susurrar, esperando inconscientemente a que despierte susurrando mi nombre como aquella vez que la encontré en el bosque.
Ella solo se remueve lentamente como si estuviera incomoda. Por un momento pienso que no va a despertar cuando sus ojos se medio abren junto a un suave susurro —Kal...James...
No termina de decir nada más cuando sus ojos vuelven a cerrarse con pesadez y su respiración vuelva normalizarse.
Suelto un suspiro entre decepcionado y cansado.
Debo llevarla al orfanato, junto a James.
Trago saliva al tiempo en que le retiro un mechón de su cabello del rostro antes de volver a cargarla.
Una idea se desliza en mi mente.
Ya sé a dónde debo llevarla.
Casi me río al pensar en que el hecho de que mañana debamos volver a la realidad parecía una broma de mal gusto después de todo lo ocurrido hoy.
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Tinieblas
ParanormalTyra Brooks, es una chica huérfana llena de miedos e inseguridades, incluso llegando a temer a su propia sombra. Pero lo que la vuelve especial es que su aventura comienza cuando escapa del orfanato donde se encontraba tratando de escapar de su prop...