A veces pienso en la doble moral de la gente, nos preocupamos cuando alguien cercano a nosotros se encuentra mal, solo si nos interesa que este bien. ¡Somos re-insensibles al dolor ajeno! pero así somos. Aquí me tienen conduciendo nuevamente a casa, si hubiera sabido que la profesora estaría enferma hoy y como consecuencia no tendría clase, te juro que no habría peleado tanto con las sabanas ¡Las horas de sueño que perdí! Ellos también son insensibles con mis sentimientos.
Estar en casa sin mama se siente mal, es tan diferente del ambiente cálido que hay en su presencia, ahora solo encontrar el vacío me hace pensar que sin ella no sabría que hacer. Tomo mi celular, no entiendo porque no ha llamado, o tal vez llamo a casa y yo no estaba. Podría ser. Tendré que halarle las orejas ¡Las hijas también se preocupan! ¿Qué tal si fuera yo? No quiero pensar en eso, seguramente ella llamaría primero a la policía, después a mí. Es un poquitín exagerada, y por eso la amo.
Doy clic a llamar, espero pacientemente a que ella conteste... Nada. No timbra, ni va al buzón, quizás ella este viajando a casa, en la carretera la cobertura es pésima, debe ser eso, pero no la justifico, ella sabe que detesto cuando no contesta, parece que fuera yo la mama estresada en casa porque su hija no llega. Me calmo un poco, estoy siendo sobreprotectora, debe ser herencia genética. Ella es así conmigo, esa es una de las causas de nuestras peleas.
Está bien, dejemos a mamá vivir un poco su vida lejos de mí. Me pongo una ropa más cómoda, decido que si quiero salir este fin de semana, debe encontrar la casa totalmente impecable, para hacer chantaje emocional, lo dicho, es bastante sobreprotectora y no quiero pelear con ella sabiendo que en estos momentos la extraño tanto.
Prendo el estéreo a todo volumen, hacer aseo sin música debería ser ilegal. Inicio con la losa atrasada, ¡A lavar se ha dicho!, luego barrer, trapear, desempolvar... Debo de ser muy buena hija para hacer esto, y ella muy buena madre. ¿Cómo puede hacer esto a diario? Estoy agotándome ¡Solo he terminado con la sala!
Escucho el teléfono fijo sonar en la sala, seguro mama vio mi perdida, a de pensar que enferme por estar llamándola a estas horas. Se supone que estoy en el instituto.
-Bonitas horas de aparecer- contesto cuando el mando está ya en mi oído.
-No pensaba que estuvieras esperando mi llamada- La voz que llega desde el teléfono no era la que esperaba, Tara no me llamo anoche, no escribió, no nada. O debería decir todo.
-Lo siento creí que era mamá- digo excusándome.
-¿Estás sola en casa?-
-Sí, está de viaje por unos pocos días- hay un silencio prolongado después de decirle aquello.
-Voy para allá- solo escuche el pitido que indicaba que la llamada termino. Tara está loca, por eso somos las mejores amigas.
Solo pasaron seis horas y veintitrés minutos cuando el timbre de la casa interrumpió mi cesión de limpieza intensiva, definitivamente Tara está muy desesperada por verme (¿notan el sarcasmo?) Abro la puerta rápidamente y ella entre en mi casa tal como lo ha hecho cientos de veces durante nuestros años de amistad. Créeme que considerando que ya pasan los diez, ella conoce esta casa tan bien como yo. Se sienta cómodamente en el sofá y espera a que yo esté a su lado para hablar.
-Escúpelo- me dice, pero esta vez no sé qué es lo que debo “escupir”, la observo durante un tiempo. ¿Cuántas veces hemos dicho esa frase? ¿Por qué en esta ocasión estamos tan fuera de sintonía? ¿Hay algo que olvide contarle? –No me veas así, sé que pasa algo. ¿Por qué no me llamaste si tu mamá no está en casa? -¿Por qué no llame? Ni siquiera había pensado en esa posibilidad, y de repente mi mente se ilumina ¡Tara! Hay que ser descarada, si yo estaba brava con ella por ocultarme lo de James, ella sabía quién es y me habría mandado ignorante de esa situación tan incómoda, sino es porque lo recuerdo inesperadamente. ¡Gracias cerebro! ¡Lo estás haciendo de pu** madre!
Siento la molestia de esta situación nuevamente, ¿Qué pasa que mi mejor amiga está ocultándome cosas? -¿Enserio Tara? ¿No tienes ni idea de lo que pasa?- la condescendencia en mi voz es evidente, ella abre los ojos con reconocimiento. Sabe que no me gusto la aptitud que tomo, pero es el momento de que explique el porqué de eso.
-Kat…- su voz se apaga, reconoce mi enojo, sabe que debe explicarse así que me limito a dejarla hablar –Lo sé, lo sé. No te gusto que te tirara a los lobos- Alzo una ceja ¿está en verdad utilizando ese refrán? –Es solo que, no supe que hacer. Creí que lo recordarías, después de todo fue muy importante para ti, luego de que su amistad termino estuviste muy triste, yo creí que tú lo evitarías, que simplemente te resistirías a la idea de estar en contacto con él. Lo has hecho durante años. Te juro que no supe cómo abordar el tema, nunca has querido hablar mucho sobre ello… ¿Qué cambio ahora?
-¿Qué cambio?- digo más para mí que para ella. Pienso en la manera en que me reencontré con el después de tantos años (Eso todavía lo acredita como el mayor idiota que he conocido), en cómo ha cambiado, sus ojos parecen más penetrantes que antes, sus músculos visiblemente más formados y definidos, su cabello sigue igual, pienso en como sus retos me ponen a trabajar a mil, el tiempo que se tomó para enseñarme matemáticas ¿Tantas cosas en tan pocos días? Lo entiendo por fin, es el quien cambio, y con eso cambio todo lo demás.
El celular de Tara interrumpe mis pensamientos, ¡he sido salvada por la campana!, escucho su lado de la conversación –Si… estoy donde Kat… no, no… parece ser… no estoy segura… está bien… voy para allá- Esa fue la misma frase que utilizo cuando llamo hace unas horas, así que supuse que se quedaría más tiempo, pero cuando se queda observándome desde el otro lado de la habitación se que se ira, en este preciso momento.
-Lo siento… prometo que hablaremos de esto. No podemos estar tanto tiempo así, somos mejores amigas- sus ojos suplican que acepte esa excusa, me limito a asentir y pienso que tal vez James no es lo único que cambio, tal vez todos cambiamos.
Escucho como la puerta se cierra, siento en mi estómago un vacío inmenso. Tara, mi mejor amiga, la persona que me ha acompañado tanto tiempo, con quien jure poner nuestra amistad en primer lugar antes que todo. Me deja porque alguien la llamo al teléfono urgente. El sentimiento de rechazo me hace pensar que de amor no es de lo único que se sufre, también se sufre por amistad. Ahora más que nada lo sé, porque perdí a mi mejor amigo de infancia hace unos años, y siento que me alejo de Tara tan lentamente que ninguna de las dos se ha dado cuenta.
Justo cuando las lágrimas se acumulaban en mis ojos el timbre suena, la ilusión es disparada desde cada célula de mi organismo, mi primer pensamiento es que Tara volvió. Que sintió mi inconformismo y que se preocupa tanto por nuestra amistad que decidió seguir con nuestra conversación.
Salto del sofá, corro hacia la puerta y la abro. Ni el más loco de mis sueños le hace justicia a la visión que tengo en frente, James está en mi casa, vestido con unos vaqueros negros, una camiseta roja y su chaqueta. Está parado viendo directamente a mis ojos, con la más bella sonrisa en sus labios, y tendiendo una rosa roja hacia mí.
-Hola Kat- su voz es muy baja, parece incómodo incluso un poco sonrojado. Nadie había tenido un detalle tan sencillo e íntimo conmigo. Tomo la rosa en mis manos y sonrió en respuesta mientras la me percato de su floral olor. Es maravillosa, me hace sentir especial. En este momento pienso que cambios imprevistos como él, pueden ser buenos ¿O no?
** Hola lectores... Como siempre les doy gracias por leer mi novela, espero el capitulo sea de su agrado. Lamento mucho la demora en subirlo, para no faltar a mi promesa desde ahora los capitulos se subiran los sabados... Un abrazo gigante... Espero que voten por el capitulo o den "me gusta" y comenten ¿Que les parece el detalle de James? ... Estare muy al pendiente de utds... Lia ;) **
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Imprevisto - Lia Martinez
Подростковая литератураHay imprevistos que no podemos manejar, esta historia habla de aquello que tratamos de controlar pero nos supera en poder. De aquello que creemos dejar en el pasado pero vuelve, porque todo en esta vida se nos devuelve ¿Karma? No lo se. Léela para a...