El almuerzo y los periodos de clase después de este pasaron tan rápido que casi no los note, lo único que puedo notar ahora es que estoy nerviosa, llegue a mi casa hace solo cinco minutos y son las cuatro treinta, significa que James llegara en aproximadamente una hora y media. No sé qué hacer, puedo sentir el juego entre nosotros, pero no reconozco las reglas, es difícil poder ganar cuando no sabes nada del juego. Recuerdo en la forma que me vio cuando me empujo, la rabia que había en su voz cuando respondió mi pregunta, la manera en que se rio de mí en la clase de geografía, el modo en que me dijo que tenía novia. ¿Cómo será su novia? ¿Cuánto tiempo llevaran? ¿La ama? ¡A mí que me importa si ama o no a su novia! Maldita sea, estoy pensando como una típica niña. Por lo único que debo estar preocupada es por no quedar como una idiota cuando el este aquí, me dirijo a la cocina debo hacer algo de cena.
En el camino a la cocina enciendo el estéreo, busco mi memoria USB y la inserto, no me preguntes porque, la primera canción que elijo es Girlfriend de Avril Lavigne, simplemente me gusta. Cuando llego a la nevera pierdo todo el ánimo de cocinar, pediré una pizza doble queso hawaiana, mañana me preocupare por la cena si mamá no llega. Sin embargo tomo una Coca-Cola de la nevera, para pasar el rato. Me dirijo a la sala de estar, enciendo mi laptop, tomo el teléfono fijo, hago mi pedido a domicilio y tiro de este al sofá.
Subo a mi habitación y cambio mi ropa a unos shorts cortos (en realidad cortos, pero solo los uso en casa) más tarde cuando el idiota este por llegar me cambio, por ahora usare algo para estar relajada en casa. Mi blusa también es sustituida por un top holgado, que deja cierta parte de mi abdomen al descubierto, me analizo en el espejo de cuerpo entero, para cualquiera este conjunto seria sexy, para mi es solo lo que uso cuando nadie me ve, no soporto las miradas de envidia de algunas mujeres y los piropos groseros que dirigen algunos hombres, prefiero verme un poco simple en la calle pero estar cómoda.
Cuando me siento en el sofá de dos puestos, pongo el computador en mis piernas e inicio sesión en tanto Facebook como Wattpad, hay una historia en este último que espero ansiosa poder terminar, aunque aparentemente sigue en procesos de escritura. Cuando ambos sitios están a mi disposición, paso un rato por Facebook viendo quien está conectado, hay varios de mis amigos del instituto incluso Caleb, en este momento no me apetece hablar así que desconecto mi chat y me dedico a mi lectura, han subido algunos capítulos en el tiempo en que no he revisado.
La pizza llega poco tiempo después, ha pasado cerca de una hora y lo sentí como un segundo. Pienso en los ejercicios que debo hacer, tal vez si debería hablar con Caleb y pedirle que zacee mi ignorancia con su conocimiento, pero el orgullo me mata, no puedo hablarle después de que lo que dijo e hizo, porque tanto aquello que se hace como lo que no se hace cuenta como crimen, especialmente cuando eres mi mejor amigo, él pudo haberme advertido sobre James ¿Por qué no lo hizo? Lo dejare pensar seriamente acerca de su comportamiento, hay algo raro aquí, casi puedo sentirlo, pero como dice el refrán, me sigue faltando el pelo para ser bruja.
Mientras como, la memoria ha llegado al final de la lista de reproducciones, ¿Cuánto tiempo ha pasado?, termino mi gaseosa y un trozo de pizza, tomo otro trozo y me levanto por una Coca-Cola, nuevamente Girfrield suena a través de los altavoces y esta vez canto esta canción a todo pulmón junto a Avril. Llego a la nevera, tomo una lata y sigo cantando camino a la sala, muevo un poco mis caderas en el camino, disfrutando plácidamente de la soledad de mi casa, estoy completamente centrada en esta canción y me complace cantarla a gritos.
La canción termina y siento en mi cara la sonrisa de satisfacción, tal vez esta sea mi nueva canción favorita. Estaba a punto de ir al estero para repetirla cuando caigo en cuenta de una figura alta a unos pocos metros del sofá, tiene una sonrisa divertida en su rostro, podría sentir la burla detrás de esta. ¿Cuánto tiempo ha estado ahí? ¿Me vio hacer eso del canto y baile con esa canción? ¡Qué vergüenza! Pareciera que nunca saldré bien parada con James. Siento un calor en mis mejillas, estúpido ese, ¿Cuánto puedes tardar en tocar el timbre? Solo con esa pregunta mi temperamento salta a mi rescate, estoy en mi casa, puedo hacer lo que quiera. Toma eso idiota. Siento mi cara de póker tomar control de la situación, estas en mi terreno chico, no juegues con lo que no conoces.
El sigue parado ahí asimilando toda esta situación, imbécil ¿Qué espera? Ríete, rétame, dame razones para destruirte. Pasado esos interminables segundos del contacto visual decido atacar primero, así como dicen el que pega primero pega dos veces -¿Nunca te enseñaron a tocar el timbre?- Le digo tan uniformemente como puedo, restándole toda la importancia a lo que él vio.
Su sonrisa no vacila ni por un segundo, eso no me produce confianza –Oye relájate, toque el timbre- Dice acercándose al sofá, y dejándose caer ahí como si esta fuera su casa –Pero aparentemente estabas muy ocupada ahí- Señala el lugar justo donde estaba bailando y cantando, no me cansare de repetirlo ¡Imbécil!
Mi cara de póker tampoco basilla, si así quiere., se le tiene –Parece ser que disfrutaste mucho viéndome, por algo estuviste tan callado y permitiste que terminara de bailar- Digo solemnemente, puedo jurar que lo vi palidecer por un segundo, ¡Pillado! Casi sonrió al saber que sin intentarlo desvié toda la intención de esto, pero no estoy satisfecha aun, apunto más alto –No te preocupes, estoy acostumbrada a esas miradas, no eres el único, te voy a conceder algo. Tienes buen gusto- Le guiño el ojo después de eso, lo observo detenidamente, está pensando en cómo responderme, ¡Estas fuera de base chico! Me siento cómodamente a su lado en el sofá doble, tomo mi laptop, todavía no ha respondido, estoy a punto de reírme a carcajadas por la expresión de su rostro.
De repente él se gira, se va acercando poco a poco a mí, ¿Qué planea? Estoy entrando en pánico pensando en lo que hará, esta su sonrisa de póker otra vez instalada, -¿Estas muy acostumbrada a que te vean?- Me pregunta, sus ojos vagan lentamente por mis piernas desnudas, pasan mi abdomen, mi pecho, incluso tiene la osadía de volver la vista a la punta de mis dedos y seguir su camino a mis brazos, cuello, ojos y labios, se toma un poco más de tiempo para apreciar estos últimos, un tornado de mariposas se arremolinan en mi estómago por la anticipación –Puede que sea verdad cuando usas ropa como esta- Coge en medio de su pulgar e índice la parte baja de mi short, este es el momento en que caigo en cuenta como estoy vestida. Siento como la sangre abandona mi rostro, ¿cómo pude dejar que me vea vestida de esta manera? – ¿Te vistes así para llamar la atención? ¿Tan baja tienes el autoestima?- Esta última frase arrasa con mis entrañas, siento esa comezón en mi garganta que advierte que ha tocado fibra sensible. ¡Maldito!
No permito que mi cara de póker abandone del todo mi rostro, él quiere jugar rudo, pues que seamos dos en el mismo plano. Quito los dedos sujetos a mi short, me levanto del sofá tan malditamente sexy como puedo, me acerco al estéreo con el propósito de ganar espacio entre los dos y pensar detenidamente, no lo dejare ganarme, no hoy, no mañana, no nunca. -¿Te he obligado a ver?- Pregunto sacudiendo mi cabello provocadoramente –Yo me visto como me plazca y complazca, con mayor razón en mi casa, además ni siquiera me hubieras visto si no hubieras invadido mi casa, como lo hiciste- Hago de cuenta que la USB que estaba sacando del estero se me resbala desintencionalmente, me agacho a recogerla lentamente –Piensa lo que quieras, yo estoy muy feliz por la forma en la que me veo, parece ser que el que tiene un problema con lo que llevo puesto eres tu- Me levanto pasando las manos disimuladamente por mis piernas, él no les quita la mirada, lo veo tragar saliva, ¿Otra vez sin palabras? Sonrió ante mi triunfo temporal. Kathy 4, James 0.
Camino hasta el sofá, me siento y agarrando el bolso del piso saco las hojas que ha dado el profesor, James sigue detallando cada uno de mis movimientos, algo cambio en sus ojos, ya no se ven divertidos, ellos dicen a gritos algo más, algo que no entiendo. –Si tengo un problema con lo que llevas puesto- Susurra en mi oído y sujeta mi blusa en esta ocasión –Tal vez deberías quitártelo- Aclara sonriéndome abiertamente.
No esperaba esa respuesta, nunca nadie ha sido tan directo con sus intenciones, no sé cómo responder a eso. Tampoco entiendo nada de lo que hace, un momento me riñe al otro me coquetea, un momento me ve con desdeño y al siguiente el deseo marca sus rasgos. Tomando una respiración profunda me giro para encararlo –Vete al carajo James, ni aunque fuera el ultimo de tus deseos- Respondo bruscamente. El alza su cabeza y ríe a carcajadas ¿Y es que ahora soy su payasa personal? No aguanto esta situación. Me lanzo hacia él, acorralándolo en el sofá e invadiendo su espacio personal. Su risa termina de la misma forma inesperada en la que inicio, me ve confundido por mi acercamiento, lo observo un segundo más antes de hablar -¿Cuál es tu juego James? Pon tus cartas sobre la mesa, pago por ver- Le exijo con toda la seriedad del caso.
El lo piensa un momento, veo a sus ojos brillar con desafío antes de decir: ¿Que tanto estas dispuesta a pagar Kat?
** Lamento mucho la tardanza es subir el capitulo... ¿Que les parecio? ¿Que estarian dispuestas a pagar? ¿Como creen que responda Kat? Estoy muy emocionada por el proximo capitulo, espero sus comentarios. Gracias por leerme, Un abrazo Lia ;) **

ESTÁS LEYENDO
Imprevisto - Lia Martinez
Novela JuvenilHay imprevistos que no podemos manejar, esta historia habla de aquello que tratamos de controlar pero nos supera en poder. De aquello que creemos dejar en el pasado pero vuelve, porque todo en esta vida se nos devuelve ¿Karma? No lo se. Léela para a...