-¿Qué quieres desayunar, bebe? –Le pregunto a Noah, quien está sentado en su sillita frente a la mesa con su cabello revuelto y aun con su ropa para dormir, se ha levantado llorando otra vez, por lo que decidí ir por él y dejar dormir un poco a Cameron.
-¡Yogurt! –Dice sonriendo y recuerdo que salimos corriendo del Centro Comercial después de ver a Justin, olvidando el yogurt de Noah.
-Uhm… Noah hemos olvidado el yogurt ayer –Le explico y hace un puchero muy tierno.
-¿Por qué lo olvidaste mama? –Pregunta con el ceño fruncido retándome como una mama a su pequeño por tirar el tarro de azúcar y quiero reír.
-Por qué te quedaste dormido Noah –Le explico y su cara se vuelve serena.
-Oh… -Rio y el me imita.
-Bien, ahora, ¿Qué vas a tomar nene?
-Quiero una chocolatada –Sonríe mostrando sus dos hoyuelos y me lanzo a besarlos.
-¿Alguna vez te he dicho que te amo mucho pequeño? –Lo miro y asiente tiene esa expresión libertina, dulce, única, los mismos ojos de su padre, me doy cuenta de lo mucho que creció y me invadieron las ganas de llorar, es perfecto.
-Yo también te amo mama –Dice y me da un beso sonoro en la mejilla, nos quedamos en silencio inspeccionando el uno al otro, Noah acaricia mi mejilla cuando un flash nos saca de nuestro trance de el-pequeño-crece-y-la-madre-llora-por-su-buen-trabajo y nos hace girar para encontrar a Cameron en pantalones holgados colgando de su cintura, su torso desnudo, su cabello revuelto y una enorme y linda sonrisa en sus labios, es jodidamente sexy.
-Lo siento, pero tenía que tomar una foto de este momento, se veían hermosos –Se encoje de hombros y yo suelto una risita junto con Noah.
-Quiero verla –Pido.
-¡Yo también! –Chilla contento mi bebe.
-Vean –Cameron ríe y nos muestra la imagen, en ella estamos yo y Noah viéndonos fijamente el uno al otro, yo arrodillada frente a su sillita y Noah con su manito acariciando mi mejilla, estamos viéndonos el uno al otro fijamente, esa foto es perfecta.
-Es hermosa –Digo en un susurro.
-Si… -Dice Noah y vemos a Cameron sonriendo.
-Bien, ya paren o llorare, vamos a desayunar como dios manda –Digo riendo y ellos también lo hacen.
-Buen día nena –Dice Cameron tomándome por la cintura y besando mis labios, su sabor a menta envía una corriente de calor por mi espina dorsal, cierro los ojos y lo tomo de su cuello para profundizar el beso.
-Puaj, eso es asqueroso –Interrumpe una vocecilla y me separo de un salto de Cameron riendo y el hace lo mismo.
-Bien, bien, lo siento –Digo levantando las manos en forma de inocencia –El me obligo –Apunto a Cam y Noah le echa una mirada furiosa, Cameron abre los ojos como plato y se echa a reír.
-Es MI mami –Dice Noah remarcando “Mi”.
-Claro que no –Contradice Cameron en tono juguetón haciendo enojar a Noah.
-Deja de pelearlo infantil –Rio y tiro un trapo a Cameron –Bien, ya basta de bromas, ¿Que quieren desayunar?
-Café –Dice Cam.
-Chocolatada –Sonríe Noah.
(….)
-¿Mami? –Me llama mi pequeño quien juega con unos juguetes en la bañera mientras coloco champo en su cabellos mojados.
-¿Si, Noah?
-¿Quién era el señor aquel que estaba en el Centro Comercial con el que peleaban tú y Cameron ayer? –Dejo totalmente de asear el cabello no Noah y me mira curioso con el ceño fruncido.
-El… Es un… Un amigo –Tartamudeo y el me mira satisfecho con esa explicación.
-¿Cómo Nashty, mami? –Sonríe.
-Así es, como Nashty –Asiento y sigo bañándolo.
Nash, quien fue apodado “Nashty” gracias a Noah, es el mejor amigo de Cameron, es como de la familia, y un gran chico, alto, moreno de tez blanca, con pequeñas pecas en sus mejillas y ojos celestes clarísimos, muy lindos al igual que su sonrisa, aunque bastante inmaduro lo que hace que a veces se comporte como un niño pequeño poniéndose a la altura de Noah, bah, se llevan genial y es muy buena persona, creo que si solo no tuviera ya veinte años y no trabajara en el mismo lugar en el que Cameron, seguiría viviendo con su madre.
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Mi hijo es un Bieber. Justin Bieber ~ Cameron Dallas
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