capitulo 5

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Al final decidí que lo mejor sería llamar a Stuart por ayuda. El apareció diez minutos después en la puerta, acompañado de una muchacha un poco alta y de profundos ojos castaños. Se presentó a si misma como Astrid y congeniamos rápidamente. Ella y Stuart eran novios desde hace varios meses, se habían conocido en Alemania, ya que Ella y John eran algo así como Primos Segundos.

Mientras Stu seguía arriba junto a John, nosotros seguimos hablando de cosas sin sentido alguno. Realmente podría asegurar que ella y Ruth se llevarían demasiado bien. Tendríamos que averiguarlo pronto.

--Así que dime, ¿Que se siente ser el niñero de tiempo completo de John, eh?.

--No soy su niñero de tiempo completo -Respondí, aunque eso no era del todo cierto- Solo estoy con el hasta tarde y.... ¡Oye! ¡Yo no soy su niñero!.

Astrid comenzó a reír. Era una risa melodiosa, que solamente me hacía sentie más culpable por mentirle. Y Aunque me costara aceptarlo. Yo era niñero de John, me guste o no.

--Vale,perdón -Soltó una risita y levantó los brazos levemente, en son de Paz. Sonreí- No Quier decir eso, solo, uh. ¿No Te Desespera?.

--<<Totalmente>> Pensé- Uh, ¿a que te refieres?- pregunte inocente.

--Bueno, lo conozco desde casi toda mi vida, y él es una persona muy difícil. Sabes, antes del accidente, el solíabir a todos lados, acompañado por mujeres y fumando y tomando sin control.

-Casi me Ahogo-- ¿Qué? ¿El Fuma y Toma? <<¿Y Es Mujeriego?>>.

--Ya No. Bueno, no lo sé -Confesó-. Antes lo hacía, pero ahora... Uh no, no lo creo. El ha cambiado bastante. Aunque siga siendo el mismo arrogante de siempre.

--Te entiendo -Le dije, brindándole una sonrisa-.

Astrid abrió la boca para decir algo más, pero rápidamente fué interrumpida por los chicos que venian hacia nosotros bajando las escaleras. John apoyado de Stuart, por su puesto.

La visión me recordó a los bailes de graduaciónes, en los cuales, los chicos esperan a las chicas a qud salgan de sus cuartos y bajen las escaleras para ponerles la flor en la mano. Solo que aquí era al revés. Chicos por chicos -En mi caso con John- y sin nunguna flor.

Stuart tomó la mano de Astrid y la besó lentamente. A lo que yo me sonrojé.

--Oh, vamos. No le den un espectáculo al pobre Paul, ¿está bien? Stuart, puedo oír tud gemidos a kilómetros -Dijo John con un tono irritado. Astrid golpeó en el hombro a John y rodó los ojos-.

Me aclaré la garganta- Bueno, se hace tarde, ¿no?. Deberíamos irnos ya -Dije para romper la tensión imaginaria que se acumulaba alrededor de mi. Los tres asintieron y en poco tiempo nos vimos apretujados los cuatro en el viejo auto descapotado de Stuart. Me senté en el asiento trasero con John. Con nuestras rodillas y hombros rozándose. Me sentía nerviosa.

--¿A Donde Vamos, Stu? -preguntó John mientras rascaba su cabeza y miraba hacia el cielo. Literalmente-.

--Ya verás -Dijo él, visiblemente animado y sin percatarse del silencio incómodo qud creó su comentario. Astrid lo fulminó con la mirada y de pronto pareció reaccionar-. Oh, John, perdón yo...

--Ahórratelo -Contestó John con un tono frío y molesto-.

Vaya, y este parecía que sería un día bueno. Media hora después, Stuart estacionó el coche en frente de un gran parque verde. Era uno de esos dias en los que la feria ambulante andaba por aquí, así que decidimos aprovecharlo al máximo. Astrid se llevó a John a comprar un par de entradas, Mientras yo me quedé con Stuart a solas.

Corazón Ciego - [McLennon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora