Capítulo 21: Tatuaje de elefante

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Pov's princesa Grace

No puedo creerlo todavía; la cantidad de información para procesar es abrumadora. ¿Por qué nos hizo esto?

Después de su fallecimiento, tuve que acudir a psicólogos y psiquiatras para recibir tratamiento médico, ya que me resultaba imposible conciliar el sueño. Prácticamente no dormía, y cuando lo conseguía, sufría pesadillas horribles. Si no hubiera estado constantemente acompañada por mis hermanas, no sé qué habría sido de mí. Me sentí extremadamente vulnerable, sin deseos de moverme, como si mi vida se hubiera detenido en ese momento.

Siempre fui muy unida a mi familia desde pequeña. Seguía a mi madre a todas partes, aunque a veces me resultaba imposible acompañarla debido a que la mayoría de sus compromisos eran reuniones de la realeza, en las cuales no se me permitía estar presente. Sin embargo, yo me quedaba fuera de la sala de reuniones, ordenando flores, leyendo un libro o coloreando, esperando a que ella saliera. Como nuestras clases eran por la mañana, pasaba toda la tarde con ella. Me enseñó a leer, a escribir y a creer en mí misma. Nunca me dijo cosas negativas; siempre me alentaba a creer que podía lograr lo que quisiera.

Recuerdo claramente cuando era pequeña y mi madre me leyó el libro de Mulan. Me dijo: "Tú podrías ser como ella, no dejes que ser princesa te defina. Haz lo que sientas en tu corazón y nunca dudes de tus capacidades".

En esos momentos, deseaba que todos los niños del mundo tuvieran la oportunidad de tener una madre como la mía, alguien que confiara en mí y me ayudara a confiar en mí misma.

Pero ahora, no puedo creerlo. Inconscientemente, intento convencerme de que lo hizo por nuestro bien, tal vez porque estaba en peligro de muerte, no porque quisiera abandonarnos.

Aunque no entiendo por qué no le avisó a nuestro padre. Él quedó destrozado después de su "muerte"; ya no era el mismo a partir de entonces. Ninguno de nosotros lo éramos.

Todos cambiamos. Algunos se volvieron más fuertes y otros más débiles.

Aunque no me guste admitirlo, me volví más débil de lo que era. Ella era mi ancla.

Jayden me sacó de mis pensamientos cuando movió su mano frente a mi cara y parpadeé.

―Lo siento, ¿me estabas hablando?― pregunté.

Él negó con la cabeza. ―Solo estaba viendo si estabas bien. Supongo que no mucho, considerando todo lo que acabas de descubrir, pero debes ser fuerte―, me dijo con una sonrisa.

Le devolví la sonrisa para que no se preocupara.

―Tengo que hacer algo, nos vemos luego ―dijo Jayden mientras me agarraba del brazo. Me giré para verlo.

―¿Quieres que te acompañe? ―pregunté.

Negó con la cabeza, asintiendo en comprensión, y luego soltó mi brazo. Le dirigí una sonrisa de agradecimiento y salí de la habitación.

Caminé hacia el castillo, procurando que nadie me viera. Saludé a todo el personal que encontré en el camino; ellos ya estaban al tanto de que no podían revelar quiénes éramos a los de la academia.

Me detuve frente a la puerta de la oficina de papá, respiré hondo y levanté la mano para golpearla, pero luego negué con la cabeza. No podía verlo ahora. Di media vuelta, pero la puerta se abrió. Giré sobre mis talones y me encontré con Marck, quien me sonrió, a lo que respondí con otra sonrisa. Ya era demasiado tarde para irme. Papá me vio y me hizo una seña para que entrara.

Lo hice y cerré la puerta detrás de mí.

Me senté frente a su escritorio.

―¿Por qué no me viniste a visitar antes? Las extraño ―dijo con una sonrisa mientras se ponía de pie y se acercaba a mí para abrazarme. No supe qué hacer, así que simplemente me quedé quieta.

¿¡Princesas en la AFS!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora