Ausencia

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Prisionero sin celda esperando ser liberado
al despertar de la aurora en medio de la oscuridad,
No la vencida fue, la tercera vez cuando ya no respiró

Lentamente fue deslizándose por las paredes,
del espacio pequeño, invisible, transparente
hasta que llegó el piso,  durmiendo por minutos.

La razón no conciliaba, no bastó con hablar,
tenía que reaccionar su pulso no era estable
y el tiempo volaba alto, rápido como un rayo.

En un momento de histeria respiró hondo
y miró al muchacho a  su lado, estoy bien!
fueron sus palabras entre cortadas, estoy bien.

Hasta que se terminen las palabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora