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Cuando por fin había llegado, me dispuse a soltar un gran suspiro de alivio, en todo el vuelo un bebé se dedicó a chillar. Quitándome mi paz y el sueño.

Todo en Seúl era totalmente diferente, eso es obvio. Solo estuve presente dos veces y era muy pequeña, ahora, prácticamente no recordaba nada de esto. Es grande y precioso, muchas personas de allá para acá, algunas corriendo por que tal vez se les hacía demasiado tarde. Arrastre las maletas en cuanto empecé a caminar entre la gente, algunos me miraban sin expresión en su rostro, otros dos chicos me sonrieron a lo cual imite su acción por educación. No entendía el motivo de porque tantas personas o si en verdad todos los días era normal que estuviera a reventar el aeropuerto pero cuando menos me lo esperaba, había chocado con un cuerpo causando que mi celular cayera al suelo. Hice ademán de levantarlo pero la persona me lo extendió, alce mi mirada encontrándome con un hombre alto, traje perfectamente colocado en su cuerpo que le quedaba muy bien, cabello un poco despeinado y castaño, llevaba una bandana en color negro y podría decir que se veía muy bien a pesar de que nunca había visto cierta combinación

— Perdona, aquí tienes tu celular — Me sonrió un poco, lo imite y trate de hacer de una reverencia pero decidí que era mejor no hacerlo. ¿O si? ¡Ay no tengo idea! Esto es difícil, llegaba a pensar qué tal vez les molestaba que una extranjera la realizara.

— Muchas gracias, disculpa, estaba un poco distraída — Realicé una mueca con mis labios, él negó divertido y me dedicó una reverencia. Su inglés era perfecto, a pesar de que sabía un poco de coreano no me atrevía a hablarlo, prefería seguir estudiando hasta que me dieran un certificado y que mi mente esté consciente que ha llegado un nuevo idioma que dominar y practicar en la ciudad.

— Oh, no hay problema. El día de hoy está muy lleno el aeropuerto, según lo que escuché llegaba un artista — Se encogió de hombros volteando su cabeza hacía la salida verificando que alguien se hiciera presente. Es por ello que habían muchas chicas con cámaras.

— Lo he notado, eh... bueno, me tengo que ir — Sonreí sin mostrar mis dientes, volví a tomar las maletas para salir de aquel lugar que empezaba a sofocarme. Pero el hombre me detuvo antes de que diera un solo paso.

— ¿Cuál es tu nombre? — Fue directo, lo admito. Pero en cierta parte me gusto que así fuera.

— Vanya, Vanya Maslov.

— Un gusto, Vanya. Kim Taehyung — Se presento, vaya, nombre bonito para una persona muy guapa como él.

Conversamos un poco sobre mi país de origen, el suyo, nuestra edad y ese tipo de temas donde las personas suelen conocerse. Me había caído de maravilla, es una persona muy buena y amable en cualquier momento. Cuando nuestros caminos se iba a separar, se atrevió a dejarme su número telefónico para que lo llamara a cualquier día y hora. Se lo agradecí y prometí que así sería.

Me adentre al auto que me esperaba para llevarme a mi nuevo departamento sin perderle la mirada, le sonreí aunque no me viera debido a las ventanas oscuras.

No sabía dónde colocar mis ojos por las calles de Seúl, todo me llamaba la atención, era magnifico estar en una ciudad cómo está. Tendría mucho que recorrer y visitar, lo cual me tomaría muchísimo tiempo pero no habría problema. Según Taehyung, se ofrecía a se mi guía. Acepté con uno poco de timidez pero él me dijo que no tenía problema, ahora era donde más necesitaba estar concentrado en otras cosas. Deduje qué tal vez tenía problemas en casa o alguno otro, no pregunte por respeto así que solo asentí y le di unas grandes palabras de aliento: "Todo mejorará, tranquilo". Espero noten el sarcasmo, soy pésima para esos temas pero siempre estaré para escuchar a las personas que lo necesiten.

Me encontraba escribiéndoles a mis padres mi llegada sana y salva a Corea del Sur. De repente, el auto se detuvo de golpe causando que me impulsara hacía delante, coloque mis manos en el asiento de enfrente para no golpearme.

— ¿Que ha pasado? — Le pregunte al chofer que parecía estar muy asustado, bueno, ¿quien no? Estuvimos a punto de chocar contra otro auto.

— Lo siento señorita, el otro auto salió de nada y tuve que frenar para evitar el choque.

— Está bien, gracias — Salí del auto para verificar que la otra persona estuviera bien. El tránsito ya estaba llegando en tan poco minutos, bufé por ello.

Del otro vehículo, que por cierto, era demasiado lujoso, bajo un hombre alto con traje. ¿Hoy es el día de toparme con hombres preciosos? Porque si es así, amo a Seúl desde ya. Oh quede encantada con sus labios.

— Disculpen, disculpen. Les daré un cheque para que arreglen los pequeños daños que cause — Hablo rápidamente, de la bolsa exterior de su saco, tomó una pequeña pluma y después volvió a su auto donde solo metió la mitad de su cuerpo mientras buscaba algo.

El daño no había sido mucho, solo un pequeño rasguño.

— Aquí tiene, no importa si es mucho o poco, la culpa fue mía — Sonrió con preocupación mirándome directamente, era muy guapo. En serio.

— Gracias, no te preocupes. Conduce con precaución — Dicho eso, me di la vuelta para irme de ese lugar. Al parecer le pondrían una multa o algo así, no tenía idea.

Miré el papel entre mis manos donde se encontraba su nombre "Kim Seokjin"

Mari Infidele  | KTH | EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora