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— Vamos, Vanya. Tú puedes — Me alentó Seokjin, lo miré con molestia y este solo cerró su boca para no seguir hablando más. Jimin no dudó en burlarse del hombre de espalda ancha.

Ahora mismo me encontraba realizando yoga, la instructora me comentó que ayudaba a la hora del parto y demás beneficios que no escuché muy bien. Cuando el embarazo comenzó los cuatro meses, el mal humor llegó tanto que cualquier cosa mínima me molestaba. Y justo el día de ayer, Kim Seokjin llega con la noticia de que sería buena idea realizar estos ejercicios por las tardes cada día y si, tenía razón. Pero tomaba fuerza de voluntad para hacerlos, porque me daba mucha pereza levantarme de la cama. Algunas veces solía llorar como una desquiciada pensando que engordaría y probablemente Seokjin busque a otra mujer de cuerpo perfecto, por lo tanto, me haría de lado y nunca estaríamos juntos, pero él se encargó de decirme que no sería así, que me ama demasiado y me veo preciosa. Espero sea verdad.

— Estoy harta de estos ejercicios — Susurré cuando la chica me otorgó el permiso de descansar por diez minutos, Jin me ayudó a levantarme para beber un poco de agua por que mi boca estaba más que reseca. Odiaba eso.

Caminé hasta la cocina con lentitud y me detuve casi de golpe al ver una cajita de brownies de chocolate, sonreí grandemente y los tomé entre mis manos para comer algunos.

— Vanya — Jimin me llamó, coloqué los ojos en blanco y deposité la caja rosa en su lugar. Tomé el vaso de cristal entre mis manos y salí de la cocina.

— ¿Te comiste los brownies, cierto? — Preguntó Seokjin cruzado de brazos y riendo, asentí frunciendo mis labios.

— Bueno, no pasa nada, cariño.

— ¿Y que se supone que iba a pasar? Igual me los iba a comer, quieras o no — Respondí. Jin negó con la cabeza y se acercó a mí, para darme un beso en la frente y acariciar mi vientre que estaba muy crecido, teniendo siete meses, me cansaba horrible y sufría dolores de espalda constantemente.

— De casualidad, ¿han hablado con Taehyung? — Preguntó Jimin, negamos con la cabeza, aunque... hace pocos días pareció enviarme un mensaje de texto pero no estaba muy segura de que se tratara de él.

— ¿Para que lo necesitas? — Preguntó Jin, me dediqué a solo beber aquel líquido que sentía necesitar cada vez más. Jimin solo negó repetidas veces de manera lenta, fruncí mis labios mientras lo miraba tratando de descifrar el por qué la pregunta. Parecía estar muy misterioso pero tal vez solo se trataba de mí mente jugando en mal momento.

Pero hace algunos días, tal vez dos, un número desconocido se presenció en mi teléfono móvil con un mensaje de texto que decía lo mucho que esperaba para que pudiera percatarme de las personas que me rodeaban no eran nada buenas. Eso fue extraño, además de que no convivo con muchas, tengo conocidos pero no al grado de tener una muy buena confianza con ellas. Sin embargo, por mi mente vago Hoseok, tal vez Taehyung volvía a advertirme que era muy tóxico hacía mi persona cuando solo se trataba de mí mejor amigo.

No lo sé, daba igual, me daba pereza lidiar con esos temas. Solo trataba de conversar con Jung para que entrara en razón pero por supuesto que eso le costaría, por el momento solo me ha dicho que pasemos un fin de semana juntos para pasarla divertido, había mucho de que hablar y se que él estaría dispuesto a cambiar.

Después de una hora más, había terminado mis clases, la instructora se despidió de nosotros y me deseó un buen embarazo. Cuando ella desapareció de nuestras vistas mi sonrisa se esfumó y miré a Seokjin con los brazos cruzados, este se encontraba en el sofá totalmente ajeno a lo que yo estaba haciendo, que era mirarlo con molestia hasta que se percatara de ello.

— ¿Pasa algo? — Llevó una fresa cubierta de chocolate a su boca y comenzó a masticarla sin preocupaciones.

— Se que ocultas información de Taehyung — Susurré, él inmediatamente frunció el ceño y negó, mirándome con un rostro confundido o como si estuviera loca.

— No tengo idea de donde está, ¿porque lo sabría? — Bufó, volvió a tomar una fresa con chocolate y prosiguió a comer con toda la tranquilidad del mundo.

Bueno, pensé que diciéndole eso, en Siria como "Está bien, te lo diré, pero debes guardar el secreto", pero ¡no! Así que concluí que si es verdad, Seokjin no sabía nada de Taehyung.

— Solo lo supuse — Me encogí de hombros y decidí sentarme a su lado, me extendió una fresa la cual tomé rápidamente.

El teléfono móvil comenzó a sonar, Seokjin me miró y yo lo miré a él, debatiendo con nuestras miradas quién debe ir por el hasta la mesa de cristal. Pero obviamente iría él, estaba cansada.

— Ve, puede ser importante — Señale el móvil que no paraba de sonar, en el momento que Kim se levantó, dejó de hacerlo pero comenzó el teléfono de la casa. Solté un suspiro tratando de tranquilizarme, últimamente no toleraba tanto el ruido.

Jin se apresuró y tomó su teléfono móvil para verificar de quien se trataba, una vez más frunció el entre cejo, comenzó a teclear rápidamente y después se lo llevó al oído. Le hice señas para saber que era lo que estaba sucediendo pero él negó rápidamente. Lo seguí con la mirada hasta que salió al jardín, desde mi lugar lograba escuchar los gritos, pero no comprendía de que hablaba pues lo hacía en japonés. Lo cual fue muy raro.

De un momento a otro, el timbre de la casa sonó repetidas veces, la sirvienta se encargó de ir hasta allá y verificar de quien se trataba, pero al parecer ella no lo conocía así que dijo:

— Señorita Vanya, es un hombre desconocido — Avisó, me levanté con pereza del sofá y caminé hasta la pantalla donde se supervisaba la principal.

Mi boca se abrió sorprendida, ¿que hacía aquí él?

Hoseok.

Antes de que pudiera abrirle, Seokjin hizo presencia y negó.

— Ve a la habitación.

— ¿Que? No, es Hoseok, ¿que hace aquí? — Traté de tomar la perilla pero lo evitó, me señaló las escaleras con un ademán de cabeza y yo negué.

— Ve a la habitación, Vanya — Repitió pero ahora con un tono de voz más duro, solté la perilla y me di la vuelta molesta sin siquiera mirarlo. Escuché como pronunciaba mi nombre pero lo ignoré, no entendía porque no podía estar abajo cuando se trata de mi mejor amigo.

Por supuesto que no entre a la habitación, me quede en el pasillo luchando para que Seokjin no me mirara, escuché la voz de Hoseok de manera demandante y ronca, ¿que le pasaba? ¿Porque de un momento a otros presiento que todos me ocultan algo?

Comenzaron a susurrar, lamentablemente no alcanzaba a escuchar lo que decían, pero por sus rostros, no era nada bueno. Hoseok negaba con la cabeza mientras fumaba un cigarillo, Jin sostenía un sobre entre sus manos y parecía dudar si abrirlo o no. Sin embargo, Jung le insistió y se quedó frente a él esperando su reacción. Al abrirlo y sacar el contenido que se trataba de imágenes impresas, Kim soltó un jadeo de la impresión y miró cada fotografía con desesperación, alzó la mirada hacía Hoseok quien le sonrió y se encogió de hombros.

— ¿Como es posible que Taehyung haya muerto?

¿Que?

Mi corazón en ese momento comenzó a acelerarse demasiado, parecía querer salirse de su lugar, él... no, Taehyung no pudo haber muerto.

— Seokjin, sabes perfectamente cómo se maneja esto y Taehyung sufrió esta... consecuencia por su misma culpa. No te lamentes, porque los dos sabemos.

Mari Infidele  | KTH | EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora