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Un evento importante. Era donde ahora mismo me encontraba, cientos de personas de un lado a otro portando vestidos y trajes altamente costosos. No me quejaba, solía gustarme esto. La verdad es que no entendía el punto, quiero decir, este evento fue creado solo por gusto.

¿Lo peor? Vi a Kim Taehyung entrar al gran salón, vistiendo un traje en color dorado y su cabello ahora de encontraba rubio. Era una gran combinación. Y por Dios, se veía demasiado bien. Quise desviar mi mirada pero él ya me había atrapado mirándole, me sonrió en grande con ironía, lo odiaba. Era el culpable de todo lo que había pasado meses atrás, odie el como me desprecio. Decidí voltear la mirada y centrarme en alguna otra cosa, por ejemplo, el mesero que pasaba por lado mío junto a una charola con diversas copas. Tomé una rápidamente y la dirigí a mis labios para beber de un solo trago.

Mis padres habían hecho presencia en Seúl meses después para crear este evento de la marca Chanel. Ellos habían levantado la empresa, lo hicieron juntos hace muchos años. Y ahora está triunfando como nunca. Solté un bufido, seguí mi camino hasta el living privado para tal vez fumar un cigarillo. Pero un hombre me empujó, esperaba que fuera accidentalmente.

— Oh, lo siento. No te había visto — Me tomó de la cintura para evitar que cayera al piso, le sonreí sin mostrar mis dientes y asentí. Me zafé de su carrera enseguida cuando noté que él no lo hacía.

— No hay problema.

— Espera, creo que te conozco — Sonrió, hombre alto, labios gruesos y un rostro tan... impresionante. Es muy guapo. De verdad.

— Kim Seokjin, lo recuerdo — ¿como olvidarlo? Había golpeado mi auto con el suyo y después, me entregó un cheque con una cantidad de dinero muy alta. Después, me enteré que es el CEO de Samsung.

— No se tú nombre, te he fallado. Pero es un gusto verte después de mucho tiempo, disculpa por lo de aquella vez —Me dedicó una reverencia, cuando estuve a nada de responderle, Kim me interrumpió colocando su brazo izquierdo sobre mis hombros.

— Que alegría es verlos juntos, de verdad. ¿Acaso están saliendo o algo parecido? — Preguntó con una sonrisa burlona en su rostro, trate de zafarme de su agarre pero me presionaba contra él.

— Kim Taehyung — Mencionó Seokjin, tal vez con molestia. No podía descifrarlo. ¿Pero porque?

— ¿Que haces aquí? — Me atreví a preguntarle, Taehyung remojó sus labios una y otra vez. Coloque los ojos en blanco, parecía estar coqueteando. No podía verlo de la inmensa molestia que me daba.

— Oh bueno, tus padres me han invitado. ¿Estabas enterada que somos grandes amigos? Espero que si, me gustaría verte más seguido.

— ¿Después de lo que me hiciste? No, gracias. Aléjate de mí — Esta vez si logré quitarlo de encima, el rubio asintió ahora con su rostro serio. Me miraba molesto hasta que se fue sin decir algo más.

— ¿Donde lo has conocido? — Frunció el entre cejo, miraba el camino por donde Taehyung había desaparecido. Volví a tomar una copa de pero esta vez trate de no beberla de un solo trago.

— Hace dos años nos conocimos, el departamento que compre está situado en su edificio. Solíamos salir, como una pareja de novios pero de un momento a otro, me despreció. Hasta el punto de humillarme ¿sabes? Pensé que si sería algo muy serio por cómo iban las cosas — Me encogí de hombros, Seokjin asintió atento a cada una de mis palabras. La verdad es que parecía que aquellos dos se conocían de algún lugar, la mirada de Taehyung hacía el otro hombre fue de desprecio pero a la vez burlándose. No entendía.

— No es algo nuevo, Kim siempre ha sido así. Lo conozco desde hace muchos años debido a los negocios, fama de ser un mujeriego total. Cuídate de él.

— Lo haré, no voy a mentirte que al principio sufrí. Pero todo está bien, por ahora solo pienso enfocarme en mí, supongo — Solté un suspiro recordando aquellos momentos donde lloraba hasta muy tarde por Taehyung, él no se merecía mis lágrimas, sin embargo, se las otorgue — Por cierto, mi nombre es Vanya Maslov.

— ¡Oh, Vanya! Bonito nombre, me ha encantado. Es impresionante que una chica como tú ande por estos lugares — Sonrió, era tan guapo. Parecía ser una persona muy amable, una la cual tal vez estaba esperando.


Ese día llegue a mi departamento a altas horas de la noche, mis padres seguían con la fiesta pero estaba exhausta. Quería dormir. Sin embargo, dos hombres rondaban por mi mente. Kim Seokjin y Kim Taehyung. El primero empezaba a considerar que su amistad me vendría bien mientras que él segundo, prefería no verlo a pesar de qué tal vez pueda sentir algo por él. Aún.

No era fácil, nunca lo fue. Taehyung me demostró e hicimos recuerdos que con ninguna otra persona habíamos pasado. En ese momento todo era alegría, confiaba en él. Sentía su amor todos los días, me sentía feliz después de tanto tiempo. El mismo Hoseok me había advertido sobre Kim, a pesar de no conocerlo, me había dicho que debía tener cuidado con los hombres de Seúl. Porque nada es como en las series o mejor dicho doramas. Lo cual siempre había pensado pero mi mejor amigo me lo recordó de forma exigente, quería que me cuidara en este enorme lugar. Decidí que no le contaría más sobre él pero seguimos saliendo.

No entendía el porque me había dejado, el porque humillarme. Lo hizo frente a su familia. Al momento de llevarme a una reunión con ellos donde se encontraban sus padres, tíos, hermanos y demás. Estaba emocionada por que los conocería y sabía que eso cambiaría todo. Pero nunca pensé que para mal.

Al momento que le preguntaron a Taehyung sobre mí, él empezó a responder miles de barbaridades. Le había dicho a toda su familia que no era nadie, simplemente una chica más de un bar. Ya saben, prostituta. Todas la añoradas cayeron en mí, me miraban con asco. Lo único que hice fue levantarme y salir corriendo. Pero aquello no fue suficiente para Kim, me persiguió. Me había alcanzando y me gritó. ¿Por que lo había hecho?

Solté un suspiro de cansancio en cuanto salí del elevador para entrar a mi departamento pero él estaba ahí. Recargado en la pared con su rostro serio pero no al punto de temerle. Lo ignoré y seguí mi camino. Pero me detuvo tomándome del brazo.

— ¿Que es lo que necesitas? — Susurré pero sin mirarlo. Solo escuchaba su respiración muy cerca de mí hasta que hablo:

— Lo siento. Algún día entenderás el porque lo hice. Solo... solo no veas a Seokjin, por favor. Él no es bueno para ti. Ni siquiera yo lo soy pero... por favor, después entenderás todo. Algún día, te lo prometo.

Mari Infidele  | KTH | EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora