27. MI PRIMERA VEZ CON.....¿EL ODIOSO STEPHEN?

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Llegamos a la casa de Alice y Stephen. El lugar estaba a oscuras, prendimos las luces dejándome ver cómo el lugar estaba perfecto.

Estaba lloviendo a cántaros por ese motivo me tuve que quedar con ellos.

-chicos luego vengo, tengo que ir con Toby - mire a Alice pícaramente-¿que?, solo es un amigo, el no me quiere. Aparte no es como si me fuera a invitar a salir, menos por lo que está pasando.

Levantó mis manos, inocentemente -si tú lo dices.

Rodó los ojos y salió de la casa. Ahora estaba a solas con Stephen.

-¿Quieres algo de beber? - yo negué.

-oye me imagino que a Hanna también le habías ofrecido, ¿cierto? -si, yo no estaba hablando era los celos.

Siguió caminando hasta la cocina y abrió la puerta del refrigerador, para sacar una botella de agua.

-no, tú eres la primera al quien le ofrezco.

-¿seguro, ni a Melisa?

Dejo de beber-¿por que tanto interés?, ¿estás celosa?-negué con la cabeza. -¿no?. Entonces no te importa que te cuente los detalles con Melisa.-Me estaba aguantando el enojo, el prosiguió-bien, pues la tenía sentada en cuatro....

-¡ya cállate!, no quiero seguirte escuchando. Estoy celosa, ¿ok?, estoy celosa porque a ellas te las llevaste a la cama- me calle de inmediato, estupidas hormonas.

Camino lo más rápido que pudo y ya estaba enfrente mío, luego me agarro del cabello acercándome a él, y otra vez caí rendida a sus pies, lo necesitabas

Salte y puse mis pies en sus caderas enrollándolas, el mientras me agarraba mi trasero y me lo apretaba.-me gusta que estes celosa.

-solo cállate, te necesito.

Dejo de hablar y continuamos con nuestros besos.

Empozó a caminar, hasta que ya estábamos en su cuarto. Luego me aventó a la cama.

El beso de Stephen sabía cálido y profundo; sentía el calor y la humedad en mi interior, ¡demonios, lo necesitaba!, estaba segura que a lo mejor iba a cometer un error en mi vida, pero no me importaba yo lo amaba. Y es gracioso cuando llevamos poco tiempo en conocerlo, pero mi cuerpo era como si estuviera deseando ese momento con el.

Estaba lista para dar el siguiente paso: dejaría que fuera el quien me hiciera mujer, el que me quitara la virginidad. Me despegué de sus labios y los llevé hasta su cuello, dejando suaves besos sobre su piel, mientras Stephen bajaba con suavidad mi pantalón, yo lo ayude con mi suerte. Pude sentir su miembro erecto contra mis piernas, y eso me excitaba aún más.

-te deseo tanto-me susurró en el oído -¿Segura que estás lista? no quiero saber que eres virgen y perderlo en mi cama.

Hable con torpeza-soy virgen y yo decido cuando es el momento y en donde. Y lo siento ahora mismo, en el lugar correcto.

El hizo un asentimiento, ahora ya estaba en ropa interior, sus ojos observaron detenidamente lo que estaba viendo. El estaba esperando que le quitara la ropa y eso hice.

Comencé a desprender la camisa botón a botón, para luego quitarla completamente. Bese su torso descubierto, mientras mi mano derecha se posaba sobre su masculinidad, con nerviosismo, baje lentamente el cierre de su pantalón. Lo volví a tocar, y tomé su extensión entre mis manos tras bajarle su bóxer.

Estaba muerta de miedo, pero también tenía placer. Si un suspiro alejando mi nerviosismo y vergüenza.

-pruébalo-me insistió, ya no tenía vergüenza. Introduje su miembro en mi boca y comencé a hacer maravillas con ella, las que lo dejaron como loco.

-mmm....me encanta-gimió -pero no quiero terminar así

Comenzó a besar mi  cuello y fue quitándome mi ropa interior hasta dejarme completamente desnuda y lista para mi primera vez.

-Eres hermosa, perfecta para mi

Me sorprendió cuando llevo su rostro hacia mi intimidad, y comenzó a besarla lentamente. No sabía que podía mojarme aún más todavía. Luego insertó un dedo con suavidad.

-¿te duele?- pregunto

-no- respondí, aunque quizás estaba mintiendo un poco, pero era más mi exitación para seguir. - quiero que sigas.

Stephen se posicionó entre mis piernas ahora abiertas, y me beso los labios.

-Dime si quieres que me detenga-me dijo, temiendo lastimarme.

-Dudo mucho que quiera eso- respondí, guiñándole un ojo. Esta lista.

Se alejó, para sacar de su cajón un preservativo para luego ponérselo en su miembro.

Introdujo su masculinidad en mi interior, supe de que hablaban cuando decían que la primera vez dolería. Solté un breve gemido, pero le pedí que continuara. Por suerte, el dolor no duró demasiado y ahora me apoderaba de placer.

Stephen se movía más rápido, de tanto en tanto acariciaba mis pechos, lo cual hacía que mi sensación de placer fuese incrementado.

-¡Más!- gemí, sabiendo que estaba a punto de experimentar un orgasmo.

Stephen me hizo caso, y pronto ambos nos derramamos en un delirio de placer.

El se acosto del otro lado, estábamos sudando y teníamos la respiración agitada.

La lluvia dejo de cesar, dejándonos a nosotros con sueño.

-estuviste de maravilla, Caperucita

-Gracias, mi lobo

Me beso la frente-buenas noches

Y fui quedándome en los brazos de Morfeo.

(...)

Me sentía cansado, y al parecer a ella la dejé exhausta.

Me acomode a su lado, viendo cómo dormía placenteramente.

Acaricié su mejilla, luego empecé a jugar con su cabello.

Estaba sonriendo como un idiota, al saber que yo fui su primera vez.

Me sentía como con ella, se que el sentimiento fue creciendo en estos meses, algo que jamás pasó con Hanna y mucho menos con Melisa.

Con ella me podía sentir único, feliz, y paz en mi interior.

-mamá hubiera deseado que estuvieras conmigo, para presentarte a la chica que estaba durmiendo a mi lado.

Odiaba a mi papá por el hecho de obligarme a elegir una carrera que yo odiaba.

Quería ser Doctor.

DEMON ® | TERMINADA |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora