38. TODOS SOMOS LOS MALOS EN LA HISTORIA DE ALGUIEN.

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DOS SEMANAS DESPUÉS.....
Domingo.

-¡No, Por favor!— me tenía agarrada, en su mano tenía una pistola.

-¡SUÉLTAME!—Grite  lo más fuerte que pude queriéndome zafar de su agarre.

-¿¡Por que lo hiciste!? — me puso de espaldas y me hizo que me pusiera de rodillas, tenía miedo de lo que fuera a suceder, tenía miedo de lo que estuviera haciendo a espaldas mía.

Se escucha un disparo, me giré.
 
Ahí estaba, con la sangre saliendo de su cráneo.

Me zafo y lo primero que veo es que estoy cubierta de sangre y en mis manos tengo la pistola.

-Lo siento.....Lo siento— Sollocé.

Me levante rápidamente, estoy empapada de sudor.

Rápidamente Stephen me envuelve en un abrazó, acariciando mi cabello.

Empiezo a llorar.

-O-otra vez a-apareció la misma pe-pesadilla.

-Shhhh...... Esta bien........ Todo va a estar bien.

Me hacía sentir protegida, y pequeña en sus brazos. Se lo agradezco, pero no me ayudaba a que acabaran mis pesadillas, desde la ultima vez del homicidio he tenido
pesadillas todas las noches, aveces para no molestar a Stephen me quedaba despierta toda la noche y algunas veces gracias al insomnio..... La veía, su cara estaba pálida, tenía su ropa rasgada y estaba sucia pero ahí estaba mirándome.

Varias veces quise decirle a Stephen o Alice pero sabía que ellos tenían sus problemas.

-Es-esta vez era una pi-pistola— nos separamos, el me veía fijamente sin hablar, pensé que se iba a alejar pero fue todo lo contrario, me beso.

Fue tan tierno el beso.

-descansa Caperucita, duerme, voy a estar despierto.... A tu lado, ¿ok?— asentí, me acuesto, el me arropa y empieza agarrar mi cabello, jugando con el.

(...)

Baje a la cocina, me topé con la sorpresa de que ahí estaba Alice —Buenos días— ella me respondió con una sonrisa, la observe, estaba más delgada de lo normal.

Abrí el refrigerador para agarrar una manzana y comérmela.

-¿Alice ya desayunaste? — ella se espera un momento para luego asentir.

Mientes.

La estuve observando toda la mañana y en ningún momento llevo algo a su boca.

-¿Quieres que te haga un caldo de pollo?— ella niega.

-vamos.....y.....¿Un pastel?— sonreí inocentemente.

-No gracias, en serio ya comí.

Arque una ceja— ¿que comiste?

-eh.....¿un cereal con fruta?

-¿que fruta?

-eh....supongo que uvas, fresa, melón,  papaya— empezó a mover su mano para no ponerle importancia.

Me acerque a ella y agarre sus manos acariciandolas— no hay nada de lo que dijiste, solo peras y mi manzana.— moví mi cabeza hacia la manzana que estaba alados mío luego me giré a verla.

DEMON ® | TERMINADA |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora