~Capitulo Dos~

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~Capitulo Dos~

Aburrido. Así se encontraba Blaise Zabini en su habitación. Ese día era sábado y había salida a Hogsmeade, sin embargo; él no podía ir. No le estaba permitido ya que esa era su 'sentencia' por haber ayudado a Draco Malfoy durante la guerra.

— ¡Por Salazar! ¡Solo le presté un libro! Ni siquiera sabía que contenía todo un capitulo de cómo reparar el armario evanescente – dejó salir, frustrado – y eso me bastó para castigarme sin salidas a ningún lado.

—Al menos no haces veinte horas a la semana de servicio comunitario dentro de Hogwarts, como lo hacen Draco y Goyle.

—Ellos sabían, o al menos Draco sabía para qué era el libro, en cambio yo no.

Pansy suspiró larga y tendidamente, ¿Cuántas veces habían tenido esa conversación?

— ¿Y si lo hubieras averiguado, no lo habrías ayudado de todas maneras? – le reclamó la chica, ya cansada de tanto discutir.

— ¡Por supuesto! ¡Además no estoy enfadado con Draco sino con el maldito Ministerio! – Blaise se levantó de su cama, enfadado — ¿Por qué tenemos que pagar por los errores de nuestros padres? ¿Dónde entra la justicia en todo esto?

La chica no habló, solo se limitó a observarlo mientras el muchacho caminaba de un lado a otro.

—Necesito aire – murmuró Blaise dirigiéndose hacia la puerta.

*0*0*0*

— ¿Dónde... estás?

En los jardines traseros del casillo, un muchacho de piel blanca y cabellera oscura, se encontraba a gatas en el húmedo césped. Tenía alrededor de una hora en esa posición, buscando algo en esa zona.

—Sé... que por aquí... fue... — murmuró, mientras su túnica se ensuciaba aún más.

Las manos del muchacho palpaban cada trozo de césped mientras que sus ojos escudriñaban cada centímetro de tierra.

— ¡Vamos!

Desde el primer día de clases, tres semanas atrás, había comenzado con su búsqueda; aprovechaba todo momento por más corto que éste fuera. A veces se saltaba las horas de las comidas con tal de avanzar y encontrar aquello que tanto anhelaba.

— ¿Se puede saber qué estás haciendo aquí otra vez, Theodore? – el aludido, al reconocer al propietario del zapato que tenía frente a él, alzó la mirada. Parpadeó un par de veces.

—Blaise... — murmuró Theodore Nott e inmediatamente continuó con su búsqueda, ignorando a su amigo.

—Theo.

El recién llegado observó a su amigo detenidamente mientras internamente se preguntaba qué era aquello que buscaba con desesperación.

Blaise estaba preocupado por Theo. Éste no hacía otra cosa más que insistir en su búsqueda sin importarle lo demás, sino fuera por el pequeño detalle de que las clases eran obligatorias, éstas también serían ignoradas por su amigo para continuar buscando.

—Es tarde – le comunicó.

Theo no escuchó o quizás fingió no escuchar.

—Ya casi es hora de la cena – Blaise vio que su amigo ni siquiera se inmutó — ¡Theo!

El aludido dio un respingo, parpadeó un par de veces y le lanzó una mirada de total sorpresa, como si apenas se hubiera dado cuenta de su presencia.

— ¿Blaise? – el moreno enarcó una ceja.

— ¿Qué es lo que buscas?

—Nada – se apresuró a decir mientras se levantaba rápidamente y se sacudía la túnica.

—Y... ¿ese "nada" te hace venir a buscarlo en cuanto tienes oportunidad? – inquirió mientras se cruzaba de brazos y lo fulminaba con la mirada.

—No sé de qué hablas – Theo metió las manos en los bolsillos de su pantalón.

Blaise descruzó los brazos y dio un paso hacia él. El otro muchacho retrocedió rápidamente.

—Tengo que ir a...

Sin terminar la oración, Theo salió del lugar con paso rápido. En cuanto estuvo dentro del castillo corrió hasta llegar a un pasillo solitario. Se recargó de la pared mientras esperaba que los locos latidos de su corazón volvieran a un ritmo normal.

*0*0*0*

Ya casi anochecía cuando Neville se ocultó tras unos matorrales de los jardines traseros del colegio con la intensión de observar al muchacho que se encontraba no muy lejos de él. El observado se encontraba a gatas y con varita en mano buscando algo.

Tres días atrás había tenido la conversación con sus compañeras de casa sobre la supuesta venganza hacia un Slytherin; dicho muchacho era el que en esos momentos observaba.

Se acercó lentamente hacia él hasta detenerse a su lado. El muchacho alzó inmediatamente la mirada, una mirada azulada que, al parecer de Neville, emanaba tristeza y desesperación. El Gryffindor se preguntó si la desesperación se debía a eso que buscaba con frenesí.

— ¿Qué buscas? – su tono de voz sonó más tosco de lo que pretendía.

—Nada – respondió el Slytherin, levantándose rápidamente. Neville lo escudriñó con la mirada.

—Eres... Theodore Nott, ¿cierto?

El aludido no hizo ninguna señal de confirmación.

—Soy Neville Longbottom.

—Sé quién eres – le respondió, el Gryffindor trató de ocultar su sorpresa por la respuesta inesperada del otro.

Cuando quiso preguntarle algo más, el Slytherin ya se encaminaba hacia el castillo siendo guiado por el Lumos que momentos atrás le ayudaba a buscar en el césped.

—Estabas... ¿buscando, esto? – murmuró para sí el león mientras observaba apáticamente el objeto que pendía de su mano.

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Gracias por leer!

Pislib

Confía en mi || Harry Potter || Blaise/Theodore || FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora