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Un día cualquiera de la semana Félix descubrió la relación que tenía uno de sus primos con el mejor amigo de HyunJin y otra persona que no conocía del todo llamada Han JiSung.

La verdad no le molestaba el hecho de que sea una relación de tres, con el paso de los meses se les veía bien a los tres y no habían tenido peleas importantes; Chan se veía feliz, era como si esos dos chicos a su manera se complementaran con el pálido, eran un raro match perfecto.

¿Como confirmó que estaban en algo los tres?

Lo había imaginado por semanas, verlos todo el tiempo juntos, a veces susurrándole cosas al odio al otro, noches que Chan desaparecía y cuando volvía era en uno de los autos de los mayores.

Si lo pensaba, no era tan diferente a la relación que él mantenía con HyunJin, pero no era posible —hasta el momento— que les encontraran en el sillón comiéndose la boca.

Porque sí, así se encontró a Chan y los otros dos chicos.

Por otro lado, SeungMin parecía que cada día se enamoraba más de su pareja, Yang JeongIn que hasta ese momento no había dejado ver su rostro a la familia del mayor.

Lee por su parte había empezado a tener ensoñaciones con HyunJin, había estado prestando mucha más atención al rostro del mayor, a veces mirando sus labios por mucho tiempo antes que correr el rostro apenado, el lunar bajo su ojo era un punto de interés, aunque no lo quisiera decir.

Su pechito se sentía cálido cuando el mayor estaba cerca, se sentía muy bonito tenerlo a su lado aún si no era todo el tiempo que ambos quisieran.

A una semana de la dichosa actividad habían quedado bastante poco en las tardes, ambos enfrascados en sus pinturas sin decirle al otro. Conocer a la melliza de HyunJin también fue una aventura, la chica parecía tranquila, pero verla pelear con ChangBin como si fuera algo de todos cambió toda esa percepción; Hwang YeJi es única a su manera.

— Tierra llamando a Lix~ —Lee despegó la vista de su ventana, encontrando a SeungMin apoyado en el marco de la puerta— ¿En qué piensas?

— Muchas cosas —respondió con simpleza, dejando espacio para su menor a su lado, puesto ocupado segundos después.

— Estaba lavando mi ropa y mira lo que encontré.

SeungMin tenía un peluche en sus manos, un gatito que había sido un regalo de la difunta abuela paterna del chico. La única que sabía que Félix podía hablar y quién intentó hacer en vida lo mejor posible para que su pequeño angelito no lo pasará muy mal.

— Pensé que lo había perdido —YongBok tomó el gastado peluche entre sus manos— Antes lo llevaba a todos lados.

— Eras tierno —pellizcó la mejilla pecosa del chico— ¿Por qué estabas tan pensativo?

— Hace casi un año nos mudamos para acá, cuando caí en cuenta no conocía a más nadie que ustedes —jugó con el peluche— Ahora tengo a bastantes personas con las que puedo hablar, es raro.

— A veces lo raro es bueno, también fue un poco de suerte. Sabía que HyunJin era capaz de eso, pero no que lo haría, mucho menos que te acercaras a él. Berry~ —tomó en sus brazos a su mascota que entraba a la habitación.

— ¿Conocías antes a Hyun?

Félix se veía tanto sorprendido como curioso, incluso ladeó su cabeza como cachorrito.

— Se puede decir que antes éramos mejores amigos, pero peleamos mucho sobre tonterías —explicó mimando a su mascota— Nos fuimos a Australia con Channie cuando era bastante pequeño y desaparecí de su vida. Años después volvimos por una temporada, ya no éramos los mismos niños de siete años, pero sí volvimos a pelear hasta llegar a los golpes y otra vez volvimos a Australia.

— ¿También conocías a ChangBin?

— Lo detestaba, es demasiado enérgico y sabes que no me gusta mucho eso —dejó nuevamente a Berry en el suelo antes de lanzarse a la cama del menor, aun mirándolo— Era más la situación de HyunJin y sus dos mejores amigos, él intentaba que nos llevemos bien pero nunca pudo, ahora lo tengo en mi casa cada tres días.

— Binnie es fantástico —responde Lee.

— ¿Cómo van las cosas con HyunJin? ¿No has tenido dudas?

— No lo sé, Minnie; hay veces que no quiero salir de sus brazos, últimamente he visto mucho sus labios, me he sentido raro junto a él.

— ¿Raro malo o raro lindo?

— Raro lindo, un raro muy lindo. Estar con hyung es como estar en el mar de Australia.

Es como estar en casa.

Félix encontraba gratificante el salir a nadar con sus primos, a veces incluso llegando a surfear. Era su manera de relajarse y librarse de aquella vida que le consumía.

— Tengo un poco de miedo sobre todo lo que puede pasar, sé que está mal visto aquí, pero en verdad me arriesgaría por él.

Y él lo haría por mí.

— Bok-ah, la sociedad puede ser horrible y lo sabes, lo has aprendido de la peor forma, pero lo superado a tu manera —tomó una de las manos de Félix para jugar con la suya—No has tenido en muchos meses un ataque de ansiedad, tus uñas están bien, tu labio igual ¡Tú estás mucho mejor! —animó contagiando a su primo de la emoción— Te hemos ayudado, pero tú fuiste el que eligió hacerlo.

— Minnie.

— ¿Qué? —Félix le dió un pequeño jalón para levantarlo de la cama— Si planeas echa-

Los brazos de Lee se envolvieron en el torso de su primo con fuerza, pudiendo sentir entonces la calidez que tantas veces había escuchado a Chan nombrar. SeungMin demoró unos segundos en darse cuenta que estaba siendo abrazado por su hyung.

Una enorme sonrisa nació en sus labios mientras aguantaba las lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos, estaba sorprendido de esa muestra de afecto, su corazón emocionado por recibirla y muy conmovido.

Todos los abrazos anteriores que se habían dado eran intentando contratarlo en alguna situación causada por su ansiedad, YongBok siempre escapaba al contacto físico no necesario.

— ¿Bokkie?

— Te amo, hermano —susurró el rubio afianzando el abrazo.

Y con eso logró romper a SeungMin, iniciando a sollozar ligeramente en el hombro del mayor.

— Te amo —repitió escuchando como SeungMin le correspondía entre pequeños sollozos— No llores, Minnie~

— ¡Yo también quiero! —se escuchó la voz de Chan antes que se lanzará encima de su hermano y su primo.

Félix terminó contra el colchón de su cama siendo semi aplastado por sus primos quienes aprovechaban para hacerle saber cuánto lo amaban.

Él los amaba mucho.

In your armsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora