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Narra Yoongi.

Ha sido tan gratuito que no sabía que escuchar eso era lo que más necesitaba en ese momento.

Al notar como mis ojos se critalizaban moví mi cabeza, sé que ha visto los cortes pero no esperaba esa reacción.

-Gracias- fue lo único que logré decir.

Quería abrazarle, pero nadie querría abrazarme, le daría asco.

Jimin solo miraba mis brazos.

-Siento mucho que los hayas tenido que ver, no era mi intención.

-No pasa nada, sé que no era tu intención, yo tam- se calló, le noté incómodo así que no le presioné, pero le dije lo que a mi me gustaría que me dijesen si estuviese en su misma situación.

-Tú también me tienes para todo- de nuevo mis ojos llenos de lágrimas. Me estaba derrumbando, nunca me he derrumbado delante de nadie, solo de madre, y solo una vez.

-Gracias- sonrió torpemente.

Narra Jimin.

Otra imagen.

Sus ojos vuelven a estar llenos de lágrimas.

Otra imagen.

Mis ojos empiezan a llenarse de lágrimas.

-Puedes contarme cualquier cosa Yoongi, pero no mientas, tanto mentir cansa, sé que cansa.

-Tú tampoco mientas.

-¿Cómo lo sabes?

-Tengo un don para detectar mentiras- me sonrió y logró tranquilizarme- Siento que esta conversación haya existido.

[ . . . ]

De nuevo a paso lento, cabizbajo y tarareando la misma canción.

Pray to God with my arms open.
If this is it, then I feel hopeless.
And I wish I could help.
But it's hard when I hate myself.

Me concentré en no llorar, al menos no por la calle.

que está mal, si yo lo hago da igual, pero que lo haga él, no puede hacerlo, no puede hacerse daño, no lo merece.

Llegué a casa, no había nadie más que yo.
Menos mal, porque necesitaba hacerme daño, necesitaba desahogarme.
Seguía sin entenderlo, ¿por qué cada día me despierto con menos ganas de vivir?

Cada vez sentía más puñaladas en el pecho y cuello, lo que me indicaba que estaba entrando en un ataque de ansiedad.

Me tomé el ansiolítico.

Ojalá tuviera una dosis más alta.

En vez de tomar una pastilla tomé tres.
No lo pensé dos veces, ese fue mi error.

Traté de relajarme, nada.
Me planteé tomarme una o dos pastillas más, pero en vez de eso decidí pegar a la pared.

A veces la medicación no reprime mis ganas de hacerme daño. Y este fue uno de los casos.

Un golpe.

Dos.

Tres.

Al décimo perdí la cuenta.

De repente la pintura de la pared empezó a desgastarse y volverse blanca, unos golpes más tarde ese color blanco se sustituyó por uno rojizo, al principio solo algunos puntos, varios minutos después los puntos eran más bien manchas de un tamaño considerable, al ver que eran más grandes de lo que suelen llegar a ser paré, estaba mejor. Me miré los puños, estaban hechos mierda, varias heridas recubiertas de sangre en todos los nudillos, moratones en los meñiques e indicios de que iban a parecer en los demás dedos.

❝Depressive Boys❞〖Yoonmin〗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora