사십구 ; 49

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El viaje de había hecho amargamente pesado, pero con la vieja excusa de noche de películas, logró juntar a los nueve miembros durante, lo que sería, su última noche juntos.

Ver películas de marvel, mucha comida por pedido, y postres altos en grasa, sería su mejor forma de pasar su "pre-aniversario".

Por un momento había logrado ignorar las miradas apagadas de Lee, y las otras siete preocupadas que lo miraron toda la noche; simplemente por su aspecto demacrado.

Abrazado al maknae y recibiendo golpes de su líder, vieron tres películas seguidas.

Durante aquella noche, habían conseguido dejar de lado sus vidas como idols, sus prácticas, sus realidades; todo. Siendo simplemente nueve amigos en confianza.

Cuando algunos ya se estaban quedando dormidos, Jisung decidió prender las luces y llamar la atención de todos, para así hablarles.

—Chicos... Tengo una noticia que darles... —ocho pares de ojos se pusieron sobre él expectantes. —Yo... Me tomaré un descanso.

Todos, a excepción de Minho, abrieron la boca.

—¿Por qué? ¿Qué sucedió? ¿Justo ahora? ¿La empresa sabe de esto? —fueron preguntas a la vez que llegaron a sus oídos causando una leve sonrisa en él, antes de pedirles que se calmen.

—Me detectaron un virus... Tienen que tenerme en observación... Dice que puede expandirse... Pero es controlable. —todos mostraron cara de preocupación. —Pero no se preocupen... La empresa ya sabe y... Decidí hacerlo ahora ya que no tengo trabajo pendiente; es decir, ya produje, grabamos el mv...

—¿Cuándo podrás volver? —aquella pregunta por parte de Hwang logró generar un nudo en su garganta y unas intensas ganas de llorar que se había vuelto experto en ocultar.

—No lo sé. —respondió fríamente. —Puede tardar mucho... Así como ser rápido e... Insignificante. —luego de escuchar su última palabra, Minho tuvo que ahogar un llanto interno que estaba conteniendo.

—¿Así que por esto hiciste esta reunión? —cuestionó Changbin.

—Sí... Y para agradecerles de antemano... Por este año... O nuestra amistad en general. No sé por dónde empezar.

—Te estás volviendo muy nostálgico al parecer... —intentó hacerlo reír Woojin.

Ignoró aquel comentario y siguió.

—Este año... Ha sido increíble. He hecho tantos recuerdos buenos como malos... Pero especialmente buenos. He conocido personas que me aman por quién soy y personas que sólo envidian mi trabajo. He crecido, madurado y avanzado junto a ustedes, se han vuelto parte de mí vida, mi día a día... Si fuera específico con cada uno se ustedes jamás dejaría de hablar... —se calló unos segundos para sonreír mirando a los ocho chicos frente a él. —Formamos Stray Kids, debutamos, conseguimos premios, hicimos nuestra música, estudiamos, aprendemos, conocimos a STAY... Sin duda, fue mi mejor año de vida. He amado, aunque no lo crean —todos rieron ante su comentario—, he sufrido... Pero aquí estoy, eligiendo mi camino, de pie, frente a ustedes... Dicen que no hay mal que por bien no venga... Aprendamos de ello en un futuro. Sigamos creciendo, y hagamos que cada uno de nosotros sea recordado. —finalizó su breve discurso antes de recibir un abrazo grupal, sin excepción.

Estaba satisfecho con su trabajo y palabras, hasta caer los nueve dormidos en la sala de estar del apartamento.

Han no había pegado ojo, esperando el momento exacto para irse.

Preparó sus cosas, dejó una caja sobre la cama de Minho, una carta dirigida a STAY para que la suban en la fecha del aniversario, sobre la mesa y, antes de salir por la puerta pretendiendo ser fuerte, alguien lo tomó del brazo.

—Jisunggie... ¿Por qué te vas? Son las nueve de la mañana... No has dormido... —dijo un extrañado pero adormilado, Hyunjin.

Maldijo internamente aquella situación, porque sabía cómo terminaría aquello.

—Debo irme... Con mis padres.

—Mientes.

—No lo hago.

—Sí lo haces, arrugas la nariz e inflas los cachetes cuando estás ocultando algo, ¿Qué sucede?

—Iré a hospitalizarme... Por esto... —murmuró levemente.

Los ojos de Hwang se entristecieron y sonrió débilmente.

—Cuídate, Han.

—Tú también Hyunjin... —sus ojos se llenaron de lágrimas. —¿Puedo abrazarte? —dijo antes de arrepentirse de lo que iba a decir.

Hyunjin no dió respuesta y simplemente lo abrazó.

Duraron así, lo que parecieron minutos eternos, cuando en realidad fueron dos.

Una vez separados, la mano de Jisung se puso en el hombro de Hwang.

—Sé feliz... Por favor. —dijo con un hilo de voz, antes de dejar el edificio por última vez.

Flores de cerezo ➳ HyunSungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora