Candy escuchó la respiración tranquila y uniforme de él sobre ella -. Ahora estaban tendidos, sus manos seguían atadas, pero no le importaba, ni siquiera le molestaba, le gustaba sentir por una vez que pertenecía a alguien que no tenía la intención de lastimarla. Era tan agradable. -Cerró los ojos un momento y se dejó aturdir por un sueño profundo.
Terry pensó en dejarla descansar un rato, pero no toda la noche; necesitaba hacerla suya de nuevo -sonrió -si pudiese, no saldría de la cama nunca, pero eso no podía pasar, no quería dejarse enredar en las mentiras de su mente, él sabía que nunca podría ser.
Estaba sorprendido, nunca se había sentido más satisfecho; notaba a Candy relajada bajo su peso. -Ese fue por demás un día largo, lo sabía bien porque lo había padecido junto a ella.
-Sólo mía -murmuró sobre su hombro mientras la besaba con cuidado. Se giró para quedar junto a ella y no hacerle daño con su peso. -Eso nunca le había importado; ahora, sí -¿Que demonios le estaba pasando?
Tal vez era porque por primera vez, había conocido a alguien como él, alguien que sabía qué era estar solo de verdad, esa soledad que únicamente llegaba cuando tu familia, las personas que realmente importaban, te dejaban de lado sin importar lo que pase contigo -Aquel dolor que no podía compararse con ningún otro.
No podía dejar de preguntarse cómo había sobrevivido ella, cómo había sido capaz de salir adelante sin ayuda de nadie durante aquellos años. Tal vez necesitaba tanto acatar órdenes porque nunca había tenido una madre que dirigiese sus pasos.
Formaban una extraña pareja; complicada, imposible y a la vez perfecta -. Lástima que lo suyo no pudiese ser.
Candy abrió los ojos aturdida por el sueño. -No sentía frío, sólo calor. -Giró la cabeza y lo vio a su lado. -En algún momento de la noche, su excelencia le había desatado las muñecas y ahora podía abrazarlo.
Dudó por si no era lo correcto o si su excelencia se enfadaría ante esa muestra de cariño que no había solicitado, pero el anhelo por volver a sentirlo contra su piel la obligó a actuar por impulso; al hacerlo, sintió renacer de nuevo el calor en su interior, ese hormigueo entre las piernas que le gritaba que aún no estaba satisfecha.
Sonrió junto a su hombre, deseaba hacerlo suyo. -Temía que él se enfadase por su osadía pero, a la vez, no temía el castigo que deseara imponerle, segura de que lo iba a disfrutar.
Recordó en esos momentos la explicación de Karen sobre el asunto de la agitada. Sonriendo, se colocó sobre él y besó su cuello, su hombro, su brazo, la mano y se detuvo al ver que en la palma de esta de estaba marcada -. Dos finas líneas paralelas recorrían de arriba abajo su palma y sus dedos. -Se preguntó cómo se habría hecho aquella herida.
Pasó su lengua por el escultural abdomen de su excelencia y llegó hasta su miembro. -Sonrió al recordar nuevamente las palabras de Karen -Iba a hacer algo que nunca antes había hecho; tomó el miembro entre sus manos y comenzó a subir y bajar por toda la longitud -sonrió complacida, y al ver que su excelencia comenzó a moverse inquieto, comenzó a lamer tímidamente la punta con su lengua húmeda. Con cuidado de no lastimar la zona con los dientes, abrió la boca lo mas que pudo y colocó el miembro erecto dentro de esta.
Su excelencia se despertó por el placer que recibía sin tener que pedirlo y ordenarlo y al abrir los ojos, la vio arrodillada con su pene dentro de la boca mientras subía y bajaba
¿Podía haber algo más hermoso? -pensó mientras gemía.
Verla sobre sus rodillas, con las bragas mal colocadas por la experiencia anterior y con su cabello dorado moviéndose al ritmo de su boca, le hizo pensar que iba a morir de placer. -Pudo notar cómo crecía en su interior, y su miembro palpitaba dentro de su boca, llenándola.
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Solo Tú
FanfictionTras la mas vil de las traiciones y cansado que las mujeres lo buscaran por su estatus social, Terrence se prometió que se dedicaría a disfrutar la vida, que se amaría a si mismo antes que a cualquiera, y que no permitiría que nadie mas lo lastimara...