Capítulo 08

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Todomatsu terminaba de secar el cabello del mayor quién se encontraba cabeceando por el cansancio, por su parte Choromatsu terminaba de vestirlo con su pijama mientras analizaba las mordidas y chupetones que adornaban su cuerpo; al terminar ambos hermanos su tarea acurrucaron al mayor quién agradeció de una forma incomprensible.

Los hermanos bajaron en silencio mientras ellos mismos analizaban las tiritas que traían y los golpes y rasguños que adornaban sus cuerpos; entraron a la sala donde se encontraban los demás hermanos en el mismo estado, Osomatsu tenía más golpes que todos ellos pues había osado atacar al quinto y los demás se lanzaron en su defensa, ambos hermanos se sentaron alrededor de la mesita para quedar frente a los otros.

—No podemos seguir así ¿cierto? —habló Todomatsu rompiendo el ambiente con cierta pena.

—A Karamatsu-niisan le duele mucho que nos estemos peleando por él... si no detenemos esto se irá de la casa... —dijo Jyushimatsu decaído con su mejilla cubierta por algodón.

—Lo que te dijo tiene sentido... —añadió Choromatsu—. Se siente culpable por cómo lo agobiamos en este lugar...

—Tsk... —chasqueó Ichimatsu mientras veía con un puchero a otra dirección.

—Tenemos que llegar a un acuerdo... —dijo Osomatsu quién recargaba su cabeza en la mesita—. O Karamatsu definitivamente se irá...

Con cierta tristeza y agobio dejaron que el silencio reinara de nuevo, pues no tenían idea de qué decir, ¿A qué tipo de acuerdo se supone deberían llegar?


Karamatsu estaba perdido en sus pensamientos mientras trataba de hallar su forma en el reflejo del río, aquel día no tenía ganas de buscar una Karamatsu girl, siempre que salía a eso lo hacía porque para él "el amor rebasaba las fronteras de la posible casta o raza en que uno se encontrará"; se acomodó su chaqueta de cuero y sus lentes de sol, mientras se sentía algo decaído por sus acciones.

Había vuelto a suceder, pero está vez había estado consciente, había permitido aquel acercamiento y con un hermano menor.

—Boo... —escuchó un susurró que le sobresaltó a sus espaldas, y sintió que casi caía al río.

Con molestia, miedo e irritación volteó a ver al causante de eso, ahí estaba Osomatsu mientras se reía poniendo una mano en su abdomen y otra frotando su nariz.

—Aniki... —dijo Karamatsu con cierto coraje mientras el de rojo paraba de reír y lo veía con una sonrisa.

—Karacchan~ —sonrió alegre mientras lo abrazaba—. ¿Qué tanto piensas cariño? ~ —bromeó mientras el de ropa negra lo veía con un coraje pasajero al admirar las tiritas en su rostro.

— ¿Qué haces aquí Osomatsu? —preguntó con cierto cansancio mientras se recargaba en el barandal del puente.

—Estaba aburrido y salí a dar un paseo para ver quién quería jugar conmigo —dijo aparentando inocencia.

—Se te acabó todo tu dinero ¿verdad? —preguntó el segundo con cara acusadora.

— ¡Jaja, exacto pequeño Karacchan, me descubriste! —carcajeó el mayor mientras el de chaqueta negra lo veía con aburrimiento.

—En fin, ¿Cuál es la verdadera razón de que estés aquí?

—Pues te vi bastante aturdido y quería ver si seguías vivo.

—Pues casi me matas idiota... —susurró Kara—. Lo estoy, estoy vivo...

—Kara-chan, tú no puedes ocultar tus sentimientos y menos a tu oniichan.

Azul pastel • AllKaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora