Londres, una familia de cuatro damas, integrada por la abuela Joahnna, la tía Fredderina, la madre Brianna y la joven hija, Rogerina. Todas ellas se verán amenazadas por el amor de cuatro hombres, ¿Quién de ellas se podrá casar nuevamente?
Te invito...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ÚLTIMOS CAPÍTULOS
“Y es una larga y dura lucha, sí, pero puedes contar siempre conmigo. Y si alguna vez estás en problemas, tú sabes dónde estaré” —Queen
Brianna no quería oír su voz más. ¿Cuándo se les acabo el amor? ¿Cuándo dejo de sentir todo ese amor por Brian? ¿En qué momento todo lo que les unía se desvaneció? Tampoco quería seguir a su lado ¿Para qué? Si desde que ambos habían vuelto a formar una familia, no había sucedido nada más que discusiones, reproches y reclamos por la misma razón: Rogerina. Y odiaba tenerla a ella como excusa, se había empeñado en culpar a su propia hija de su desgracia amorosa, siempre ella, “Rogerina esto, Rogerina el otro” ¡Más y más mentiras! Rogerina no era culpable de nada, su hija era una víctima más de su actitud pesimista ante la vida tan miserable que había elegido vivir. Y no era sólo su vida la que estaba arruinada por culpa de ambos, sino también la de Rogerina y era lo que ahora la tenía empapada en llanto, ya había arruinado también la vida de su nena y ella era inocente de ambos.
—Está bien, si eso es lo que quieres —Brianna le dio la cara, Brian no se sorprendió de su respuesta porque la esperaba desde antes de poner un pie en su casa
—Es lo mejor para ambos, pero sobre todo para nuestros tres hijos —Brian suspiro, preguntándose por qué no había señales de Jimmy, Louisa y Emily dentro de casa—. Brianna
—Sufrí mucho a tu lado —la mujer hablo, cerrando de golpe la boca del rizado—. En todos estos años me engañe, me dibuje un mundo lleno de amor que no era nada cercano a la realidad de lo que nos rodea, sólo míranos, mírate a ti y mírame a mí —Brianna extendió ambos brazos
—Brianna —Brian pidió la palabra, pero ella no lo dejo
—Nos hicimos mucho daño, mira en lo que nos hemos convertido, mira lo que Rogerina hizo de nosotros
—Rogerina no nos hizo nada
—No la estoy culpando a ella —Brianna negó—, pero por pensar todo el tiempo en Rogerina, no nos dimos cuenta de que tenemos a tres hijos más, de que están Jimmy, Louisa y Emily en nuestras vidas y no solamente Rogerina. En todo este tiempo, en todos estos años viví preocupada temiendo que Roger se acercara a nuestra nena y me olvide que mis otros tres hijos me necesitaban, olvide que nosotros debíamos dejar volar a Rogerina y cuidar el capullo de nuestros niños, para que ellos si hicieran las cosas bien, para poder aprender de nuestros errores con Rogerina y remediarlos con ellos tres —Brianna se dejó caer vencida sobre el sofá, Brian corrió a su auxilio para poder ayudarla—. Mira lo que hicimos, en todos estos años que estuvimos juntos tú y yo, no nos ocupamos de enseñarle a ser felices a nuestros tres niños.
—Yo quiero estar cerca de ellos y también cerca de ti como padres, si nuestro error fue dejarnos de amar, no es algo que ellos tengan que pagar. No voy a permitir que nuestra separación les afecte, porque, aunque tú y yo no estemos juntos como pareja, estaremos siempre a su lado como padres, no voy a ausentarme, no voy a faltar en sus peores y mejores días —Brian tomó la mano de su todavía esposa y le suplico con la mirada lo que todavía no le pedía en palabras—, déjame estar cerca de ellos, no quiero estar otra vez lejos de mis hijos.
