Londres, una familia de cuatro damas, integrada por la abuela Joahnna, la tía Fredderina, la madre Brianna y la joven hija, Rogerina. Todas ellas se verán amenazadas por el amor de cuatro hombres, ¿Quién de ellas se podrá casar nuevamente?
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"Brianna y Brian May"
Brianna bajaba y subía las escaleras de su casa, con tanto apuro y rapidez, en sus manos llevaba maletas, ropa, papeles, todo de arriba a abajo, Rogerina su hija, la miraba hacer todo aquello, sentada en el sofá de su casa, con la mirada perdida a cualquier lugar, pensando, pensando únicamente en Roger. Brianna, Brian y Rogerina tendrían que viajar a Canadá lo más pronto posible, ya que su única hija retomaría sus estudios en la mejor escuela de Canadá, escuela a la que había asistido su padre. Habían pasado semanas desde que Rogerina y Roger no se miraban, ella no sabía nada de él y le dolía, le dolía porque lo seguía amando, pero tendría que decirle adiós. Brianna subió las escaleras, Rogerina había escuchado cómo alguien golpeaba la puerta y aunque sin ganas, tuvo que levantarse a abrir. Lo primero que miro al abrir la puerta, fue a un padre con los ojos llenos de brillo, esperando a ver a su hija y tomarla en brazos.
-Mi amor, mi hermosa — le canto Brian, mientras extendía los brazos
-Hola papá — le contestó la joven sin ganas
-¿Lista? Todo está preparado y viajamos hoy en la noche — le decía Brian, mientras entraba a la casa, con su hija abrazada a él
-Sí, ya he hecho mis maletas, mi madre hace sus cosas — ella sonrió apenas
-Me alegra mucho. Rogerina, quisiera hablar contigo y con tu madre — le pidió Brian, mientras miraba bajar a Brianna por las escaleras
-Tú dirás, Brian — continuó Brianna
-Por favor, tomen asiento las dos
Rogerina y Brianna hicieron caso enseguida, madre e hija se sentaron juntas sobre el sofá, mientras Brian se ponía de cuclillas frente a su familia, tomando las manos de ambas y preparándose para hablar.
-Rogerina, mi amor. Una vez que llegues a Canadá, ¿Qué harás? ¿has pensando ya en tu futuro? ¿Qué vas a estudiar? ¿Qué relación vas llevar con nosotros? — le preguntó Brian a la joven
-Pues bien — Rogerina se puso nerviosa — Aún no sé nada de eso, padre. Quiero estar allá, para saber como manejar mi nueva vida y estar preparada — les dijo mientras miraba a sus padres — Lo que sí sé es que quiero estar con ustedes, llegar de la escuela y que mis padres me reciban juntos, en la misma casa, para sentarnos juntos en la cena y platicar de nuestros días. De eso si estoy segura — y sonrió
-De eso precisamente quería hablarles a ambas — Brian les sonrió — He comprado una casa en Canadá, para que tú y tu madre vivan conmigo, como una familia — les propuso a ambas, ellas se miraron entre sí — Claro, si tu madre está dispuesta
-Por supuesto que sí, Brian — Brianna le sonrió — Ya estoy convencida de que quiero continuar mi vida a tu lado, y al lado de mi hija
-¿Estás hablando en serio, mamá? — Rogerina saltó llena de emoción
