Londres, una familia de cuatro damas, integrada por la abuela Joahnna, la tía Fredderina, la madre Brianna y la joven hija, Rogerina. Todas ellas se verán amenazadas por el amor de cuatro hombres, ¿Quién de ellas se podrá casar nuevamente?
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"Te vi un millón de veces y de distintas maneras, ¿Por qué tuviste que volver? — The Doors
-¿Cómo que Brian está aquí, mamá? — Brianna corrió a su madre y exigió una respuesta
-¿En dónde le has visto? — Esta vez preguntó Fredderina
-Cálmense las dos. Brian llego ayer por la noche y lo sé porque está viviendo en la casa de los vecinos — contesto la abuela Joahnna
-No, no, no — se negó Fredderina — Si lo que queremos es romper cualquier lazo con los vecinos, a Brian se le ocurre meterse a vivir ahí — se lamentó ella
-Esto no puede ser, no y no — Brianna tomo asiento — Mi hija, cuando mi hija sepa que su padre está aquí, va a querer verlo
-Te dije que le dijeras que estaba muerto — contestó fríamente la abuela
-No le iba a decirle eso a mi hija, mamá — regaño Brianna — Cuando Brian llegue, va a querer ver a su hija
-Él no tiene derecho hermana, fue el quien te abandono y las dejo a las dos — trató de apoyar Fredderina
-Aunque no lo creas tiene derecho, fuiste una tonta al no aceptar a Freddie como su padre adoptivo — dijo Joahnna
-No me iba a casar con Freddie solo para darle apellido a mi hija. Ella lleva orgullosamente el mío — dijo Brianna
-Como sea, Brian tarde o temprano, vendrá por su hija — dijo por última vez Joahnna a su hija menor
Rogerina estaba en la puerta de la escuela, esperando a Roger. Después de la discusión con su madre la noche anterior, le había llamado para pedir verlo, Roger acepto con buena gana y este era el momento en que Roger aún no aparecía. Suspiro desilusionada por última vez y camino a pasos lentos a la entrada de su colegio, Roger no vendría y eso significaba que ya no la quería, así que su corazón sintió un ahogamiento lento por no verlo ya. Roger bajo enseguida de su auto y corrió al ver que ella estaba a punto de meterse, así que no le quedó más de otra que gritar su nombre.
-Rogerina — grito Roger, ella enseguida se volteó y sonrió al verlo
-Roger — dijo en voz baja
Roger se acercó a ella y la abrazo por los aires, se sentía tan bien de volver a tenerla en sus brazos, beso sus labios y se sintió completo, nada los iba a separar, nada.
-Pensé de nuevo que no vendrías — dijo Rogerina
-Ya estoy aquí — Roger acarició sus mejillas
-Perdón por el escándalo que mi mamá te hizo ayer, no quería que te ofendiera — se disculpó Rogerina
-Oh mi amor, no te preocupes. En realidad yo temía que te pasará algo o no nos dejará vernos más — explicó Roger
-Tiene un ligero trauma con los hombres, tiene miedo a que me hagan a mí, lo mismo que hizo mi padre con ella — dijo ella, al rodear los ojos
-No te haré eso, yo soy diferente y te amo — y beso sus labios
