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Ahhhhh! ¿Qué haces aquiiiiii? - pregunto la embarazada mientras sufría la contracción.
- ¿Así tratas a todas las personas que quieren ayudarte?
- Solo viniste para ver con tus ,ahhh ,ojos al niño ¿Verdad? Para salir de dudas.
- No, yo ni siquiera quería venir, a mí me arrastraron hasta aquí.
Solo quiero ayudarte, estás en una situación complicada. No podemos moverte ni llevarte a San Mungo, no puedes aparecerte, lo que intento decir es que voy a tratar de recibir a tu bebé, claro está si Draco no llega primero.
Así que olvidemos por un momento nuestras diferencias y por el bien de tu hijo, vamos a trabajar juntas.
La embarazada asintió con la cabeza mientras aguantaba el dolor. Su frente estaba perlada por el sudor y la cama empapada por la ruptura de su fuente.

-¿Al menos sabes algo de medimagia?
- Solo lo que he leído.
- oh por Merlín!
- Pero he tenido dos hijos.
Y solo puedo ser honesta contigo, será difícil pero un vez lo tienes en tus brazos cualquier cosa se vuelve secundaria y te lo advierto si éste niño es un Snape dolerá más, sé lo que te digo. Son fuertes, robustos y difíciles.

Ambas mujeres sonrieron.
Severus escuchó eso desde la puerta. Jamás dejaría de sorprenderle la fuerza, el carisma y la bondad de su esposa.
Entró trayendo lo requerido por su mujer.
Samantha gritó fuertemente. Instintivamente Severus fue a su lado y tomó su mano mientas que Hermione trataba de recibir al niño.

Escúchame bien Samantha, cada vez que sientas una contracción puja. ¿Entendido?

- Puja.
- Lo estás haciendo muy bien. - Hermione escuchaba la voz de Severus mientras apoyaba a Samantha. Sus ojos se humedecieron pero trataba de enfocarse.

Una grande contracción se apoderó de la mujer y pujó fuertemente.
- Bien , su cabeza está fuera continúa Sam, una última vez, puja.
En segundos el niño estaba fuera, Hermione lo limpiaba. Tomó su varita y limpio su nariz, el llanto del bebé rasgó el silencio de la habitación. Samantha sonreía tirada exhausta en la cama. Hermione envolvió al niño. No quiso mirarlo detenidamente y se lo entregó a su madre. Caminó hacia atrás mirando el cuadro que se formaba frente a ella. Severus se encontraba al lado de Samantha contemplando feliz al niño.
Secó sus manos con una toalla. Aunque la sangre no saliera tan fácilmente. Salió de la habitación sin que los otros lo notaran. Justo en ese momento aparecía Draco.
- Hermione, ¿Dónde...
- en la habitación.
Draco fue inmediatamente.

Revisó a Samantha, todo parecía estar en orden. Luego tomó al niño y lo revisó todo estaba bien. Era un niño hermoso y saludable.

-¿Todo en orden?-pregunto Snape.
- Todo perfecto, Hermione hizo un excelente trabajo. Ahora tienes que descansar- le dijo Draco a La mujer.

- Hermione- Llamó Severus caminando hacia la sala, pero su castaña ya no estaba.
Severus bajó su cabeza, no debió haberla hecho venir. Esto era mucho para ella, no pensó bien las cosas pero al mismo tiempo ese niño no hubiese llegado al mundo si no fuese por ella.
Tenía que hablarle pero en estos momento Samantha lo necesitaba.

Draco ¿Puedes hacer el hechizo de paternidad?
- Claro.
- Quiero que lo hagas ahora que Samantha está dormida.

Draco se acercó al niño puso su varita mientras Snape sostenía la mano del pequeño.
Draco Sonrió.
-¿Qué?
Negativo

Severus sonrió.
-¿Estás feliz?- se escuchó la voz de la mujer.
-¿Estás feliz de que no sea tu hijo?

- Descansa Samantha. Ya le avisé a tu esposo por medio de patronus, está en camino. Draco se quedará contigo hasta que llegue.

-Felicidades!

- No, note vayas, quédate hasta que Joseph vuelva.
Severus resopló y asintió.
Draco se quedó con ellos.

Faltando diez minutos para las ocho de la noche, Joseph arribó a su hogar. Abrió la puerta nervioso y del mismo modo observó a Severus sentado en el sofá.

Severus notó su nerviosismo y habló para calmarlo.
- Todo está bien, ambos descansan.
-¿Y...
- Es idéntico a su padre, osea a usted. - dijo Draco.
-¿Me está diciendo la verdad? ¿Es enserio? Me lo jura.
- Que sí hombre , es suyo, ya le realice el hechizo, es suyo.
Sin más Joseph abrazó a Draco y éste no le quedó más remedio que devolver el abrazo. Luego se acercó a Snape y antes de que pudiera decir algo, el pocionista le extendió su mano.
El ojiclaro la estrechó.
Ninguno emitió palabra. Solo cerraron capítulo con ese estrecho de manos.
Ya estando usted aquí, nos retiramos.
- Por favor en cuanto su esposa se sienta mejor lleve a ambos a San mungo.- habló Draco.
- Claro que sí, muchas gracias.

Salieron del lugar.

- ¿Que vas a hacer con Hermione?
- No lo sé, la puse nuevamente en una situación difícil  , quizás es mejor que espere para hablar, lo más probable esté molesta.
- Está bien pero no tardes mucho , las mujeres suelen ser complicadas y dan por hecho muchas cosas. Siempre tenemos que tener una explicación convincente en nuestros labios para satisfacerlas.
- Ni que lo digas.
Ambos se despidieron y tomaron rumbos distintos.

Severus llegó a su hogar. Fue directamente a su recámara, quería tomar una ducha, estaba agotado.
Se percató de que su cuarto estaba vacío. ¿Donde estaría ella?
Fue al cuarto de su hija, más solo vió la niña dormida. Recorrió toda la casa y no la encontró, volvió a las habitaciones a verificar y se dió cuenta que la ventana del cuarto de Alan estaba abierta. Caminó hasta ella y se asomó.
Vió el borde de sus pies descalzos, estaba sentada en el techo de la casa con tan solo una simple playera.
Miraba como si estuviera hechizada el cielo estrellado.

- ¡Hola!
¿Qué haces aquí arriba?
- Ahora entiendo porque Alan sube aquí cuando está molesto contigo.

Él se quedó callado.
- Mirar el cielo estrellado brinda algo de paz.
Severus elevó su vista al cielo.
- Creo que tienes razón.
Ambos hablaban con la vista al cielo sin mirarse.
- Pensé que no volverías esta noche.
- No veo porqué, este es mi hogar.
-¿Hablaste con Draco, todo en orden, están bien?
- Draco dijo que cuando quieras puedes dedicarte a la medimagia, todo salió perfecto.

Hermione moría por preguntarle si era o no su hijo, si le habían realizado el hechizo pero no quería sonar desesperada y además temía la respuesta.

- ¿Quieres bajar de ahí por favor? Hace frío te enfermaras.
- Estoy bien. Necesito más tiempo aquí arriba. Tú descansa.
- No puedo descansar sin tí en la cama. Además estoy muy feliz y quiero compartir mi felicidad contigo

- Eso le supo amargo a Hermione. Estaba feliz porque había nacido su hijo, el hijo que tuvo con esa mujer.

- No puedo compartir tu felicidad, perdóname Severus.

Él sabía que ella creía que era su hijo pero aún así frunció el seño y preguntó.
-¿No puedes compartir la felicidad que siento por no ser el padre de ese niño?

- ¿Qué estás diciendo?- por fin ella lo miró.
- Que Joseph y Samantha están felices con su hijo y yo quiero ser feliz con mi esposa.

Ella giro nuevamente su mirada al cielo y luego al suelo tratando de ocultar su felicidad y su sonrisa.

Ella giro nuevamente su mirada al cielo y luego al suelo tratando de ocultar su felicidad y su sonrisa

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¿Entonces bajarás de ahí?
- Sí , tú ve a ducharte , ya bajaré.

- Bien.
Severus se marchó y a los pocos minutos ella se bajó de allí. Se cambió la playera y se puso una lencería negra y plata y  esperó a su esposo en la cama.

Cuando él llegó a la habitación, tragó en seco al verla.
-¿Amor que estás haciendo?
- Nada cariño solo quiero compartir tu felicidad.

Hasta aquí el capítulo , bendiciones

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