Valentía

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"Era la tercera vez en mi vida que estaba pensando seriamente en lo mal que me hacía sentir la idea de compartir el resto de mi vida con un chico. Invariablemente cada vez que recibía la propuesta de matrimonio o de vivir juntos, comenzaba a tener pesadillas. Finalmente tuve una crisis de vértigo que me tiró en cama por una semana entera. No sabía para dónde estaba el norte, pero el instinto es sabio aunque me daba miedo escucharlo. Un mes antes de tronar con este último chico, había llegado por algunos días de visita una amiga de mi roomie. De pelo largo obscuro, llena de pecas en los hombros y el pecho, pintora súper creativa, voz ronca y llena de tatuajes. No puedo negar que cuando la vi se me cortó ligeramente la respiración y pensé "¡Uf! ¡Que chula!" y ya. Muchas otras veces lo había pensado y ahí quedaba. Suertuda yo, esos días que ella había planeado quedarse se convirtieron en semanas. Nos empezamos a conocer con breves conversaciones, súper triviales, y luego hablábamos de cualquier novela que estábamos leyendo como Sputnik mi amor. Y digo breves porque literal no era capaz de aguantar cinco minutos cerca de ella, tanta tensión entre nosotras me hacía sentir tonta, vulnerable, y los síntomas físicos de taquicardia, calor y debilidad en las piernas me sobrepasan y desconcentraban. Yo no sabía que era gay. Bueno, sí sabía de mí, pero no de ella. Era la madrugada, la luz de la luna enorme de octubre alumbraba perfecto la silueta de ella acostada de espaldas junto a mí y yo, clarito podía escuchar mi corazón latiendo. Obviamente no tenía nada de sueño, y creo que ella tampoco. Se volteó y me miró a los ojos, entendí todo. Pero con miedo a equivocarme y entender mal las señales, sonreí y cerré los ojos. Luego los abrí, pero ella ya los tenía cerrados. A lo mejor sintió como observaba cada detalle que me dejaba ver la luna, sus pecas, el contorno de su boca, sus pestañas. Abrió los ojos y me cachó. La verdad es que ella fue la valiente, porque me tomó por los hombros y me jaló hacia ella, me besó en la boca. Me besó hasta que salió el sol, me besó hasta cubrir cada espacio de mi cuerpo y yo la besé hasta cubrir cada parte del suyo".

LA PRIMERA VEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora