El estar a cargo siempre fue cosa de Jeno. Desde que era un niño, ansió el control más que nada, siempre esforzándose para obtener las mejores calificaciones, postulándose para la presidencia de la clase, y planificando cosas importantes con semanas de anticipación para prever cualquier inconveniente que pudiese ocurrir.
Jeno era maduro y dominante, pero también era increíblemente justo y miraba las cosas con objetividad, siempre interesado en la política y en lo que sucedía en el mundo. Quería que las cosas fueran mejores, tener un impacto y dejar su huella en la existencia.
Aquello le mereció un puesto en la cima. Su consistente trabajo duro le llevó a donde estaba hoy, al mando de un país entero y siendo visto con tanto respeto y valoración. Jeno era conocido como el presidente más joven del mundo, lo cual hacía que algunos pusieran en duda su credibilidad.
Sin embargo, él continuó probándole a todos que era un hombre capaz, sin importar lo joven que fuera. La gente lo admiraba por su consideración y consciencia social. Era de mente abierta, tolerante y luchaba con la esperanza de hacer del mundo un lugar mejor y más seguro. Aunque también le debía muchos de los halagos a su apariencia.
«¡El presidente es tan guapo! Tan genial e inteligente.»
«Amo a mi presidente, voté por él porque me daba seguridad, y porque también es guapísimo... espera, ¿se me permite decir esto?»
«Creo que nuestros ojos y nosotros mismos hemos sido muy bendecidos por tenerlo como presidente.»
La vida de Jeno no era sencilla, era agotadora y exhaustiva, la presión que sentía cada día era irreal, pero continuaba de pie porque amaba su trabajo. Una de las cosas que más amaba, además de haber sido ese su sueño desde siempre, era el beneficio de conocer a gente muy prestigiosa.
Una persona en particular hizo estallar la atención y el interés de Jeno, convirtiéndose en el centro de su vida.
Esa persona era Na Jaemin, un famoso actor que protagonizó muchos papeles, desde el vecino de al lado hasta un símbolo sexual. Jaemin era adorado por todos, era el encanto de la nación.
Todos amaban su personalidad juguetona e inmenso talento, lograba que la gente se desvaneciera por su belleza, con sus pestañas prominentes que complementaban de manera increíble a sus ojos grandes y brillantes, acompañado por sus característicos labios brillantes. Nadie podía resistirse a él, ni siquiera Lee Jeno.
Jeno recuerda afablemente la primera vez que se conocieron, sus ojos encontrándose y llenando la habitación de suave química y una tensión muy pesada. Fue en una gala muy exclusiva a la que asistieron figuras muy importantes e influyentes. Celebridades, actores, cantantes, modelos, diseñadores y empresarios por todos lados.
Por supuesto, el presidente fue invitado, y se las arregló para encajar el evento en su apretada agenda, honrando a todos con su presencia por un corto instante. Jeno fue llevado por sus guardias de seguridad y el personal hacia su mesa, donde cerca de cinco personas estaban sentadas, bebiendo vino caro. Todos ellos se pusieron de pie como muestra de respeto, pero Jeno rápidamente los excusó, diciéndoles que aquello no era necesario. Él notó que uno de los invitados no se había movido de su asiento ni tampoco lo saludó con efusividad como los otros.
En su lugar, el chico de labios brillantes estaba acomodado en su asiento, con un abrigo de pelo rosa cubriendo sus hombros desnudos, usando un traje sin mangas envuelto en diamantes. Jeno vio al chico bonito elevar una ceja hacia él, lo que le hizo notar que había permanecido observándolo por mucho rato.
Luego de que la conversación terminara, Jaemin se inclinó ligeramente hacia adelante, sosteniendo una copa de champagne en su mano.
—Es un placer verle, Señor Presidente —Jaemin se presentó con una sonrisa encantadora, y Jeno asintió ligeramente en respuesta.

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[TRAD] National Anthem
Fanfiction[Traducción] National Anthem Original de @liquorna en Twitter El presidente Lee Jeno siempre ha sido una figura muy respetable ante el ojo público. Tiene clase, autoridad, y es un líder muy serio y justo. Pero todo hombre tiene secretos sucios, y el...