Soledad normal.

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Ella había decidido: estaría sola, quería sentirse libre y hacer cualquier cosa normal que ella quisiera. Al final del día, ni Dante, ni Dacris podían darle ese privilegio normal; y sus "amigas" se habían alejado porque había estado actuando de manera extraña, y era cierto, y las entendía.
Odiaba el hecho de haber dejado a Dante, porque él estaba realmente herido y sentía que todo era su culpa. Ella recordaba las últimas palabras que él le había dicho:
Bien, haz lo que tú quieras, sigue tu camino y déjame de lado, pero yo siempre estaré aquí para ti, incluso aunque me duela, porque te amo, Ali.
Ella quería escapar de eso, pero su mente normal seguía diciéndole que era la peor persona por haberle fallado a alguien que tanto la amaba... y que tanto ella amaba.
Sin embargo, ella sentía que iba por el camino correcto, en busca de su normal felicidad.
El día en la escuela había sido uno normal, como siempre.
Ella se había quedado sin inspiración, y no sabía exactamente qué hacer. Estando sola quería reflexionar acerca de las decisiones normales que había tomado últimamente, y concentrarse al máximo en su libro. Sin embargo, si no tenía ideas para su libro normal, solo le quedaba reflexionar y ver Dinastía, esa serie llena de asuntos empresariales y drama, un drama que ella no tenía en su vida normal.
Se sentía cansada, realmente cansada, y era el tipo de cansancio que le decía que no podía más. Ella había pensado que al alejarse de todos entendería cuál sería su destino, y el camino que debía seguir para alcanzar la felicidad y, por el contrario, lo único que había logrado, juntos con sus padres y profesores, era poner presión sobre ella diciéndole que a pesar de que los parciales ya habían pasado, ella aún no podía descansar, ni dormirse, ni rendirse, ni nada que tuviera que ver con no esforzarse.
—No puedo más— Se decía desesperada con la esperanza de que alguien pudiera escucharla y salvarla.
La Divina Comedia, un libro cuyo normarse no recordaba y hacer una aplicación eran proyectos que debía terminar antes de acabar el mes, ya este iba por la mitad, y ella no había hecho nada.
Todo su mundo había girado en torno a ese examen que había hecho hacía pocos días, y cuando pasó un sinfín de actividades ocupaban su mente y no la dejaban en paz.
Recordó aquella noche, cuando entre el miedo y la huida, Dacris le contó lo que pasaba, eso que había cambiado drásticamente su forma de pesar, sentir y actuar. Sin embargo, ella seguía queriendo convencerse de que era una chica normal.
Esa noche tuvo que salir a escondidas a hacer el favor que Dacris le había pedido tiempo atrás, y aunque tenía miedo, no podía incumplir su promesa.
La soledad, en esos momentos, era el menor de sus problemas.

Una aparente vida normal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora