Alive. || 1D y Tú || [cancelada temporalmente]

#9 'Cameron.'

 9.

P.O.V. Diana

Desperté gracias a los ronquidos de mi acompañante.. ¿Espera qué?

Me giró y me encuentro con un chico pelinegro durmiendo plácidamente a mi lado mientras su brazo derecho descansa sobre mi cintura. Dejando claro que por estar admirando su cara angelical no descubriría dónde estoy ni que pasó la noche anterior, poso mi mirada en el resto de la habitación con la intención de encontrar respuestas.

Después de inspeccionarla con la mirada durante unos minutos me di cuenta de dos cosas.

La primera era que este chico tiene una obsesión insana con Green Day y Blink 182.

La segunda es que anoche de seguro salí de fiesta y por la peste a alcohol deduzco que me emborraché, por lo que acabé en la cama de cómo-quiera-que-se-llame-el-moreno.

Pensaba en despertarle, para preguntarle más que nada donde estaba, pero la melodía de mi móvil hizo el trabajo por mí.

- Que alguien apage esa mier… ¿Qu-uién er-es? - preguntó, o más bien tartamudeó, echó un vistazo fugaz bajo las sábanas, al darse cuenta de la falta de ropa salió corriendo al baño tapándose cómo puedo mientras el color subía a sus mejillas.

- Marica. - susurré para mí misma con una sonrisa burlona, y contesté la llamada.

《Llamada Telefónica》

- ¿Diga? - respondí mientras me ponía de pie y me cubría con las sábanas para buscar mi ropa.

-¡¿Diana!? ¡¿Dónde coño estás!? - gritó mi primo enfurecido al otro lado de la línea - ¡¿Te estuve llamando tod..

- Sí si lo que tu digas, sigo respirando así que cállate y relaja ese culo de marica que tienes, estoy en casa en media hora. - colgué sin darle tiempo a que me responda.

《Fin Llamada Telefónica》

Encontré mi ropa y me vestí rápidamente, fui al baño donde seguía el chico y toqué a la puerta.

- Oye amigo... - el asomo la cabeza por la puerta.

- S-soy Cam-meron.

Rodé los ojos cuando volvió a tartamudear.

- Me alegro por ti. No es que no me guste tu culo, que de verdad no tiene mala pinta - dije guiñándole un ojo. - pero quiero irme a mi casa, así que si me hicieras el puto favor de decirme dónde coño estoy, te lo agradecería.

- Est-tamos al lad-do de..

- ¡DEJA DE TARTAMUDEAR DE UNA PUTA VEZ ME PONES DE LOS NERVIOS!

Le grité perdiendo la paciencia. El tragó en secó.

- Estamos al lado de las Rampas SouthWay. A 10 minutos del centro. - pronunció despacio, evitando tartamudear.

- ¿Has visto cómo no costaba tanto? - le dediqué una sonrisa burlona y salí a paso ligero de aquella casa, después de coger mi móvil, claro.

Después de 20 minutos caminando llegué a casa, encontrándome a mi primo sentado en mi sofá, tirándose de los pelos con los codos en sus rodillas.

- Donde demonios estabas. - pronunció muy despacio intentando calmarse.

- Bonito pelo. - dije señalando a su pelo, que ahora en vez de ser verde moco era rojo fuego.

Subí las escaleras ignorando los gritos desquiciados de mi primo y fui a ducharme.

Al salir, me vestí con unos shorts de talle alto de cuero con unas medias negras traslucidas de bajo. Una camiseta ''crop'' o como mierdas se les diga que dejaba ver mi vientre plano, gracias a los entrenamientos. Esta lleva muchas cruces dibujadas. Y obviamente con mis fieles botas militares… negras. Demasiado negro, pero me encanta así que… que se le va a hacer.

Miré la hora, eran las 8:00, podía llegar a tiempo, aunque sinceramente me da igual a que hora llego.

Volvía entrar al baño, saqué todo el maquillaje que tenía y me delineé mucho los ojos y mucho rímel también, un lápiz labial oscuro y lista. Aún así me puse unas gafas de sol para ocultar los ojos rojos por la resaca. Tengo resaca y no me duele la cabeza, envidiadme.

El pelo, ahora rubio ceniza, lo dejé natural ondulado hasta las costillas, para que os hagáis una idea.

Cogí la mochila vacía, para fingir aunque sea, y bajé a la cocina.

Comí una manzana como desayuno y fui al salón donde seguía Mickey en la misma posición.

- ¿Y Naya? - le pregunté mientras cogía las llaves del garaje y Lia. (recordad que Lia es su moto, la Harley)

- Ya la he llevado yo. ¿Cómo puedes ser tan..

- ¿Guapa? Sí lo sé..

- ¡POR DIOS VIOLET, DEJA DE TOREARME POR UNA PUTA VEZ!

¿Es cosa mía o me acaba de llamar por mi segundo nombre?

Lo agarré del cuelo de la camisa y lo estampé contra la pared haciendo que un cuadro cayese al suelo rompiendo el cristal, haciéndolo añicos.

- En tu puta vida vuelvas a llamarme así. Da suerte que compartimos sangre, por lo que sigues con vida. He vuelto. Y voy a ir al instituto. Así que yo que tu rezaría todo lo que me sepa dando las gracias en vez de estar jodiendo. Ahora recogerás esto - dije refiriéndome al cuadro - y yo me iré.

Lo solté y sin esperar respuesta abrí el garaje, saqué a Lia, cerré la puerta del mismo y me monté en ella sin casco, que más da.

En 10 minutos ya estoy aparcada en la puerta del instituto, todavía sentada en Lia con el móvil, para mandarle un mensaje a Charlie.

《Tío ayer pillé una cogorza.. escúchame hablé con Malik, te explico todo lo que debes hacer, esta tarde en lo mío a las 7

- Diana  xx 》

 Guardé el móvil en el bolsillo de la chaqueta de cuero negra que me pusé antes de salir de casa y levanté la vista, encontrándome con Liam y sus amigos caminando hacia mí.

- ¿Qué pasó ayer? - me preguntó Liam directo.

- Hola Diana, ¿Que tal? Bien y tu? Bien también, gracias.. - dije irónicamente finjiendo tener una conversación conmigo misma.

- Hola Diana, ¿Qué coño pasó ayer? - repitió.

- Hola Liam, Zayn, ¿Le preguntaste a tu padre sobre lo que viste?

- Sí.

- ¿Y qué te dijo?

- Que no era de mi incumbencia.

- Tú los has dicho machote, eso ni os viene ni os va, así que adiós.

Iba a reponer algo pero vi al chico de esta mñana detrás de ellos dispuesto a entrar al edificio.

Vamos a divertirnos.

Caminé seductora hasta el chico, que no se dió cuenta de mi presencia.

Como se llama.. esto..

- ¡Cameron!

Se giró hacia mí, y abrió su boca con incredulidad.

Aprovechando que todo el mundo nos miraba - más bien me miraban a mí, pero bueno - me acerqué hasta el y le di un apasionado de beso que tarde menos de un segundo en responderme.

Bajo sus manos a mi cintura mientras yo agarraba con violencia su pelo.

Cuando se nos acabó el aire, me acerqué a su oído y susurré.

- Ahora eres mío, de mi propiedad.

Me alejé dejándolo confuso y me adentré en el instituto con una sonrisa triunfante y divertida en la cara.

Os dejo una foto de Cameron en multimedia. De nada.