Entre el Amor y el Poder Jikook

Tredici

CAPÍTULOS FINALES

Jimin dormía plácidamente en su cama, mañana sería un gran día. Él y su ahora novio dirían que no habría guerra, que después de tantos años ambos reinos estarían en paz. Exactamente a las dos de la madrugada una explosión hizo que el Rey abriera sus ojos asustado, una de sus doncellas entró con el brazo manchado de sangre y más que aterrorizada.

—¡Nos atacan!—Gritó ella.

—¿¡Qué?! ¿¡Quiénes?!

—Taehyung. Fue a atacar al Reino de Degrant, y una parte de su ejército esta atacando nuestro reino.

—Maldito traidor—Susurró—Prepara a mis hombres, yo ya salgo de aquí.

—Si-Si señor

Jimin se cambió de ropa rápidamente y acomodó su espada en un pequeño bolsillo que llevaba su traje, salió de su habitación y vio como los sirvientes escapaban aterrados del palacio, algunos cargaban a sus hijos en brazos y los guardias empezaban a luchar contra el Reino Kim, porque sí, Taehyung había tenido el descaro de atacarlo. Salió del castillo buscando con la mirada al ya antes mencionado pero no lo encontró.

—¿Donde mierda está Taehyung?—Preguntó el Rey a uno de sus guardias.

—Fue atacar junto con los Min y Seok al reino de Degrant—Respondió el hombre con seriedad.

—Acaben con estos inútiles y después quiero que vayan directo al Reino Jeon, no quiero los ataquen, solo a los Kim, Min y Seok ¿Quedó claro?—Subió a su caballo y miró al hombre a los ojos.

—A sus órdenes mi señor—El castaño empezó a cabalgar lo más rápido que pudo hasta el Reino de Degrant, porque no dejaría que nada le sucediera a su chico. No lo quería perder una vez más, Jimin pasó por el pueblo y sintió terribles ganas de llorar al ver un niño cargando a su hermana muerta sobre su espalda ¿En serio Taehyung había sido capaz de eso? Al llegar al Reino entró por detrás al palacio y corrió a buscar a Jungkook, el cual no aparecía por ningún lado.

—¡Por favor! ¡Dígame donde está Jungkook!—Suplicó el mayor a una señora con su hija.

—En el sótano.

—Muchas gracias. Salga por detrás, por allá no hay nadie—Sonrió nervioso y corrió hasta el sótano, allí estaba él, con una nueva espada en sus manos.

—¡Jimin! ¿¡Que haces aquí?! ¿¡Acaso no ves que varios reinos me atacan?!—Se acercó a él lentamente.

—Tae-Taehyung me está atacando a mi también pero escuché que a ti mucho más, déjame ayudarte. No te dejaré solo.

—Tranquilo mis hombres están muy bien entrenados, nada sucederá—Dejó la espada en un pequeño cojín, se acercó a los esponjosos labios de su chico y depositó un beso en ellos.

—No quiero perderte una vez más, no lo soportaría—Tomó sus mejillas con suavidad y depositó un rápido beso en sus rosados labios—Déjame ayudarte yo puedo.

—Yo tampoco te quiero perder ¿Sí? Si quieres ayudarme acaba con los caballeros de los Min y Seok, un grupo de mis hombres junto con los de el Duque Kim y el Rey Jung te ayudarán ¿Vale? Yo me encargaré de Taehyung

—Idiota, él es muy fuerte con eso de las espadas. Vas a morir—Susurró abrazándolo.

—Tú tranquilo—Tomó la espada y antes de salir del sótano el mayor lo tomó del otro brazo y le robó un beso. El menor soltó la espada y enredó sus brazos en la cintura del castaño, sus labios empezaron a moverse lentamente incluyendo sus lenguas. Estuvieron así unos momentos hasta que una explosión los hizo detenerse.