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— Voy al baño...

—Te acompaño.

Fuimos rumbo al baño más cercano a la piscina, caminábamos con pasos lentos, y hablábamos de cosas triviales, estábamos disfrutando de la conversación que fuimos llevando, al llegar a nuestro destino le dije amablemente que podía pasar conmigo, ya que todas en nuestro grupo de amigas hacemos eso, y también para seguir con la conversación, que realmente estaba muy divertida.

Yo hice mi cometido,y subí mi ropa interior, ella se encontraba al otro extremo del baño así que no me preocupé por eso, acto seguido subí mi pantalón y lo cerré correctamente, lavé mis manos y luego me dispuse a salir de aquel lugar, pues ya había echo lo que iba la hacer, tomé la manija con intención de abrir la puerta cuando de repente oigo que me llama.

—Yoonji... No sé cómo decirte esto...

—Sólo dime, sabes que no te juzgaré.

En ese momento me sentí nerviosa, ¿qué tal si me decía que se iba a ir a otro país a estudiar? Eso me dolería muchísimo, ¿o si me dice que consiguió a un chico apuesto con el cual entabló una relación amorosa? Eso me dolería aún más, pero estaría feliz por ella, porque si ella lo es yo también lo seré. De repente mis pensamientos se vieron interrumpidos por su voz.

—M-me gustas...— Quedé tiesa. Nunca imaginé oír esas palabras salir de su boca.

Ella me ha gustado desde el primer día que la vi, cuando me uní al que ahora es nuestro grupo de mejores amigas me sentí atraída hacia ella, no de una manera sexual, cabe destacar, sino mas bien de ella en general, me gustaba lo inteligente y talentosa que era, su manera de ser y expresarse hicieron que mis sentimientos se revolvieran de manera alocada. 

—Ya sabes lo que pienso al respecto.— Y claro que lo sabía, más de una vez le hice saber mis sentimientos, de manera "discreta", pero ya los conocía.

Le resté importancia al asunto ya que siempre que hablamos de eso termina ignorándome olímpicamente, y volví a la posición anterior, con la mano en la manija, apunto de abrir la puerta.

—¿P-puedo besarte?

Quedé petrificada por algunos segundos antes decaer en cuenta de que lo que había dicho no era un sueño, no, era real. Fue entonces que reaccioné.

—Por supuesto que sí...— dije a la par que soltaba la manija y me volteaba en su dirección,  comencé a avanzar lentamente hacía ella, teniendo en cuenta de que podía cambiar de parecer en cualquier momento, yo lo respetaría de ser así.

Ella copió mi acción, y con pasos lentos y torpes nos acercamos, fue entonces cuando sus labios y los mios se encontraron, se conocieron de la mejor manera posible, con un beso lento y torpe a los ojos de cualquier persona, pero para mi era realmente grandioso, tan solo con un beso me llevo al cielo, me hizo sentir cosas que jamás había sentido con nadie, tan solo con un beso me arrebató la cordura, era un beso lento, y cargado de sentimientos, yo estaba disfrutando de esos carnosos labios a plenitud.

Mordí suavemente su labio inferior, y casi de inmediato dejó escapar un jadeo, me separé un poco de ella para comprobar si era suficiente, claro que para mi jamás lo sería tratándose de ella, pero respeto plenamente cada una de sus decisiones.

Gracias a los dioses no se negó a seguir con nuestra labor; cuando me separe un poco de ella sus labios buscaron los míos casi con necesidad, como si nuestros labios hubiesen nacido para estar juntos, yo no me negué a seguir, y es que ¿quién en su sano juicio deja perder una oportunidad así? Yo no.

No supe en qué momento en beso subió de tono, tampoco supe cuándo comenzó a mover sus caderas en busca de más contacto, para ser sinceros, tampoco quería saber claro está decir, de un momento a otro se encontrábamos recostadas de la pared, logrando así que el beso fuese más prolongado.

Me deleite con su dulce aroma, y lo delicioso que eran sus labios, y nos desconectamos del mundo, la razón ya no tenía protagonismo en este momento, y al parecer no lo tendría. Esos hermosos labios, carnosos y suaves se abrieron lentamente para que mi lengua hiciera aparición en la escena, nuestras lenguas jugaron al compás de una melodía que solo nosotras dos podíamos escuchar.

Su lengua se introdujo en mi boca, buscando desesperadamente el contacto con la mía y entonces mis labios la atraparon, succionando suave y a la vez fuertemente, dejando escapar en el proceso el primer gemido de la tarde, uno que hizo que mi corazón se acelerara de la arritmia cardíaca que se estaba produciendo en el, su boca definitivamente sabe a gloria, definitivamente es el mejor día de mi vida.

En ese momento me tomé el atrevimiento de colocar mis manos en sus caderas para así comenzar una fricción extremadamente deliciosa; sus piernas temblaban gracias a que la excitación se estaba apoderando de ella, la sostuve en cuanto su equilibrio se vio atentado por la gravedad, y fue entonces que tomé su pierna derecha y la coloqué sobre mi cadera, ella la envolvió de inmediato en ellas, acción que nos hizo perder el control completamente.

Yo acaricié sus suaves y firmes muslos, dejando un fuerte apretón de vez en cuando; cada vez que estrujada sus glúteos con mis palmas ella dejaba escapar un gemido agudo y encantador, yo me sentía en el cielo sólo con escuchar sus dulces gemidos impactar contra mis oídos. De momento la vi voltear la mirada hacia el espero de aquel baño y copié su acción, pude apreciar más a detalle el desastre que eramos en ese momento, era la imagen más erótica que mis ojos hayan podido captar; estábamos sudadas, con el cabello despeinado, y frotando nuestros cuerpos los unos a los otros sin ningún rastro de pudor, pero no nos importaba, por mi parte me encantaba verla de esa manera, se veía hermosa y excitante, era como una diosa del placer.

—Bebé... Te harás daño, levántate...—Dije, preocupada al ver que intentaba arrojarse al suelo.

—N-no... Ven...

Y se lanzó al suelo, yo inmediatamente capté lo que quiso decirme y le seguí. Ustedes dirán que es antihigiénico, yo también lo pensé así, pero se recostó justo en la alfombra, además, cuando uno está así de excitado no mide nada, no piensas en nada que no se relacione a las personas involucradas en el acto.

Se encontraba acostada en el suelo en una posición muy provocativa que me llevó solamente a recostárme encima de ella colocando mi rodilla izquierda entre sus piernas para separarlas y poder cruzar nuestras piernas en posición de tijeras; coloqué mis brazos a los costados de ella para no dejar caer todo mi peso sobre ella.

Ella aún movía de forma sucia sus caderas en mi búsqueda, yo también comencé a moverlas para que sintiéramos más fricción, y llevé mi mano derecha justo a su cintura, la fui deslizando lentamente por su cuerpo, justo debajo de su camisa, disfrutando de lo que sus preciosas curvas me ofrecían y aterrizando justo en su pecho, tomé su seno derecho y lo acaricié, casi con ternura, y luego deje un suave apretón antes de subir su camisa por completo y llevar mis labios dicho lugar, besé con ternura la zona y fui subiendo un poco más hasta llegar a su aureola y pasar mi lengua lentamente con movimientos circulares, y luego chupando un poco la parte sensible de esa área.

Ella arqueó la espalda y soltó varios jadeos debido a mi acción.

—¿Q-quieres que baje?— Pregunté dejando un beso cada vez que pronunciaba una palabra.

Ella asintió y entonces fue cuando comencé un rastro de besos de sus senos bajando por su abdomen, yo estaba lista para lo que venía, pero justo en ese momento, oímos las voces de nuestras amigas, que se dirigían a nuestro encuentro, con la excusa de que estábamos tardando demasiado.
Me levanté y luego a la ayudé a hacer lo mismo, le dije a las chicas que pasaran mientras que avancé al lava manos a mojarme un poco el rostro ya que había puesto la excusa de que estaba vomitando por ingerir alcohol.

Nos habían cagado todo...



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Only Friends | Jimsu / Taegi  «Fem»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora