「•KING•」↳ʏᴏᴏɴᴍiɴ

S I E T E

Luego de hablar un rato más en la piscina decidimos salir y que eran al rededor de las cuatro de la tarde.

— Perfecto, mi ropa está empapada, no puedo irme así. — se quejó.

— Tengo la solución. — Aseguré — ¡Jihyo noona!

Jihyo llegó unos minutos después.

— Dime.

— ¿Podrías buscarme ropa limpia? Y a Yoongi algo de mi hermano, en su habitación debe haber ropa todavía, por favor noona.

— De inmediato.

— No sabía que tenias un hermano. — me dijo Yoongi cuando Jihyo se fue.

— Tiene 25 años y vive en Estados Unidos desde los 20 con su sueño de viajas por el mundo, pocos amigos lo conocen.

— Vaya, tiene un gran sueño.

Asentí.

— Aquí esta la ropa, Jimin.— llego Jihyo.

— Gracias, JiHyonie noona.

Tomé mi ropa y Yoongi la de mi hermano cada uno se dirigió a un baño y nos cambiamos.

Cuando salí me dirigí a la cocina donde estan Yoongi y Jihyo tomamdo unos batidos y riéndose.

— Creo que tienen una obsesión no sana por los batidos de Jihyo.— Hablé haciendo que ambos giraran a verme.

— No hay que negar que los batidos de Jihyo son deliciosos.— Algien habló a mis espaldas haciendo que saltará del susto cuando giré me di cuanta de que era Seungri.

Jihyo se sonrojó.

— Ni tanto.— Habló ella.

— ¿Qué ni tanto? Son exquisitos.— Volvió a decir Seungri.

Yoongi y yo nos dimos una mirada cómplice.

— Nosotros nos vamos a hacer unas cosas... importantes.— dijo Yoongi.

— Sigan hablando ya venimos.— dije.

Yoongi y yo salimos de la cocina y nos sentamos en un sofa.

— Esos dos tienen algo ¿no? — preguntó Yoongi.

— Eso creo, cada vez que hablan Jihyo se pone como un tomate.

— Es una lástima, si no fuera por Seungri yo me estuviera casando con Jihyo para tomar de sus batidos todos los días.

— Necesitas un psicólogo, es obsesión no es nada sana.

— No es una obsecion es sólo...

Yoongi dejó de hablar cuándo sonó la puerta principal. Giré para verificar quien era y me sorprendió ver a mis padres.

— ¿Que hacen aqui temprano?.— Les pregunté.

— Nos vamos esta noche para Inglaterra, nos imvitaron a un torneo de golf, volvemos en una semana.— Dijo mi madre.

—¡JIHYO!— Grito mi padre.

Una Jihyo con el labial corrido corrió hacia mi padre.

—¿Qué desea, señor Park? — Preguntó Jihyo recuperando el aliento.

— Haz nuestro equipaje de una semana, nos tenemos que ir en una hora.

— Si señor.

Jihyo corrió hacia el piso de arriba y mis padres subieron a su habitación.

—Oh, por una semana, los extrañaras ¿no? — Dijo Yoongi.

— Obvio que no, nunca están en casa, para mí es lo mismo.