「•KING•」↳ʏᴏᴏɴᴍiɴ

T R E C E

YOONGI POV.

Tomo el mentón de Jimin haciendo lo posible para que no giré su cabeza hacia aquella mesa.

— Tienes unas lindas mejillas — le dije.

Ya hacia tiempo que quería desircelo, obviamente siempre note ese detalle.

— Gracias por notarlo. Ahora sueltame — trato de zafarce de mí.

— No. Mírame a mi.

— ¿Pero qué pasa? — preguntó enojado.

Quita mi mano de un golpe y voltea.

Jimin se queda varios segundos viendo aquella escena.

Viendo como su mejor amigo se besa con su novio o mejor dicho su antiguo mejor amigo y EX novio.

Desearía que no hubiera visto aquello. No después de sus ojos.

Sus ojos tenían tanto dolor que yo me sentí triste también, me sentí tan dolido como él, tan destrozado como él.

Sus ojos siempre transmitían todo lo que Jimin sentía, la alegría, la emoción, pero ahora me transmitían dolor.

Vi como algunas lagrimas escapaban de sus ojos y traté de acercarme para limpiarlas pero él se levantó tan bruscamente que derramó mi jugó al suelo y volcó el plató de ensalada que n isiquiera probó.

Jimin corrió hasta salir de la cafetería.

Giré a ver a los provocantes de tanto dolor y los vi observando como Jimin corría para luego reírse y seguir basándose.

Esos hijos de puta...

Me dieron ganas de golpearlos pero Jimin necesitaba a alguien en este momento.

Hoseok, Taehyung y yo nos pusimos de pie al mismo tiempo.

— Ve tú — me dijo Taehyung — Necesita alguien que lo reconforte y ¿quién mejor que tú?

Asentí y corrí hacia la salida de la cafetería.  Por los pasillos vi a los estudiantes caminar de un lado a otro tranquilamente y no había ningún rastro de Jimin.

Corrí por los pasillos.

— Yoongi ¿es verdad que te acostaste con Jimin?

— Hey nerd, ¿Eres el nuevo juguete del chico popular?

— Hey tú, ¿es cierto que tu eres la razón por la cúal Jackson y Jimin terminarón?

Todo eso y mucho más me preguntaban todos los estudiantes desde temprano cuándo me veían pasar. Los ignoré.

— ¿Dónde está Jimin? ¡¿Dónde está Jimin?! — gritaba por los pasillos pero nadie respondía.

Me quedé en silencio pero seguía caminando. Escuché un leve llanto detrás de una puerta. Entré sin pensarlo y me di cuenta que se trataba del armario de limpieza.

En una esquina, juntó a los aromatizantes, sentado en el suelo, abrazando sus rodillas y llorando sin parar estaba él. Jimin.

Me senté juntó a él y lo abracé. Lo abracé con todas mis fuerzas tratando de transmitirle todas mis  fuerzas. Tratando de hacerle saber que no está sólo, que me tiene a mí.

El soltó sus rodillas, envolvió sus brazos alrededor de mi cuello y lloró en mi hombro. Lloró con fuerza, sollozo y estou seguro que hasta me babeo un poco.

— Sé que no estás bien. Aunque siempre digas que lo estás en tus ojos veo que no estás bien. No finjas más, sólo suéltate, llora y desahógate. Has todo lo que tengas que hacer pata estar mejor, pero no retengas el dolor.