「•KING•」↳ʏᴏᴏɴᴍiɴ

V E I N T I D O S

Ya es domingo por la mañana y yo estoy estoy en el patio de mi casa haciendo ejercicio.

Veintitrés. Veinticuatro. Veinticinco.

Terminó las abdominales y Jihyo se acerca.

— Minnie, deberías comer algo — me miro preocupada — Estas ejercitando y es peligroso que no comas.

— No te preocupes, Noona. Con el batido estoy bien, tiene todos los nutrientes que mi cuerpo necesita.

— Tu cuerpo necesita comida solida.

— Mi cuerpo se vera horrible si como algo así.

— Tu madre te ha metido esas ideas raras y eso está mal, no es sano.

Rodé los ojos.

— Estoy bien.

Volví a mi lugar y seguí ejercitandome.

Cuando termine mi rutina guardé mis cosas, me di una larga ducha y baje a la sala. Me senté en el sofá y encendí la televisión.

Tenía el día para mí. No tenía que trabajar, no tenía que ir al Instituto, tenía tarea pero obviamente la dejaría para el último momento y sólo tenía otra sesión de fotos pero era en la tarde.

El plan de mi madre estaba funcionando y gracias a todo esto me estaba volviendo mucho más famoso, varias personas en la calle me pedían autógrafo o incluso fotos.

Mi madre quería que fuera igual a ella, un gran bailarín, a través de mentiras.

Yo ni siquiera quería ser bailarin. Amaba bailar pero quería ser abogado.

Seguí viendo la serie que estaban pasando en la televisión.

— Jimin, era para informarte sque el paquete que me pediste que llevara ya lo dejé hace un rato
— me informo Seungri.

— Perfecto, gracias hyung.

En ese momento sonó el timbre de la casa. Ninguno salió ya que los de seguridad estaban afuera para abrir y registrar a las personas que entran.

Minuto después la puerta se abrió y un muy consternado Yoongi apareció.

— ¿Por qué? — preguntó.

Le sonreí.

— Hola, nerd ¿cómo estas?

— Estoy MUY confundido.

— ¿Por qué? — pregunté haciendome él inocente.

— A veces eres muy raro — él se tomaba las sienes tratando de pensar con claridad, se veía la confusión en su rostro — Unos días te anojas conmigo, otros estás felíz  y otros me dejas un sobre con miles de wons en la puerta de mi casa.

— Primero el bipolar aquí eres tú, no yo. Y segundo, ¿qué te hece pensar que yo fue él que dejo ese dinero en tu casa?

— Porque eres el único millonario que conozco.

— Taehyung también es millonario — me encogí de hombros.

— Dudo que sea él. Pienso que fuiste tú porque... te preocupas por mi y porque vi a Seungri dejar el sobre — se encogió de hombros.

— Está bien, si, si fui yo.

— ¿Porqué? Una persona normal no anda regalando quinientos mil wons a cualquiera que le caiga bien.

— Yo sí — sonreí — Lo hice porque... quise. Sabes, es bueno ayudar a tus amigos de vez en cuando.

— Di la verdad.