C A T O R C E

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Estoy conduciendo con Yoongi abrazado a mi espalda.

Esto es... raro.

Cuando llegamos a mi casa pasamos por seguridad y el enorme portón de la estrada, nos bajamos y nos quitamos los cascos.

Tenía tiempo sin conducir y lo hize muy bien.

— Conduces horrible — dijo Yoongi — Pensé que ibamos a morir atropellados.

— Claro que no — me quejé — Más bien te salve de morir en manos de Jackson.

— Creo que prefiero morir golpeado que atropellado en un accidente por tu culpa — se burla.

— Ja ja — me rei sarcasticamente — Ahora ve que tu cara se ve horrible con toda esa sangre.

Abrí la puerta de la casa y entramos a la sala.

— ¡Jihyo noona! — grité — ¡Ya llegué!

— Oh, qué bueno, ¿por qué llegaste tan...? ¡Oh Díos! ¡Yoongi! ¡¿Qué te paso?! — Jihyo exclamó horrorisada cuando vio las eridas de este.

— Cálmate, noona. Necesitó que me traigas el botiquín de primeros auxilios.

— No espera, pero ¿qué paso?

— Eso no es importante, traeme el botiquín rápido, por favor.

— Ya vengo.

— ¿Puedo sentarme? — preguntó Yoongi.

— Claro.

Nos sentamos en uno de los sofas de la sala, uno junto al otro.

Jihyo volvió a la sala con un botiquín de color blanco, lo dejó en la mesa y se quedó mirando unos segundos a Yoongi pero después se fue nerviosa.

— Le tiene miedo a la sangre — expliqué.

Yoongi asintió y racargo su cabeza en la cabecera del sofá.

— No no, levanta la cabeza, flojo — le regañé — Tengo que curarte eso.

— No es necesario, estoy bien.

— No estas bien, tu cara se ve horrible.

— Oh gracias, siempre tan lindo — dijo con sarcasmo.

— Gracias, siempre soy muy lindo— le sonrió y él pone los ojos en blanco.

Saqué algo de algodón y un poco de alcohol y lo froté en sus heridas. Sobre la ceja, debajo de la nariz, debajo del ojo, en la mejilla y en el labio.

Cuando terminé de desinfectarle vendé sus heridas y también vende sus nudillos que tenía muy rojos.

— Listo — dije cuándo terminé de vendar todas las heridas.

— Gracias — me sonrió — Oh, tienes sangre en la ceja.

— ¿Qué?

— Si, donde el imbécil de Jackson te golpeó.

Toqué mi ceja y centí un pequeño ardor. Vi mi dedo con un poco de sangre.

— No es mucho, no me golpeó tan duro, no me duele — dije y luego me encogí de hombros.

— Ven, ahora yo voy a ser tu doctor.

— ¿No serías mi enfermero?

— Si, pero yo quiero ser el doctor.

Reí.

— Esta bien, doctor.

Yoongi sonrió.

「•KING•」↳ʏᴏᴏɴᴍiɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora