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*Escupe agua*

*Escupe agua*

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HoSeok POV

La noche es fría, pero a penas y la siento debido al calor de mi cuerpo, salí corriendo hacia la avenida principal para conseguir un maldito taxi, y luego de casi rogarle a cualquier conductor que se detuviera, solo un bendito señor se detuvo luego de haber pasado unos 5 minutos, minutos los cuales me parecieron eternos, y estuve a punto de olvidarlo e irme corriendo, pero para mí fortuna, el hombre y su taxi y me llevo en menor tiempo a la casa de NamJoon.

Bajé tan de prisa, que se me cayeron algunas monedas que habían sido mi cambio por el viaje, pero, aun así, no me detuve para buscarlas.

Tan pronto como me plante enfrente de la puerta principal, comencé a tocar el timbre con algo de violencia, esperando... casi rogando... que todo fuera una maldita broma pesada, y que en realidad Jungkook estuviese a salvo.

La puerta se abrió y solo pude ver a un hombre frente a mí, el que nos había recibido la última vez a Jungkook y a mí.

— ¿Puedo ayudarlo? — Pregunto con bastante tranquilidad en su voz, y sonaba como si no encajara en el lugar, ya que de fondo se escuchaba música a todo volumen, carcajadas y otros sonidos fuertes que me eran difíciles de identificar.

— Vengo por Jungkook, me dijeron que está bastante ebrio y yo soy quien lo llevara a su casa. — Quise hablarle seriamente, pero los nervios y el miedo no me lo permitía, y eso provocaba que mis palabras salieran temblorosas y con algo de rapidez.

— Pues a mí no me dijeron que iban a venir por él.

— Fue él quien me llamo por celular hace unos minutos. Solo, déjeme pasar. — Respondí casi cayendo en la desesperación, debido a las carcajadas que se escuchaban al fondo de la casa, como si estuvieran en el patio trasero.

— Espere un momento, necesito comprobarlo.

El hombre estaba a punto de cerrar la puerta en mi cara, y en eso escuche los aullidos de personas ebrias, que le pedían a alguien más que saltara de una vez por todas, todo eso acompañado de risas llenas de malicia.

Antes de que la puerta se cerrara por completo, puse mi pie para impedirlo. Sin pensar mucho en las consecuencias, empuje la puerta con fuerza, quitándole algo de balance al hombre que estaba al otro lado de ella.

Quiso detenerme... pero fue demasiado lento.

Así que me escabullí por la casa, siguiendo el ruido de las risas, al mismo tiempo que intentaba ignorar los gritos del hombre a mis espaldas, que me pedía que me detuviera, o de otra manera llamaría a la policía.

Entre más me acercaba al final de la casa mejor podía oler el aroma a tabaco y marihuana.

Pase por otras habitaciones más antes de llegar a la cocina. Donde ahí, había una puerta que daba al patio trasero, lugar en el cual se encontraban otros chicos, mientras sujetando botellas de cerveza, veían hacía un punto encima de casa.

F U C K  M E  ||  HOPEKOOK || En EdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora