»Navidad«

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Luego de un rato, mi amigo y yo habíamos logrado atrapar al escurridizo sapo y ponerlo dentro de un bolso que traía su abuela, quien pronto vino a sentarse junto a nosotros.

-Disculpen, es mi nieto, y su espantoso sapo -dijo amenazando a Nev con la mirada.

-Oh.. no hay ningún problema -exclamó mi madre al recuperar el aliento.

-Sí, no tiene importancia, sólo fue el susto.. -siguió mi padre. Mi abuelo permanecía callado, y con una sonrisa, esperó un poco más y luego habló.

-Así que, tú eres amigo de mi querida Josephine ¿No? -Neville asintió con la cabeza, luego mi abuelo continúo, con esa expresión de curioso que ponía para dar una buena impresión- tienes mucha suerte, pequeño, de que mi nieta te haya escogido.. -Neville negó- ¿Por qué dices no?

-Neville no es exactamente una persona con suerte.. -dije con una pequeña sonrisa forzada.

-Ah, ya veo.. bueno, al menos debes quererla mucho, para aguantar todas sus preguntas- esta vez Neville volvió a asentir- eres.. un poco callado.

-N-no, no tanto... -exclamó él- supongo que es.. quizá porque no nos conocemos muy bien.

-Oh ya veo, ya veo.. Y ¿te gustaría comer con nosotros? -al decir eso mí madre asintió contenta, sin embargo mi padre estaba algo disgustado.

-¿Y si..? -comenzó a decir, pero mi mamá le lanzó una mirada, que aunque tenía una sonrisa quería decir que comeríamos con Nev y su abuela, por lo que mi papá se calló.

-¿Y si le avisan al mesero que traigan sus platos aquí? -completó de otra manera la frase, mi madre.

-Claro. Neville ¡Se útil y avisale al muchacho! -dijo la abuela del chico, sin siquiera mirarlo pero dejando notar un desagrado en su voz. Me dio un poco de lástima, así que lo acompañé.
Corrimos hasta llegar a un hombre con cabello oscuro, quien parecía estar atento a lo que le diríamos.

-Am.. di-disculpe señor, creo que usted es nuestro mesero. D-de la mesa de allá ¿No? -señaló su anterior mesa.

-No, lo siento muchachito, el mesero de aquella mesa es él -movió la cabeza, dando a entender que nos dirigieramos a otro hombre con cabello rubio, a quien nos acercamos.

-¿Usted si es el mozo de aquella mesa, no? -dije está vez yo, volviendo a señalar, pero ahora con la cabeza. El hombre asintió- ¿Podría llevar la orden de los Longbottom a la mesa de allá? -señalé mi mesa- Con los Ollivander, por favor.

-Claro.

Pronto empezamos a caminar hacia la mesa actual cuando Nev me habló:

-Sabes, me encanta la comida de este lugar.

-A mí igual.

-Siempre pensé que si tengo una, traería a mi.. bueno, a una novia a comer aquí.

-Suena lindo, comer, reír, y compartir el rato.. supongo que cualquier lugar estaría bien para una situación así -dije contenta, me gustaba como iba esa conversación, y diciendo la verdad: me alegraba pensar en que esa misma noche estaría sentada en una mesa junto a Nev, comiendo juntos. Claro, con la familia.

-¿Por qué tardaron tanto, Neville? -
-preguntó su pariente al nosotros llegar y tomar asiento.

-No fue nada, abuela..

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Luego de que compartieramos conversación, mis familiares con Augusta y yo con mi amigo, llegó nuestra comida. Estuvo realmente deliciosa, y nos entreteníamos tanto que pedimos postre para pasarla allí un rato más. Cuando menos nos dimos cuenta quedaban 5 minutos para la media noche, 5 minutos para la Navidad.

•|Ollivander y Longbottom|• {Libro 1} (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora