Desperté con Neville a mi lado. Quise asimilar las cosas, pero como siempre me costaba. Estaba en un sillón, al parecer me había dormido allí, y Longbottom estaba en el suelo, tieso, tal y como había pasado la noche anterior no podía moverse, y estaba pálido.
Me levanté, y al estar sobre mis pies una vez más pude recordar algo: tenía que revertir el hechizo que le habían hecho a Neville, y según lo que había planeado, tenía que hacerlo antes de que me descubrieran en la sala común de Gryffindor. »¡Oh por Merlín! ¡Estoy en la sala común de Gryffindor!«.
Entonces fue cuando caí en el mundo real, pues no me iba a preocupar ahora por lo que fuera que hubiera pasado la noche anterior.
Me dirigí a la pila de libros que había en una mesa, y comencé a leer todos sus títulos, hasta llegar a uno que trataba sobre encantamientos. Lo abrí, tenía un índice, fui bajando mí dedo por todos los renglones escritos, y pronto paré al leer "Hechizos de Defensa". Llegué a las páginas adecuadas, y busqué rápidamente »Petrificus Totalus.. Petrificus Totalus.. ¡Por fin!«.
"El hechizo Petrificus Totalus, es un encantamiento utilizado para la defensa, qué consiste en dejar al oponente completamente tieso, sin que este pueda moverse. Fue creado por el gran mago..". Arrastre mí dedo aún más abajo, hasta llegar a leer la palabra "Revertir". Volví arriba y leí en mí mente: "Para revertir los efectos de este hechizo, se debe usar uno de los encantamientos más comunes para estos casos: Finite Incantatem".
Me dirigí a mí amigo »Debo intentarlo«. Hermione ya me había mostrado aquel hechizo una vez, por lo que no lo haría tan mal. Alcé mi mano con mi varita y mientras hacía el movimiento correcto, decía:
—¡Finite Incantatem! —como si ya dominara aquel tono: entre un susurro y un grito. Sorprendentemente Neville volvió a moverse, generando en mí alivio, felicidad, orgullo y emoción. Sin embargo, antepuse la cautela, y lo primero que hice fue taparle la boca con mi mano, para que no dijera nada que pudiera delatarme. Luego se la fui quitando lentamente. En vez de eso, me acerqué el dedo índice a la boca, dejando oír cómo lo callaba:
—Sssh..
—Gracias —dijo él.
—No me digas gracias, no es un favor, es lo que un amigo hace.. —exclamé, y el sonrió.
Intentó levantarse, por lo que le extendí mi mano, y la tomó. Al estar él aún en eso, oí como el cuadro se abría, y tuve que dejarlo caer.
—¡Ah! —dijo cuando golpeó contra el suelo.
—Lo siento.. —me disculpé yo y me escondí tras el sillón en el que me había dormido. Sin embargo, al abrirse el cuadro, dejó pasar a una persona que era exactamente la que quería ver— ¡Herms! Tienes que ayudarme.
—¿Qué? Josephine ¿Cómo sigues aquí?
—Perdón, me quedé dormida y..
—Oh, ya revertiste el hechizo de Neville..
—¡Si! Ahora, por favor te lo ruego, ayudame a salir de aquí —le supliqué de rodillas.
—Bien.. am.. viniste a pedirme la tarea de Encantamientos..
—Yo ya le pasé la tarea de Encantamientos —exclamó Longbottom, a lo que nosotras lo miramos con una expresión que decía: "¡No es en serio!"
—Bien, me la pasaste y pasé por un minuto.
—No, dudo que Mcgonagall lo crea..
—Quizá no.. bueno, al menos le quité el encantamiento a Nev.
—Sí... ¡Josephine! ¡Eso es!
—¿Qué?
—Sí algo he aprendido por la aventura de anoche, creo que podemos remediarlo. Mira, yo hechicé a Neville, y lo siento —explicó, lo último dirigiendo su mirada hacia él— pero ese es el punto, mira: anoche queríamos salir, y perdí el control, entonces lo hechicé.
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•|Ollivander y Longbottom|• {Libro 1} (EDITANDO)
Romansa"Al acabar bajé de mi asiento, y me encontré con el niño viéndome aún más sorprendido que cuando le ofrecí ayuda. Sus ojos se notaban muy grandes, y su boca pasó de estar algo abierta, a sonreír levemente. -Bien, entonces.. ¿Cómo te llamas? -Neville...