CAPITULO IV

12 1 0
                                    

– De nuevo lunes porque será que pasa tan rápido el fin de semana Dios. Me empiezo a remover en la cama y siento algo al lado mío y miro que es ¡MIERDAAAAA!!!!!!

– WILLIAM!!!!! Él se sobresalta.

– Que pasa? Pregunta mi jefe.

– ¿Que mierda hace en mi casa y en mi cama, n-nos acostamos j-juntos? Empiezo a hiperventilar.

– De que diablos habla Aurora no se ha visto, rayos que dolor de cabeza. Cuando me dice que si no me he visto ahí me miro y veo que tengo mi ropa y empiezo a tranquilizarme un poco, pero que mierdas paso anoche, solo recuerdo habernos despedido de su amigo y de ahí todo es una nube borrosa.

– Ehh ok, no paso nada pero que hace en mi cama. Vuelvo a reflexionar con él, veo con se pasa la mano por su pelo.

– Anoche estábamos muy ebrios y cuando la vine a dejarla a usted no podía caminar sola, así que la acompañe hasta aquí y cuando la iba a dejar nos caímos en su cama y ya de ahí no recuerdo más, lo único que se es que no tuvimos sexo.

– Eh perdón por mi reacción es que pensé. El levanta su mano y no me deja terminar.

– Se lo que pensó no tiene que decirlo, ya veo que tiene como la pero persona del planeta, aquí ya no hay mas nada que decir nos vemos en la empresa. No me atrevo a mirarlo dios que vergüenza.

– Eh. Me interrumpe de nuevo.

– Ya le dije que no hay nada que decir. Y lo veo como sale de mie apartamento, dios mío, pero últimamente cada vez que estoy con este hombre meto la pata.

Dejo de pensar en todo y me levanto para entrar al baño y empezar a cambiarme y olvidar todo lo que paso y salir directo a la empresa, nunca debí aceptar su invitación a la condenada boda.

WILLIAM POV

– Demonios todo lo que esa mujer piensa de mi es lo peor. Sali de su departamento como si me estuvieran persiguiendo, me fui al mío, de inmediatamente llegué me metí a la ducha para quitarme esta cruda que tenía encima e irme a la empresa.

Llegue en una hora a la empresa y espero tener un día bien ocupado para no tener que estar pensando en ella, lo peor de todo es que Bárbara está fuera del país porque si no podría desahogarme toda esta frustración que traigo.

Subo al ascensor y cuando se detiene en mi piso lo primero que veo es a ella tecleando la computadora y ella ni repara en mi llegada, sigo mi camino y justo cuando estoy llegando a su escrito y digo buenos días ella se sobresalta al parecer estaba bien concentrada y me contesta.

– B-buenos días señor. La miro y me pierdo en esos ojos, que ha hecho esta mujer conmigo, porque me tiene tan enganchado cuando ella ni idea de que soy algo más, para ella solo soy su jefe.

– Señorita Lombardo, pase a mi oficina a decirme que tenemos para hoy. Sigo mi camino hacia mi oficina y me olvido de ella, tengo que hacerlo, por dios yo soy William West dueño de una empresa, multimillonario, guapo y no es por dármelas se lo que provoco en las mujeres, porque diablo si ella no repara en mi yo tengo que prestarle mi más mínima atención, mis pensamientos cesan cuando escucho un golpe en la puerta.

– Pase. La veo que entra y le digo. – Tardo una eternidad señorita Lombardo.

– L-lo siento señor, fue que el teléfono estaba sonando. La miro

– Si yo le digo que venga a mi oficina, usted viene y punto, me importa un demonio si el teléfono sonó o no, usted solo se dedica a seguir mis instrucciones y ya. Le gritó, no quería hacerlo, pero estoy que no puedo conmigo mismo.

– Lo siento señor no volverá a pasar. Veo como sus ojos brillan y me siento como la mierda.

– Puede seguir por favor y decirme que tenemos para hoy. Ella empieza hablar y a decirme todos mis compromisos de hoy.

AURORA POV

Termino de decirle su agenda y salgo de esa maldita oficina, pero quien se cree que es ese malnacido, bueno si es mi jefe, pero no es nadie para tratarme así, diablos si no necesitaría el dinero no me quedaría un segundo más, dios ayúdame para soportar a ese maldito bipolar.

En lo que queda del día me centro en pasar a las citas que tenia don bipolar y rogar que pase pronto el día, porque empezaba a sentir como me iba subiendo un dolor de cabeza, en eso sale la última reunión del señor y se detiene en mi escritorio sin ni siquiera haber cerrado la puerta de su oficina.

– Muñeca porque no salimos a cenar ya que estas apunto de salir. Me quedo super sorprendida, porque si mi jefe escucho eso ahora si que no hay milagro alguno que me salve.

– Mire señor Vicente, no me interesa salir con usted. Le digo con mi tono más despectivo y él sonríe.

– Muñeca no te resistas sé que te mueres por salir a cenar conmigo. Lo miro de la peor forma que se puede.

– Es que no entiende que le dije que no patán egocéntrico. Se que no bebi decirle así pero ya me estaba hartando, en eso veo que sale mi jefe y abrí los ojos porque ahora si me votaba.

– Fue que no escucho a la señorita o prefiere que yo se lo repita. Me quedo en chock.

– No sabia que te estabas revolcando con ella. Abrí mi boca para defenderme, pero mi jefe no me deja ya que le responde él.

– Mi secretaria y yo solo tenemos una relación laborar, a diferencia de ti yo no involucro lo personal con lo laboral, así que sal de mi edificio en este mismo instante.

Veo como el patán ese entra en el ascensor.

– Señorita Lombardo porque no recoge sus cosas y se va, ya es muy tarde. Y a este que me defiende y ahora actúa como un idiota, pero esta vez no lo dejare que me humille de esa manera, entre a su oficina esta vez me importaba muy poco si me votaba y lo encare.

– Quien diablos se cree usted para tratarme de es manera, quien le ha dado el derecho de hablarme de esa forma. Me mira y se va acercando mientras me va hablando.

– Me creo quien soy su JEFE o se le esta olvidando. Se paro casi justo cerca de mí.

– El que sea mi jefe no le da el derecho de tratarme como lo hace, si puede que me dé órdenes, pero no que me trate como lo hace. Le digo con las últimas fuerzas que me quedan, cuando de pronto siento que me jalan y de un momento a otro lo tengo encima de mí besándome como si no hubiera un mañana.

Hasta que te conociDonde viven las historias. Descúbrelo ahora