El día seguía nublado y con una leve brisa que no dejaba caminar libremente por las instalaciones de la universidad para conocerla. Aristóteles decidió entonces esperar en la cafetería, como había quedado de verse con su novio.
Se quedó pensativo un momento viendo a las personas que estaban a su alrededor. Por un instante se sintió triste de no tener a Temo a su lado para iluminar su día. A Aris, a veces le asustaba sentir un vacío en el pecho cuando su novio no se encontraba cerca. Inmediatamente cayó en cuenta de que precisamente estaba en ese lugar para encontrarse con Temo, que su lejanía era solo temporal. Le dio ternura imaginárselo entusiasmado en su primer día de clases y esbozó una ligera sonrisa mirando hacia ningún lado en particular.
Al poco tiempo, una silueta a lo lejos captó su atención. Era su nuevo compañero de clases, Mario, quien parecía estar perdido o buscando algo o a alguien. Se le quedó mirando con atención y no pudo evitar sentir intriga cuando volvió a percatarse del parecido físico que ese chico compartía con Bruno.
Casi sin pensarlo, tomó su celular y tecleó algunas letras sin estar seguro de qué escribía realmente.
Aristóteles no estaba seguro si mandarle mensaje a su amigo había sido lo más prudente, pero era demasiado tarde para arrepentirse.
No había hablado con él desde hacía ya mucho tiempo. La última vez que tuvieron una conversación fue durante las terapias de rehabilitación a las que se había sometido Aris por su pierna rota derivada de aquel accidente del que Guido Mussi había sido culpable.
En realidad no tenían nada de qué hablar.Aristóteles se quedó pensativo un momento, trataba de entender qué lo había orillado a mandar esos mensajes.
¿A caso era que el parecido físico que tenían su nuevo compañero y su antiguo amigo le habían recordado algunas cosas? Pero, ¿qué tipo de cosas? Se preguntaba Aris.Hubiese pensado por más tiempo en eso, pero, para su buena suerte, alguien le hizo olvidarse completamente de sus cavilaciones.
-¡Tahi! -Temo gritaba para llamar la atención de su novio a quien había visto pensativo desde lejos.
-¡Mi amor! -Aris se acercó rápidamente a Temo para abrazarlo. Pero al ver su rostro preocupado, le dijo:
-¿Estás bien? ¿Por qué tienes esa cara? ¿Pasó algo?
-Ay Aris... ¿recuerdas a aquél chavo que se supone, vivirá con nosotros?
-Sí, ¿qué pasa con él?
-Pues hoy conocí en clase a alguien con el mismo apellido, estoy segurísimo de que es él, pero la verdad es una persona muy prepotente . Me temo que será él quien viva con nosotros y la verdad me desagradó muchísimo.
ESTÁS LEYENDO
Juegos de Amor
Romance¿Qué harán cuando descubran que, por mucho que amen al otro, no pueden evitar que les guste alguien más? Aristóteles Córcega y Cuauhtémoc López deberán enfrentar muchos retos en su nueva vida en la Ciudad de México. El reto más grande es preservar...