La casa estaba cercada por paredes de ladrillo a la vista, en el medio un portón de rejas negro y por allí podías ver la casa. Donde nosotros nos encontrábamos, había dos guardias de seguridad que tenían su casita a un lado del gran portón. Me quedé sumamente en silencio mientras intentaba asimilar los hechos. Esta casa iba a ser nuestra, era demasiado.
-¿Cuándo vamos a llegar? –preguntó Matteo.
Ruggero no le respondió y yo tampoco iba a hacerlo, estaba demasiado ocupada observando la nueva casa.
-¿Papá?
Ruggero bajó la ventanilla del auto cuando vio que uno de los guardias de seguridad de acercaba al auto.
-Señor Pasquarelli, ¿Cómo está usted?
-Digamos que bien, ¿Cómo andan las cosas por aquí, Luis?
-Bien, muy bien –sonrió el hombre.
-¿Papi? –volvió a preguntar Matteo.
Ruggero hizo caso omiso a su hijo.
-Bueno, abro para que puedan pasar, me imagino que ha sido un viaje agotador.
Ruggero le sonrió mientras el hombre le daba la señal a su compañero. Las enormes puertas se abrieron y Ruggero agradeció con un asentimiento de cabeza. Puso el auto en marcha y entró. Los portones se cerraron tras el pasar de nuestro auto.
-¿Papi?
-¿Qué es lo que quieres, Matteo? –gritó Ruggero haciendo que todos nos sobresaltáramos.
Matteo rompió en llanto.
-Puedes ser más cuidadoso, es pequeño. Si las cosas no te salen bien, no nos eches la culpa a nosotros, Ruggero. No te hemos hecho nada.
Ruggero revoleó los ojos mientras aparcaba el auto frente a las puertas de la casa.
-Me tiene cansado –dijo en un susurro.
-Cállate, Ruggero, es tu hijo.
-Y el tuyo también.
-Lo sé, yo no le he dicho nada, has sido tú.
Me regaló otro revoleó de ojos y salió del auto. Hice lo mismo y abrí la puerta de atrás para que los demás bajaran. Caroline bajó con Luna en brazos, que venía algo adormilada, Matteo y Sol bajaron en silencio.
-Papá no ha querido tratarte mal –le dije a Matteo mientras me ponía a su altura-. Está algo nervioso.
Bajó la mirada y luego frunció los labios.
-Ya no me quiere, ¿Cierto?
Abrí los ojos a tope y luego se me llenaron de lágrimas.
-¿Cómo dices eso, tontito? –lo abracé-. Papá te ama, al igual que yo lo hago. No ha tenido un buen día, está enfadado conmigo también.
-¿En serio?
-En serio, amor –me separé de él y le di un beso en la mejilla-. Luego va a disculparse.
Matteo asintió, le tomé la mano y cerré la puerta del auto. Acomodé mi bolso sobre mi hombro y caminé hasta donde estaban todos.
-¿Está es nuestra casa?
-Si –dije rápidamente-. Es grande, ¿Viste?
-Muy –dijo con una pequeña sonrisa-. ¿Es toda nuestra?
-No lo sé, hijo. Supongo que si.
Matteo apretó más mi mano. Llegamos a la puerta y había demasiada gente. Ruggero tenía a Sol en brazos, ella apoyaba su carita en el hombro de su padre. Luna seguía con Caroline y yo tenía un niño con ojos aguados, de la mano.
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[2] La Bella y La Bestia » Ruggarol [Adaptada]
FanficMatteo, Sol y Luna, serán como sus padres. Sus cualidades complementadas, harán crecer a esos tres hermosos niños, con parecidos a su madre y a su padre. Los ojos de Ruggero, la sonrisa de Karol. Descubre la nueva etapa de la vida de Karol y Ruggero...