{𝐶ℎ𝑒𝑟𝑟𝑦 𝐵𝑎𝑏𝑦} Bakugou x Kirishima BNHA. +18.

7 - Nuevos Sentimientos.

Narrado desde la perspectiva de Bakugou.

Era viernes por fin, me siento tan tranquilo de saber que mañana podré dormir todo lo que quiera sin tener que preocuparme por las estúpidas clases y por mis patéticos compañeros.
Y mejor aún, no tendré que ver a ese estúpido mitad y mitad y a su noviecito ridículo Deku.
Me dirigí a mis clases, hoy no tenía tantas ganas de ir a clase de arte, a demás si iba tendría que ver la cara de ese pelos de incendio. Y la verdad eso es lo último que quiero.
Fui a la máquina expendedora y metí algunas monedas para después recibir un dulce de cereza por parte de esta, debo decir que los dulces de cereza son mis favoritos.
Que buena suerte la mía de que esta vez la maquina no se haya querido robar mi dinero.
Salí del edificio para dirigirme al campus y sentarme cómodamente en el césped dejando a un lado el empaque con los dulces y poniéndome mis auriculares.
Mientras sonaba la música iba recordando todo lo que había sucedido ayer, pues la verdad siendo sincero nunca me había pasado nada parecido antes.
Recuerdo que todo iba de maravilla, estábamos escuchando música y todo bien hasta que... Me percate de que ese idiota estaba ocultando su cara, y no sé, me dio rabia que no quisiera mirarme, entonces traté de descubrirle la cara yo mismo cayendo sobre él y quedando cara a cara.
Le tengo un gran aprecio a Kirishima pues el se ha portado bien conmigo y todo, pero no podía negar que al estar mirándolo pude sentir cosas muy extrañas, un maldito escalofrío recorrió todo mi cuerpo al momento de tenerlo cara a cara, eso jamas me había sucedido con nadie antes...
No se que es esto que siento... Tal vez es aprecio por el y nada más, tal vez solo es amistad y ya.
Digo... ¡¡¡Es que no podría gustarme ese maldito imbecil!!!.
Es verdad que a mis 18 años nunca he tenido novia y jamas me ha llamado la atención ninguna chica... ¡Pero no significa que sea un maldito marica!, no quiero...

En ese momento empecé a sentir una sensación de frustración y coraje mezclada con desesperación y ganas de golpear algo o... A alguien.
Veamos... Katsuki... ¡Cálmate ya, mierda! Esto no está pasando...
Me repetía una y otra vez lo mismo... "esto no está pasando".
Pero es que es como si todo el tiempo pensara en este imbecil, en verlo o en siquiera buscar alguna puta excusa para estar con el.
Estaba harto de esto, enserio odiaba esta sensación.
De la impotencia y el coraje comencé a golpear el suelo una y otra vez hasta que mis nudillos quedaron cubiertos de sangre, había algunos chicos que caminaban por el campus mirándome extrañados por mi comportamiento, pero no me importaba una mierda, ahora solo podía pensar en deshacerme de esta maldita sensación.
Hoy no entraría a ninguna clase, no quería ver a nadie y no necesitaba a nadie, todos son unos estúpidos, ese idiota Eijirou es un estúpido.
Me puse de pie y corrí hacia mi habitación, subí algunos pisos hasta que llegue, corrí por el pasillo hasta dar con mi alcoba, abrí la puerta de prisa y entre asotando esta haciendo que los vidrios de la ventana retumbaran.
Me acosté es mi cama y cubrí mi cara con una almohada, sentía ganas de llorar y de gritar del maldito coraje, es que no quiero enamorarme, ¡No de el!, es decir... Es un chico... ¡Maldición no!.
Sentí como rodaban algunas lágrimas por mi rostro, yo solo estaba acostado en la cama con la almohada entre mis brazos, podía ver como la luz se colaba por las cortinas que aun estaban cerradas, sentía como si estuviera en un sueño, no quería entrar en pánico pero empezaba a sentir que mi respiración se aceleraba y que mi corazón latía cada vez más y más rápido, pues estaba muy enfadado y lleno de frustración.
En aquel momento pude escuchar como alguien llamaba a la puerta de la habitación.
No quería abrir, no quería ver a nadie.
Pero siguieron insistiendo una y otra y otra vez hasta que me harté y decidí abrir la maldita puerta pero antes sequé mis lágrimas.
Abrí la puerta y joder... Era ese imbecil.
Estaba ahí parado afuera de la habitación pero esta vez no tenía esa sonrisa en su rostro que lo caracterizaba y estaba soteniendo algo en su mano, pero no me importaba lo que era.