Noona nos quiere emparejar. 《Chanin》

Problemas en casa

Los brazos de Chan apresaban de manera posesiva la cintura de JeongIn, mientras que la cabeza del menor estaba apoyada contra su cuerpo. El peliblanco despertó, al sentirse observado. Abrió sus ojos con un bostezo y su madre estaba en la puerta. Mirándolos.
Chan cayó en la cuenta de que solo la sábana cubria la desnudez propia y la de su actual novio.

-Mierda.- murmuró. Su madre no decía nada. Y Chan no pudo evitar preocuparse.

-Por eso oh dios.- dijo su madre.- ¿Por esto tu novia quiso hablar con nosotros?- preguntó.

Chan alzó la ceja y abrió la boca para contestar.

-Bueno, ¿y con quien le pusiste el cuerno?- pregunto sin salir de su asombro.

-¿Channie?- preguntó el menor de los tres refregando sus ojos, sin ver a su ahora, suegra.

-Oh por dios es JeongInnie.- dijo ella.

-Pero, técnicamente no engañe a noona, terminamos antes de esto.- dijo señalando sus cuerpos. JeongIn tenía la cara y el cuello, e incluso las orejas, rojas, rojisimas.

-Bien. No sé que decirte exactamente.- dijo ella. Los miro y suspiro.- No me sorprende.- soltó de repente.

-¿Eh?- preguntó Chan.- ¿Por qué no?

-Vamos. Chan. Eres tú. - dijo con simpleza. - Y JeongIn es JeongIn. He visto como han crecido, y juntos. - dijo

-Todos sabíamos que este día llegaría. Aunque fuesen ustedes borrachos o drogados, este día iba a llegar.- dijo su padre asomándose, su madre asintió aún con una mascara de sorprendida indiferencia. Chan bufó.

-¿Por qué todos sabían mis sentimientos antes que yo?-preguntó con un puchero.

-Yo lo sé, porque soy tu madre Christopher. -dijo. - Bien... Yo iré abajo con tu padre. Ustedes... descansen.- dijo.

-¿Hey como abriste el seguro?-pregunto Chan.

-Trucos de prisión.-dijo ella con misterio y se fue. El peliblanco negó con su cabeza y miró a JeongIn.

-Mierda, tu mamá nos vió. - dijo y lo miró.

-Sí pero... Esta bien.- dijo. - Nos ahorramos el decírselo. - dijo y abrazó de la cintura a Jeongin para pegarlo a su pecho, y llenar su rostro de besitos.
-¿Cómo te sientes, bebé?-preguntó.

-Algo cansado, Channie.- dijo y el peliblanco comenzó a masajear sus hombros y cuello, dando besitos en su cara. -Sigue haciendo eso, cangurito.-dijo y se relajó. Chan sonrió ante la imagen adorable de JeongIn relajado y con sus ojos cerrados.

-¿Cómo no me di cuenta antes?- preguntó Chan, observándolo. El menor abrió uno de sus ojos y levanto una ceja.

-¿De que Channie?- preguntó. El peliblanco suspiró y lo señaló.

-De que me gustas tanto.- dijo y le dio un beso, sujetando sus mejillas. JeongIn sonrió, disfrutando de la caricia en sus labios. Paso los brazos por los hombros de Chan, acariciando su espalda y nuca.

-Te amo, Channie. Eres... tan tonto.-dijo JeongIn y sus ojos se mojaron de lágrimas. No pudo evitar soltar sus lágrimas, de felicidad.

-¿Que pasa, bebe? -preguntó limpiando sus lágrimas.-¿Que pasa Innie? ¿Por qué lloras?- el menor rió y se limpió la cara.

-Porque... Llevo tanto... Tantos años amándote, Chan. Y yo creí que esto seria siempre así. Que tú encontrarías a una mujer que sería buena para tí, que te casarías, tendrías una familia...- dijo.

-¿Y tú? ¿Qué pasaría contigo?-.

-Creo que hubiera muerto de amor.- dijo con sinceridad. Chan se enderezó un poco. -No me mires así. Si Noona no hubiera hecho todo este plan... ¿Que habría pasado con nosotros, Channie?-preguntó. El peliblanco la pensó y suspiro.