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Yena estacionó su Jeep en el camino de acceso, sonrió cuando vio la luz exterior encenderse y Chaewon abría la puerta principal. Ellas habían terminado hace ya dos años y habían quedado como buenas amigas que compartían una relación muy especial que con solo una ex-amante se puede compartir. Chaewon era terapeuta y acudir a ella era un lugar seguro para Yena donde poder ir a desahogarse de sus cosas.

—Me alegro que estés en casa. No creerías lo que me ha pasado.— Decía mientras se acercaba a la puerta.

—¿Qué pudo haber pasado en el transcurso entre el almuerzo y ahora?— Chaewon preguntó mientras entraban en la casa.

—Voy a matar a Jaemin.— Se sentó en el sofá, doblando su pierna debajo de ella mirando a su ex amante, quien se sentó al lado opuesto. —No creerás lo que hizo.—

—Creo que te consiguió a una compañera de apartamento... —

Yena bufó.—¿Una compañera de apartamento? Una compañera de apartamento del infierno, tal vez. Ella fuma y toma cervezas en su dormitorio por la noche.—

—¿Una fumadora?— Chaewon negó con la cabeza.—¿En qué estaba pensando? ¿No le dijiste que necesitabas a alguien que no fumara?—

—Por supuesto que se lo dije. Le di una lista muy explícita de las reglas.— Pasó sus dedos por su pelo y suspiró. —Ella es una stripper.—

—¿Una stripper? ¿Quieres decir una chica 'me quito todo y colócame el dinero en la entrepierna', ese tipo de stripper?—

—Exactamente.—Yena contestó.

—¿Y esto es lo que te tiene tan molesta?—

—Es que simplemente no va a funcionar.—

—¿Y ya estas tan segura de ello con tan solo un día?—

—No empieces con tus cosas de psicología conmigo, Chae — le advirtió la escritora.—Sólo me tomó algunos minutos en realidad.— Colocó su mano en la rodilla de Chaewon, un gesto ya común entre las ex-amantes. —Nunca dice por favor y le sacas con trabajo un simple 'gracias'.—

—Así que no es para nada 'la Señorita Educada'. ¿Sabe que eres gay?—

Yena negó con la cabeza. —Creo que no, a menos que Jaemin le dijese.—

—¿Y tiene esta compañera del infierno un nombre?—

—Yuri.—

—Bien, ve el lado bueno de las cosas. Si Yuri es una stripper, tal vez te dará una función privada.— Chaewon bromeó ganándose un golpe repentino en el muslo.

—No empieces. Esto es serio.—

—Para mí también lo es — la terapeuta estuvo de acuerdo, rozando con la yema de su dedo ligeramente el antebrazo de Yena.

—Sabes que no hay una ley que diga que las ex amantes no puedan dormir juntas de vez en cuando.—

—Es verdad — Chaewon estuvo de acuerdo.—¿Pero piensas en realidad que es buena idea?—

—Oh, pienso que es una espléndida idea — Yena dijo con voz ronca, arrastrándose por el sofá hasta que sus labios estuvieran cerca de la oreja de su ex-amante. —Considéralo como una manera de recordar viejos tiempos.—

—Debería de considerar mejor que estás excitada — Chaewon contestó.

—Pues bien, la falta de sexo no fue nunca un problema en nuestra relación, si mal no recuerdo.— La escritora continúo presionando y mordisqueando el lóbulo de Chaewon. Su voz tomó un timbre muy sensual. —¿Qué te parece compartir tu cama conmigo esta noche, hmm?—

—Diablos, odio cuando utilizas ese tono de voz.— Chaewon contestó, contrayendo sus labios.

—Si, que más puedo decir.— murmuró, bajando sus dedos desabrochando los botones de la blusa de Chaewon. Pronto separó la blusa revelando una suave y blanca piel, y unos pechos firmes. Yena la estiró en el sofá y comenzó a recorrer con sus labios a lo largo de la clavícula expuesta. De pronto sintió como los dedos de Chaewon se enredan en su cabello guiándola hacia abajo. —¿Estas algo ansiosa no es así Chae?—

—¡Deja de bromear... oh!— Cualquier otra cosa que la terapeuta hubiera querido decir se esfumó cuando unos labios suaves se cerraron alrededor de su pezón y comenzaron a succionar.

Yena gimió sobre el seno con el que estaba jugando y presionó su cadera contra el cuerpo que se retorcía debajo de ella. —Extrañaba esto — murmuró, besando el camino a través del pecho de Chaewon para lamer y besar el otro pezón. Sintiendo como tiraba fuertemente de su blusa, se levantó y dejó que la terapeuta vagara un poco con sus manos.

—Seguro no vas a dejar que se arrugue ¿verdad?—

Yena dejó de desabotonarle la blusa y miró hacia abajo a su ex-amante.—Sabes que no me gustan las arrugas.— Quitándose la blusa, la plegó pulcramente y la colocó en la mesita de café. El sostén fue el siguiente, doblando las copas una dentro de la otra. Chaewon se quitó su ropa superior completamente y la lanzó a través del cuarto.

—Sabes que odio eso.— dijo Yena, mirando con intención la blusa arrugada.

—Y yo odio la manera en que tú tienes que doblar todo.— Chaewon peinó con sus dedos el cabello castaño de Yena.

—Soy un poco neurótica con esto, ¿no es así?— Se volvió a recostar dejando que sus labios se rozaran. —¿Cómo pudiste vivir conmigo?—

—Bueno, pudiste haber tenido otros defectos peores que ser una compulsiva obsesiva.—

—¿Es eso como ser anal retentivo?— La escritora bromeaba mientras presionaba su muslo entre las piernas de Chaewon, complacida por el gemido resultante. Plantó besos a lo largo de la mandíbula de la terapeuta hasta que sus labios encontraron una oreja enmarcada por cabellos rojizos.—Pienso que podemos encontrar algo mejor hacer que buscar los defectos de cada una. ¿No cree usted, mi pequeña analista?— Yena flexionó sus músculos para ejercer más presión.

—S-si, tienes toda la razón — Chaewon estaba de acuerdo, su aliento sonaba con jadeos entrecortados. —No más bromas.—

—Creí que te gustaban las bromas.— Yena sonrió maliciosamente antes de bajar sus labios hasta el seno de su ex-amante. —Bromas y más bromas.—

El Corazón de Yuri.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora