Capítulo 27: Quién juega a ser dios

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En este momento Yveltal había cumplido con los requisitos para llevar a cabo el plan y ahora solo queda una cosa por hacer.

Del otro lado del bosque kate y Ash lograron a duras penas vencer a la joven frente a ella, del impacto de un ataque aterrizó inconciente en el suelo y sus dos pokemon se rindieron y regresaron al lado de su entrenadora, mientras tanto Kate de repente todo su cuero se tenso, una  presión abrumadora la invadía.

La acumulacion de energía provenía del otro lado del bosque y el único que puede generar este tipo de energía era su padre quien podía absorber la fuerza vital de sus enemigos con su ataque característico Oblivios Wing, el cuerpo de Kate reaciono al momento de que su padre lanzó su ataque pero se podía sentir que este último fue lanzado a toda potencia, probablemente el objetivo de su ataque ya haya sido totalmente destruido,  ambos se apresuraron al centro del bosque donde Xerneas se encontraba en su estado letargico.

Al llegar Kate vio a su padre en su forma humana tocando aquel viejo árbol, todo a su alrededor estaba marchito

- ¿Que tratas de hacer Padre? ¡Salid de ahí! Es peligroso acercarse no sabemos lo que pasa a mamá

Yveltal soltó una sonrisa compasiva a su hija, una mirada llena de amor y afecto hacia ella.

- No te preocupes, esto es algo pendiente que debi hacer hace mil años, convertí a alguien por accidente en un pecador que jamás conocerá la muerte hasta que yo lo decida, al igual que yo hace mil años tu madre conoció a un humano.

- Este humano ha estado manipulando mi trabajo desde entonces, el quería pasar un minuto más cerca de tu madre, pero sufrió al descubrir la verdad

- Tu madre obtiene energía de otros pokemon, pero a diferencia de mi ella comparte su energía pero su método de obtención es más siniestro que el mio.

- Ahora mi deber es regresar al mundo

- ¡¡¡Lo siento!!! Pero debes ser feliz, si sigues viva para cuando regrese espero poder disculparme contigo, tu madre habría olvidado este acontecimiento y también yo lo olvidé, desconozco por qué lo hize pero ya no importa.

Yveltal volvió a su verdadera forma, un pokemon de color negro y carmesí, ojos celestes y dos cuernos que sobresalen de su cabeza, algo parecido a un ave en la forma de "Y".

Todo el poder en el aire se seco en un instante, Yveltal se posicionó en las ramas del viejo árbol su alas cubrieron todo y se convirtió en una crisalida.

Kate no entendía lo que su padre le decía, eso de esperar para poder disculparse no era algo que él diría. Su madre se había ido y ahora su padre se despedia.

Todo en aquel bosque se había convertid en piedra, sólo kate y Ash se encontraban ahí donde sus padres habían caído. Bajo aquella crisálida una caverna se abrió y lo trago para no volver a aparecer. Reshiram miraba desde el cielo y dentro de ella se odiaba por haber dejado ir a la persona que alguna vez amó, sus sentimientos hacia el nunca llegaron a su corazón, tal vez fue ella que se siento un poco feliz después de conocer a alguien más.

Las disputas por su hermano habían causado muerte y destrucción a su paso todo aquel que tocara esa llama azul pereció tanto humano como pokemon.

Apesar de todo ella lo apoyo aún después de ver que había encontrado a esa persona por la cual había viajado tanto, verlo feliz con su familia fue bastante cruel para ella pero después de eso, antes de que todo esto ocurriese no se arrepentirá de haberlo tomado esa noche.

Kate yacía sentada en el piso, sus ojos ya no eran los de una persona viva, Ash la sacó de ahí cargando la en sus brazos, mejor que nadie entendió lo que Yveltal trataba de hacer y ahora cumplirá aquel pequeño favor  que él le había pedido: cuidar a su hija.

Todos aquellos que habían participado se habían ido en direcciones opuestas pues aquella persona que los unía ya no se encontraba con ellos...

10 años después

En un campo de Teselia se podía ver a varios niños jugando, pues no es para menos ya que celebraban el cumpleaños de  su amiga, muchas personas se encontraban ahí, también pokemon todos ellos sonreían y jugaban con los otros.

La niña de nombre Alice jugaba con sus amigos pero se distinguía de los demás por su peculiar color, su cabello era de dos colores blanco y negro sus colores se intercalaban el uno al otro, su ojos de un color celeste los cuales si mirabas fijamente podías ver una mirada al cielo la cual nunca podría ser apreciada con tal belleza.

Si la mirabas correr podrías sentir un poco de pánico pues su cuerpo era delgado, que podrías sentir que en algún momento se rompería, pero esa niña estaba tan llena de energía que le seguía el juego a sus amigos de género opuesto, muchos de sus amigos le decían que era como una lila, descrita a tan corta edad como una belleza efímera.

Pero en su fiesta había mucha gente que era como de la familia de su madre, no compartían sangre pero eran como hermanos todos y cada uno de ellos eran descritos como sacados de una revista de moda o algo por el estilo.

Muchos padres le dirigieron la mirada a la madre de Alice, una dama de gran belleza blanca su vestido blanco con pocos detalles la hacían destacar mucho más, muchas de las madres pensaban en algo: Quién era el padre.

Muchas mujeres se habían preguntado eso pero se habían dado por vencido para resolver eso.

Su nombre era Shira, la dama de nieve, así la conocian aquel grupo. Algo solitaria pero una buena mujer, en más de alguna vez tuvieron que jalar las orejas de sus maridos por no quitarle la mirada a Shira. Su hija Alice era una niña muy alegre pero que hacía las cosas a su propio ritmo y en que ocasiones se enfermaba muy fuerte y pasaba largos periodos en casa.

Un hombre joven de pelo celeste claro se había colado en la fiesta y empezó lentamente a acercarse a Shira pero ella no rechazo su acerciento.

Después de un tiempo se enteraron que era su padre y que jamás había visto a su nieta aprovechó el cumpleaños para conocerla por cuenta propia.

Pero la sorpresa del cumpleaños era la aparición de un hombre de cabello negro y puntas rojas, ojos celestes, por primera vez vieron llorar a Shira. Muchas cosas ocurrieron después ese cumpleaños inofensivo.

Continuara...

Lo siento mucho, el no poder actualizar ni dar señal de estar vivo fue devido a varios motivos como en trabajo y la universidad.

La próxima semana saldrá el final y el epílogo, la siguientes semanas sacara los especiales y continuaré mi tercer libro que no tiene que ver con el universo de pokemon, creo que por el momento descansaré de él.

Ya que inicie por el lejano 2016, ahora en 2020 será bueno que cambie de enfoque y otras cosas más.

Gracias por leer y ati por acompañarme en toda la lectura, dedicar unos minutos de tu tiempo en leer este intento de fan-fic de pokemon y repito que no soy pokefilico.

Yveltal 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora