interstellar ✰ albus potter.

─ one ✰ the spark

ONE: THE SPARK
interstellar — vol. i

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                LAS FAMILIAS DESPIDIÉNDOSE, LOS NOVATOS CON ROSTROS BRILLANTES MÁS EXPECTATIVA SEMBRADA Y LA ESTACIÓN REPLETA DE JÓVENES corriendo de aquí para allá con sus carritos y mascotas, hacen que aquel primero de septiembre sea tan típico como cualquier otro.

Si te adentras un poco más en aquella estación, cerca de una columna de piedra y pasando al lado de una familia morena, un joven alto de ojos verdes analizadores y sonrisa de lado camina junto a sus dos hermanos y sus honorables padres. Albus Severus Potter, el rey de las serpientes. Sí, ese apodo se lo ha ganado después de haber sido sorteado a Slytherin y ser un Potter, básicamente.

Albus empuja su carrito con un aura cargada de energía recorriéndolo. Eso pasa todos los primeros de septiembre. A pesar de que todos sus años son iguales, la emoción de volver a Hogwarts nunca cambia. Ignora las miradas que todos le dirigen a su familia (ah, ya se ha acostumbrado) y alza su cabeza tratando de no chocar con los demás.

El silbido lleno de expectativa de James a su lado llama su atención, sin embargo— Sabes qué, Albusin —musita y desde ahí, Albus ya sabe que lo que dirá será algo bueno— Este año algo estupendo va a pasar, mi ojo interior me lo dice. Es como un susurro así de "James, hoy debiste lavarte los dientes, sucio. Va a pasar algo increíble" —y por primera vez en el día, Albus suelta una carcajada ante la mala imitación de una voz tétrica por parte de su hermano. Él es alguien a quien Albus nunca ha podido descifrar, lo cual, es entretenido — bastante.

—¿Ah sí? —exclama divertido—. Yo digo que será igual que todos los años, Sirius. Tú metiéndote en problemas y yo sacándote de ellos. Eso me parece una buena definición de un año, ¿tú qué crees? —Albus encuentra toda esta situación hilarante, a decir verdad todo con James es hilarante.

—Sí bueno, búrlate todo lo que quieras. Yo le hago caso a mi ojo interior, él nunca me falla —y antes de poder añadir algo más, las palabras de su madre llaman la atención de ambos.

—¿Ese no es Scorpius? —y efectivamente lo es, Albus Potter puede reconocer esa cabellera platinada en donde sea. Scorpius Malfoy; el primogénito de los Malfoy, el príncipe de las serpientes, el rubio teñido (cortesía de James) y el mejor amigo de Albus Potter.

Ambos se conocieron después de ser sorteados a Slytherin cuando Albus encontró a Scorpius llorando en los baños de Myrtle producto de ser atacado y llamado Mortifago por unos Gryffindors idiotas. El resultado; después de que Albus mandara a la enfermería a esos leones (está de más decir que ha heredado el complejo de héroe de su padre) y ayudara a Scorpius, nunca se han separado desde entonces. Ellos son la perfecta definición de un bromance, hay quienes incluso creen que son una pareja de verdad.

Todos se acercan al platinado solitario que se balancea de un lado a otro y mete sus manos en los bolsillos de su costoso pantalón. Harry Potter, el niño que vivió, se aclara la garganta obteniendo la atención del Malfoy quien apenas repara en ellos.

—Scorp, ¿cómo estás? —inquiere amigable.

—¡Potter's! —espeta el rubio con una sonrisa sin poder evitarlo. Albus ríe un poco cuando ve a Scor siendo aprisionado por los brazos de su madre quien revisa que todo esté bien en el chico.

—¡Estas más delgado, cariño! Le diré a Astoria que te alimente bien, por cierto, ¿dónde están ella y Draco? —murmura Ginny Potter nada más terminar el abrazo. El primogénito Malfoy se rasca la nuca.